Parc LEOPOLD, en el centro de Bruselas. "Mi hogar" meses y meses sin techo (SDF) como los que allí pasé (de noche). Antes de volverme a España tras 38 años viviendo allí. ¡¡¡ALTO A LA CANCEL CULTURE!!! ¡¡¡BASTA YA DE CANCELARME A MÍ !!!
Yo era un romántico incorregible. Ya me lo decía en curso de Preuniversitario aquel cura progre -que tenían como una luminaria de la Orden (escolapia)- que nos daba clase -de Doctrina Social de la Iglesia, en versión progre de la época que se vivía -inicios del posconcilio- dentro de la Iglesia. "Eres un sentimental", me repetía él delante de todos a menudo, con una insistencia y un interés (inquisitivo) por mi persona que me ponía mal cuerpo, humildemente lo confieso. Pero sí, creo que tenía razón, y lo vendría a confirmar la fuerte apetencia musical que nació en mi justo después, en mi fase terminal de bachiller en el colegio (de curas) y mi entrada en la Universidad que coincidiría con un auge de música romántica, melancólica y amorosa en la calle y en las ondas que vino a truncar unos dos años después lo que yo convengo en denominar mutación cultural (sic) coincidente grosso modo con el Mayo francés del 68 y fácilmente perceptible por el aire enrarecido que acertó a propagar sino en toda la sociedad española de entonces sí al menos en mi entorno próximo, que era el de un medios social juvenil, universitario y de clase media (media, ni alta ni baja, importante de precisar). Fue la epoca de los BEATLES (primera época, de antes de Yellow Submarine, que a partir de ahí -no sé bien por qué- me dejaron de interesar), de la generación de los guateques (la mía propia) , de la proliferación de grupos musicales ("conjuntos" les llamábamos, Los Brincos, los Bravos, los Sírex, los Mustang, los Pequeniques, y siguen las firmas, como escribiría Francisco UMBRAL) Una música, alegre, optimista (¿ingenua?), despreocupada, que cantaba al Amor, en español, y también en inglés, en italiano y en francés. De RAPHAEL y Nino BRAVO, a Salvatore ADAMO, y (¿como no?) hasta France GALL y Sylvie VARTAN. Y los CAFÉ QUIJANO, y José Luis PERALES, ya para terminar, Con poco o nada de "social" que eso vino justo después (para bien o para mal) Lo social, y lo social/romántico o romántico/social (los SABINA, Manu CHAO, o "La Puerta de Alcalá") ¿Un limbo azul de otro planeta al que aquella música te transportaría, soñador incorregible Juan? Más duro sería el despertar (...) Pero "¡que me quiten lo bailao!", léase, todo aquel soñar (...)
Y romanticismo, siempre igual, en la fascinación por la Noche, que me embargó justo a seguir -coincidente (¿para qué lo iría a ocultar?) con aquel enroque que fue el mío en rechazo de todo aquel ambiente enrarecido y radioactivo (y aquel adoctrinamiento asfixiante y ahogadizo) que se me hizo respirar en la Universidad. Una Noche un pelín falaz, engañosa, en la que me creía no completamente sólo, sino en buena compañía, la del Dios que se me enseñó en mi infancia, de una Memoria desdichada y (a la vez) feliz, como lo postuló el filósofo católico y existencialista francés Paul RICOEUR. Hasta que me llegó la noticia -la Buena Nueva o según se mire, "la peor de todas"- de la mano (o de las obras) de NIETZSCHE, que aquel Dios ya se había muerto y entonces comprendí y vi claro como la luz que con Él se había muerto la Iglesia también (en el Concilio, y en la conciencia y en la mirada de los más fieles quiero decir. Como Yo) Y a partir de ahí -¡qué remedio!- empecé a mirar la Noche de una mirada distinta. Noche oscura en sentido físico y no solamente espiritual o psíquico (al contrario del que nos transmitió la Tradición clerical) Oscura y misteriosa con la oscuridad del "fondo de los senderos" (Apocalipsis), a lo que no nos es fácil, pero sí nos es posible y factible de acostumbrar. Noche -en mis preferencias intelectuales- como motivo mayor y central, filosófico y literario. DE NIETZSCHE a Martin HEIDDEGER y a Michel FOUCAULT, y a Dominique VENNER también. Del pintor alemán Caspar DAVID FRIEDRICH, al filosofo y politólogo (alemán) Karl SCHMITT: Cartas sobre la mesa: esas son mis (principales) influencias foráneas (o extranjeras)
Pero la desmitificación (si se puede hablar así) de la Noche romántica tal como se produjo en mí, me vino de la mano de mi propia experiencia personal e intransferible: de los meses (y meses) en los que me vi obligado a vivir (y a dormir) en la calle, como SDF ("sin domicilio fijo") Tal como lo dejé constado aquí. Y ahí fue donde le vi el rostro cara a cara a la Noche, atrio o vestíbulo de la Nada, queda y silenciosa e inofensiva y amistosa según se mire también. Noche de los mil ojos que sentïa que me miraban (y taladraban de sus miradas) atentos y curiosos y silenciosos -desde las ventanas y balcones que se asomaban a aquel (bello) parque abierto- cada vez que llegaba a la misma hora a las tantas a echar una cabezada o simplemente a descansar un rato bajo un árbol en el mismo banco aquel -antes de reemprender el deambular en silencio, a la intemperie, cara al viento, bajo la lluvia o el agua/nieve, una y otra y otra vez. ¡Noche nochera que habría dicho aquél!
O en el otro parque en el camino de regreso y en espera de que abrieran el gran hall o vestíbulo de la estación del tren, donde se me permitiera echar otra cabezada (tal vez) (...) Un parque lleno de sombras mudas que se te cruzaban raudas y silenciosas, inofensivas en busca no sé bien de qué (...) Imprevistas y al mismo tiempo peligrosas como aquella que vi rauda y sigilosa alejarse al despertar de otra cabezada en el otro banco aquél, llevándose mi bolsa de mano y dentro de ella -ay dolor!- mi ordenador con él (...) Y las idas y venidas a aquel parque -como mi nuevo hogar (que eso fue) por calles y plazas, vacías y silenciosas en la penumbra de la Gran Ciudad. Bruselas de noche, otra (brutal) iluminación para mí. Pero esa es otra historia, que hoy por hoy me paro aquí
Serenos de MADRID. De un mundo (el de mi infancia) que se fue para nunca más volver. El de las cuatro y sereno!, y voces así. De un Madrid nocturno en paz, donde los críos podían andar como Pedro por su casa hasta las tantas, como me pasó a mí: De unas noches bajo guarda, entrañablemente hospitalarias que darían paso a la Noche espectral poblada de sombras y fantasmas, en el vacío sobrecogedor y en la más absoluta soledad. La del nuevo mundo global
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