miércoles, agosto 24, 2022

LEOPOLDO III, ""MAL AMADO" DE LOS BELGAS?

 


Leopoldo III y su esposa la prncesa Liliane -Baels de su nombre de soltera, o Liliana de Réthy (de su titulo de princesa)  como se dio a conocer en España a través de la prensa del corazón tal que la revista Hola. Su matrimonio (solamente religioso y no civil) durante la II Guerra Mundial, bajo la ocupació alemana fue -a toro pasado- mal recibido por una parte de la opinión publica y fue uno de los cargos principales que llevaron a la abdicacion del monarca. Le echaban en cara a Leopoldo III la capitulación (constitucional) ante el avance alemán y la declaracion -cuando hizo su publica su decisión (perfectamente constitucional pero contra el parecer de su gobierno) de permanecer en Bélgica ocupada- de "querer compartir la suerte de sus subditos" (?!), además de críticas centradas en la figura de su cónyuge, la princesa Liliane, belga flamenca presuntamente cercana -por razón de vinculos de familia- a los nacionalistas flamencos. La abdicación forzosa del rey de resultas de un movimiento insurreccional bajo patrocinio e instigación USA (y su presidente Harry Truman)  condujo más tarde a la grave crisis internacional -al borde de la guerra atómica (...) - de la independencia del Congo, y legó a la política belga y a la sociedad entera la pesada hipoteca de una influencia extralimitada y desproporcionada (hasta hoy) de la izquierda, sobre todo en zona francófona. Leopoldo III, rey mal amado de los belgas? Como dicen los argentinos, milongas!  

Cuestión real, en francés "question royale". Con esa frase o denominación tan aséptica y anodina se evoca la más grave cisis que  habrá conocido este tranquilo (y pequeño) país que es Bélgica en toda su historia contemporánea. Comparable -por aquello de que el presente revela el pasado y viceversa- con movidas de los ultimos años que habrán acaparado los primeros planos de la actualidad más candente, tales que el Euromaidán (en Kiev), el 15-M en Madrid (Puerta del Sol) o last but non least, "las primaveras árabes" Y me estoy refiriendo al movimiento insurreccional -"pacífico" pero no tanto-, o movimiento de desobediencia civil que siguió a la vuelta a Bélgica al final de la Segunda Guerra Mundial del rey Leopoldo III, quien tuvo que enfrentar la oposicion tenaz y solapada -eso hasta un momento- de una resistencia de izquierdas y fue por cuenta de su papel durante la ocupación alemana, cuestion (sic) no resuelta o dirimida y aún pendiente de elucidación en la historiografía incluso en sus tendencias más correctas (...) Tan irresuelta como lo sigue siendo en la Primera Guerra Mundial -insensible en lo que aquí insinúo a las voces de protesta o disentimiento (que ya les estoy oyendo)-, la actitud de su predecesor Alberto I ("el Rey caballero"), tal como se desprende del abundante material de archivos que se atrevió a exhumar no hace mucho sin la menor crítica u objeción una historiadora de la ULB (un respeto) y por propia definicion fuera pues de toda sospecha

Y en donde se presentaba -en la primera fase de la guerra (Primera Guerra Mundial)- a un soberano belga buscando mediadores -tales que los principes de la dinastía de Borbón Parma- a todo precio, o una paz por separado al menos, por presión o sugerencia de sus más estrechos e inmediatos consejeros, imbuídos de un mesianismo catastrófico y apocaliptico de signo bíblico y protestante -como lo era la Prusia invasora de entonces- todos ellos. Mutatis mutandis, a su sucesor, el rey Leopoldo III no se le perdonaría la firma (constitucional, pero sin la refrendata del gobierno) de la Capitulación (28 mayo de 1940) -sólo después nota bene de que en la batalla del rio Lys (23-28 mayo), los británicos dejasen en la estacada a las tropas belgas, retirándose vía Dunkerke (....)-  Lo que le atrajo la acusación en un resonante mensaje radiofónico del primer ministro francés, justo antes de la Ocupacion, el (rabiosamente) belicista Paul Reynaud, quien se permitió de tratar a Lepold III de "traidor ("roi felon"), justo después que las tropas alemanas se abriesen paso frente a los franceses por Sedán (...) Ni eso ni la negativa del monarca belga  a abandonar a las ancas de su gobierno el territorio belga tras la ocupación, ni su matrimonio (religioso y no civil) en pais ocupado con una joven flamenca sin linaje ("plebeya") Ni su encuentro o visita  a Hitler (19 noviembre 1940), de su propia iniciativa pero del que el menor indicio de compromiso de su parte se encuentra hasta hoy exento de la menor prueba (...) Se siguió -tras el desembarco en Normandía- la ida del monarca en cautividad a Alemania junto con su familia, hasta su liberación por los Americanos (7 mayo 1945), y el (efímero) regreso final del rey (22 julio 1950) 

