lunes, agosto 29, 2022

Mareando La Perdiz


 

Gorrión travieso, ruiseñor

alpino, me curé de ti?

Eso creí dándonos la espalda

en la última vez que te vi


Pero en tu caja de sorpresas

me atrapaste otra vez, ay de mi!

sin pensarlo ni esperarlo,

a cuándo amor tu juego en fin?


Con la magia de tu encanto 

tú siempre en la altitud,

entre personas y cosas

largas tus redes (cien mil!)


O irrumpiste si no en la Red

ausente como una loba hasta aquí:

qué es lo que te ha movido 

a cambiar de hombro tu fusil?


Celos de mujer (celosa!)

(sueltas, libres o en redil!),

o esa intuición femninina

de saber esperar (así)?

 

Cuánto más cruel, más feroza

más tú, virgen gentil

más dura y más rabiosa,

más afilada tu nariz

 

y más aviesos tus ojos

bellos de meter miedo, Vil!

y Cruel como la del cuento

de la coleccion infantil

 

Y mientras escancio estos versos

he ahí un angel (rubio a morir!)

de dónde viene y por qué ahora?

y a qué? a marear la perdiz?

 

de lo que hubo entre los dos

o lo que no hubo,  no, o sí?

de ese secreto (entre los tres?)

que todavía me hace reír

 

Y cuanto más  feroz y revoltosa

más mujer, más tú (amor) Itou!  (...)

Más me gustas que la otra!

(que no me atrevía a decir)




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