lunes, julio 01, 2024

FRANCIA, HACIA LA MAYORÍA ABSOLUTA?

 Jean Marie LE PEN’ y su hija Marine presidenta del RN, del Frente National rebautizado que aquel fundó. La muerte del padre no se consumó (del todo), como lo prueban e ilustran ciertas acusaciones tenaces - de filo/nazi/fascismo y antisemitismo- que habrán salpicado en contra suya la campaña electoral

« Venceréis, pero no convenceréis! », dijo (o dicen que le dijo) a MILLÁN ASTRAY, Don/miguel de UNAMUNO, en el memorable encontronazo en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, los primeros meses de la guerra civil. Lo que se me antojaba leer ayer en la pequeña pantalla, durante el debate que siguió a una jornada electoral francesa en la que se vio confirmado (con creces) el triunfo de la extrema derecha (RN) para alborozo y contento de sus partidarios -como curando o vendando una honda y vieja frustración- y para sumo desconcierto, aprensión y frustración de sus adversarios que parecen ver ya el retorno en todos los colores de sus venos fantasmas más amedrentadores (los del fascismo y de la reacción)  y es lo que anunciaba y denunciaba al menos, uno de los intervinientes en el debate por cuenta o en nombre del Nuevo Frente Popular -en su calidad de miembro y portavoz de la France Insoumise, y de su presidente Jean Luc MELENCHON-, al cabo de restallantes requisitorias sin dejar a nadie abrir la boca, al filo de una trayectoria fulgurante de estrella ascendente de la izquierda francesa, hasta el punto que la prensa allí viene comparándolo con SAINT-JUST, el amigo y brazo derecho de ROBESPIERRE, fiscal virtuoso e incorruptible de la depuración revolucionaria durante la fase del Terror (1793-94), autor de la célebre sentencia que aficionaba mucho a modo de conjuro repetir Monseñor LEFEBVRE (como yo se lo oí tantas veces)- « Basta de Libertad para sus enemigos! » « pas de Liberté pour les ennemis de la Liberté! »

En una comparación pues, la de esos medios, que hacen extensiva -rompiendo así en mil añicos hondos tabúes-, con la Épuration que vino a poner una especie de broche final a la Libération al final de la Segunda Guerra Mundial (en 1945)  Lo que da idea de la temperatura ambiente y del estado de ánimo de los contendientes y es esa necesidad irrefragable de recurrir a la Historia y de resucitar los fantasmas que pueblan aquella (en sus memorias), en guisa de remedio o antídoto a las cifras nudas y escuetas, y en un rotundo mentís -en reflejo fiel de la DOXA (democrática) en vigor-  de aquello de que la mayoría ya sea absoluta, ya sea relativa nunca se equivoca. Y de un recurrir a la invocación de los sacrosantos principios democráticos, y de su ret1hila inseparable de condenas y descalificaciones sin la más mínima posibilidad o recurso de apelación. 

Como lo ilustró ayer el diputado izquierdista referido librando a la vindicta pública y execración, uno de los puntos favoritos del programa del RN (Rassemblement National) y cerrando el pico sin duda por un efecto sorpresa durante el debate de su interlocutora (de extrema derecha) -de ojos absortos y sin decir ni pio- y era a cuento de la preferencia nacional (sic) que aquel juzgaba antirrepublicana, antidemocratica y anticonstitucional, buque insignia no obstante -en esa y otras varias formulaciones como la de « los franceses primero » (d’abord)- del programa del Rassemblement National. Lo que da idea de la magnitud del reto en el plano de la historia y de la ideología que plantea el desenlace tan crucial de las elecciones francesas, no sólo a la sociedad francesa sino a la opinión pública mundial. 

Lo que obliga tal vez a los propios interesados a una vuelta a escarbar en pos de sus propias raíces y de sus orígenes, a saber los del Frente Nacional y de su nombre de marca o eslogan primera época nacido bao el doble signo de la Resistencia anti alemana es verdad, y de una especie de compromiso histórico en el exclusivo plano estratégico de la acción entre la izquierda comunista y la derecha extensiva hasta la misma extrema derecha (discretamente) comprometida -« a la francesa »- con la Colaboración. Lo que viene a poner de relieve al menos entre observadores avizor e inmunes del lastre de amnesia histórica (como lo soy yo) el penoso debate sobre el antisemitismo del que la extrema derecha parece salir ganadora por cuenta de una campaña en los medios poniendo ingratamente en la picota por sus posturas pro palestinas en el conflicto del Oriente próximo a la France Insoumise y a su líder Jean Luc MELENCHON. 

Lo que reabre fatalmente el debate de la des-diabolisation que ya abordamos repetidamente aquí, y descubre a la vez la pesada hipoteca que arrastra en ese aspecto -y en el terreno político- la formación heredera de la que fundó Jean Marie Le Pen, como sus detractores parecen siempre prestos a exigirles y como los medios -tal como se puso otra vez en el debate de ayer de manifiesto- no dejan de recordarlo y de restregarles una y otra vez. 

Otro flanco (ligeramente) desguarnecido de la propaganda electoral del RN -a juicio de un observador desde fuera (du dehors) y para más seña, español (como lo soy yo)- lo es la guerra en Ucrania donde a los miembros y portavoces del RN parece que les cueste asumir,  por la vía fácil de los pretextos y coartadas, léase de las profesiones de amor a la Ucrania invadida -y violada (sic) en su soberanía e integridad territorial- la valiente y resuelta oposición expresada por boca de Marine LE PEN, al envío de tropas terrestres a los frentes de combate (« au sol ») Que es lo que (finalmente) se ventila en los debates televisivos, en la geo estrategia de las partes beligerantes, en la guerra híbrida que llevan a cabo los medios de cara a la opinión pública, en sus campañas de intoxicación y desinformación. 

Alcanzarán la mayoría absoluta (en la segunda vuelta) ? Todo hace pensar que sí. Buena noticia pues para franceses. Y para españoles? Contra lo que espíritus cenizos y agoreros parecen predecir en la prensa patriota -y es que la limpia (de extranjeros/indeseables) en Francia, se haría por los Pirineos-, nos atrevemos, a la larga al menos, a apostar que sí. En la óptica, en España como en Europa, de una (interminable) guerra civil.

Instantánea (« familiar ») de la fundación del Frente Nacional (1972), entre antiguos Waffen SS y fundadores de « Occident » y « Ordre Nouveau » - y más tarde del GUD (…)-, a años luz de la imagen políticamente/correcta que el partido de Marine LE PEN hoy intenta dar


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