martes, octubre 17, 2023

SIN PELOS EN LA LENGUA (PODEMOS)

 


Ione Belarra, vasco/navarra, ministro de Derechos Sociales (y Agenda 2030)  y secretario general de Podemos. Que se "mojó" (valientemente) en el tema de la guerra en Ucrania y ahora vuelve a hacerlo en el conflicto del Oriente Medio. Ante la indignacion de alto nivel de Benjamin Netanhayu del lado israelí, y el escándalo de sus amigos españoles, que les deben tanto. Como los vascos del PNV. Sin verguenza y sin complejos

No soy sospechoso -todos aquí y fuera de aqui lo saben- de debilidad o de partidismo a favor de Podemos, pero su puesta (un tanto escandalosa) en la piçota de la palestra internacional, por culpa del conflicto israelo-palestino, es lo que me habré pujado a darle a la tecla aqui en su favor, de ellos o más bien del fenomeno (generacional) de sociedad que representan en la politica española (tenemos que reconocerlo). Podemos, secreto a voces, fue un guiño, o un gesto, qué digo un hermoso (y caro) regalo a la izquierda y a la extrema izquierda de Mariano Rajoy, alias Don Tancredo (y de sus complejos), que nos podía haber hecho ese mismo guiño o ese mismo regalo a otros, con tantos credecenciales como aquellos o si no, con el mismo peso o mayor que el de aquellos en la conciencia colectiva y en la Memoria (...) 

No lo hizo, y tan grande a decir verdad acaso no fue su culpa? Porque parecía cargado de razones en su apuesta (de la candidatura/favorita): la juventud de aquellos, su bisoñez en politica y la sombra todavia muy próxima (y alargada) del 11-M y de la indignación callejera, de lo que aquellos figuraban o iban, con propios méritos, de más directos herederos, y sobre todo, el chantaje o amenaza que aquel fenómeno (relativamente) nuevo -como una pesada hipoteca- imprimió a la política española. Ese era el problema de Podemos, como lo declaré y expliqué- en el libro que (en parte) les dediqué, "Guerra del 36, e Indignación" callejera

Pero en fin, la Historia acabó tdiscurriendo por cauces y canales distintos de los que se aunciaban, tal como lo ilustró el estallido de la operacion/especial  -de la guerra en Ucrania- y como lo viene a rubricar y a confirmar hoy el reencenderse de nuevo de la guerra del fin del mundo, de nunca acabar, léase del conflicto (del Medio Oriente) israelo-palestino. Y en ese trance indeciso en el que la Historia y el futuro parecen seriamente vacilar, habrá brillado la estrella rutilante de una de las figuras más emblemáticas de Podemos, la de la ministro Ione Belarra (con perdón de la ortografía) puesta ahora en la picota y juntos con ella, Podemos, el gobierno de Pedro Sanchez y España entera. Por su (pretendido) alineamiento en el tema en ascuas. 

No tomo partido, ni de cerca ni de lejos (a riego de quemarme los dedos) Pero me insurge esa especie de ukase o de diktat que en lo que a España y a los españoles se refiere, se diria que es el protocolo de actuación no/escrito como un astro o una señal en lo más alto del cielo, en todas las crisis de la política mundial o internacional en las que nos vemos envueltos. Desde la noche de los tiempos, es verdad, pero desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial más en concreto, al socaire o al calor de la interminable guerra  civil española en la que todos pareecen tener derecho de entreada (libre) y salida -como el Metro de Mazdrid-, en una (escandalosa ingerencia) en nuestros asuntos internos. 

Lo que me parece de pura evidencia, saltando a la vista en el ataque (gratuito) de Benjamin Netanhayu al gobierno español por cuenta de las denuncias -de la actuación israelí en la franja de Gaza-, y son por parte de la joven político -y ministro- de Podemos. Contra España todo se permite, lo que tienen que aprender de una vez por todas los jóvenes indignados si consiguen verse libres de una vez de prejuicios y de complejos. Del país al origen del racismo de Estado (sic), como lo profesó y proclamó (y pontificó) a la faz del mundo el padre del actual mandatario israelí, Benzion Netanyahu a su hijo, en una especie de escritura o reescritura de la Historia a efectos de explotación política o diplomática, y a modo de testamento político e histórico, e ideológico y espiritual de padre a hijo, lo que hay que denunciar sin reservas y sin miedo. 

Y (para más inri) con el país tal vez que de todos los países europeos logró mantenerse más neutral y distante hasta ahora en el conflicto interminable del Oriente Medio, con el que cabía esperar a fe mía un poco más de indulgencia y respeto. Conexión iraní en los de Podemos? Ni lo afirmo ni lo niego, pero los garantes de la causa israelí -en la palestra política o en las antesalas de los medios-, podrian preguntarse a qué es debido esa falta (cruel) de amigos, o el que los neutrales por definición, embarcados y compometidos en empresas (heroicas y azarosas) de mediación como lo fue en el Sur del Líbano el ejército español, no cosecharan del lado israelí, más que incomprensiones y recelos. 

Lo dicho. A salvo en primer lugar el honor patrio en juego, y libertad de palabra o de expresión a los jóvenes de Podemos

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