Y a partir de ahí, una ofensiva insurreccional jalonada en varias fases, y marcada sobre todo -en sus inicios- por el referéndum (12 de marzo 1950) sobre la vuelta del rey -visto encontrarse el monarca "en la imposibilidad de reinar" (declaración de junio 1940)- que ganaron los partidarios del Sí con clara mayoría (57,68% del Sí contra 42,32% del No) -mayor que la de los partidos monárquicos en España, cuando la proclamación de la República-, que la izquierda belga -como en España, el 14 de Abril, o cuando la caida de Primo de Rivera y la abdicación de Alfonso XIII que la precedió- no aceptó por cuenta de una lectura o interpretación sesgada y partidista -de los resultados y de la Constitución-, y con explícito apoyo (nota bene) del presidente USA Harry Truman. Y fue con el pretexto o la coartada que en el referéndum habia registrado  una ligera mayoria el No en la parte valona francófona (58% No) -Brusela incluída (48 Sí contra 52% No)-, con lo que rechazaban los resultados de aquel como no representativos (....) Lo que fue recibido abrumadoramente en la otra mitad lingüística del pais como una afrenta discriminatoria, al origen de la crisis comunitaria qu Bélgica desde entonces atraviesa.  

Tras lo que siguió el breve regreso a Bruselas del monarca (22 julio 1950), prudentemente aplazado en espera de la consulta, y detonante como fue de una puesta en marcha de la gimnasia insureccional con llamamiento a la huelga general (26 de julio), y una ola de manifestaciones y de agitacion y de atentados, impulsada por el sindicato mayoritario FGTB y dentro de él, por el llamado sector "renardista" del nombre de su secretario general André Renard, de escaso protagonismo anteriormente (dicho sea de pasada) contra la ocupacion alemana (...)   De árbitro supremo a chivo expiatorio, el monarca reinante, en un escenario con numerosos antecedentes en la reciente historia contemporánea (...) 

Y al cabo de todo lo cual, vino el desenlace fatal -dentro del escenario previsto?- con la muerte de tres manifestantes -obreros (30 de julio 1950)- por disparos de las fuerzas del orden en una de las manifestaciones (junto a Lieja), y con el anuncio, justo antes de la abdicación, de una "marcha sobre Bruselas" Salpicado todo ello de una serie de incidentes colaterales, como la muerte por disparos -y de autoría hasta hoy no esclarecida- del dirigente comunista -secretario general del PC belga- que habia gritado poco antes en el hemiciclo "Viva la Republica!" Ese es el relato escueto de los acontecimientos, que gravitan pesadamente aún en el panorama que ofrece hoy por hoy la política interna de Bélgica, igual que sus líneas directrices principales en politica extranjera (...) Marcada al rojo más que la segunda la primera por la pesada hipoteca del peso e influencia desproporcionada de la izquierda, que legó el desenlace de la cuestión/real a los belgas


"Cuestion real" (1945-1951). Una movida insurreccional como el 15-M en Madrid o como el Euromaidán en Kiev -impulsada e instigada por la administracion Truman- que legó a los belgas la hipoteca de un peso e influencia desproporcionadas de la izquierda, sobre todo en zona francófona, refugio o santuario privilegiado en los primeros años de la posguerra del exilio y más tarde, de la emigracion politizada española, fiel clientela del Parti Socialiste (visto ello desde fuera)    

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