Con la muerte (asesinado) y las exequias de Charlie KIRK, estamos asistiendo -de lo que va de fehaciente botón de muestra la multitudinaria celebración de ayer- a un resurgir inesperado del cristianismo evangélico (léase protestante) en los States. En su versión fundamentalista (sic), que todo hay que decir. Protestantismo USA. "Con la Iglesia hemos topado, querido Sancho", séame permitido de glosar. Sin ánimo de faltar ni de ofender a nadie -en sus sentimientos religiosos- , faltaría más. Y no voy a hablar aquí (sólo) de oídas, (sólo) desde mi condición de católico bautizado quiero decir. Que aunque confieso haber vivido siempre de este lado (católico/romano) -antes y después (nota bene) de haber entrado en disidencia anti-conciliar como se la podría llamar-, y es de la línea divisoria que nos marcó a los pueblos europeos (y de otros continentes también por derivación), el legado de las guerras (católicos contra protestantes) de religión, me sentí (o me ubiqué) siempre no obstante "de este lado", mayormente por una cuestión no propiamente confesional, sino de Identidad. Elemental. De Identidad colectiva y ya me he explicado aquí repetidamente, sobre el particular. Y digo que no hablo en el tema de oídas, y paso aquí pues a enumerar y mencionar en confirmación de mi aserto, mis encuentros o contactos con protestantes evangélicos de dicha tendencia (fundamentalista) fruto (aquellos) del azar y en el marco a la vez de una búsqueda espiritual de mi parte, ¿por qué lo debería negar?
Y fue en primer lugar con un pastor -"dómine" en el tratamiento en uso en Holanda, su país-, y antiguo sacerdote católico -de madre igualmente católica-, con el que entablé correspondencia casi al final del tiempo que estuve preso en Portugal- y que interesado por mi suerte y con voluntad sincera de ayudarme me invitó a pasar las navidades aquellas (1985) recién salido yo en libertad, con él y con su familia, en VELP, junto a ARNHEM -a orillas del RIN- en los Países Bajos (u Holanda, en holandés/neerlandés , NEDERLAND) Y lo que empezó siendo una aventura cautivante tras la acogida que me brindaron -él y su familia- tan calurosa y tan cordial, acabo convirtiéndose para mí en una prueba -de pesadilla- difícil de soportar. Y era ante el empecinamiento (sic) de mi anfitrión, buscando al cabo de unos intercambios a modo de interminables circunloquios, mi conversión (sic) para lo que parecía tener un modelo in mente ya listo de antemano, y era el de grandes criminales (sic) a los que él mismo habría conseguido convertir (sic) estando presos, y que como premio de lo Alto habrían (milagrosamente) recibido todos -así lo creía o lo veía él al menos-, en medio (nota bene) de gran atención mediática-, el premio de su puesta en libertad (...)
Tan bonito y tan sencillo como un cuento de navidad. Sobre todo para los que sabemos o experimentamos de cerca cómo se conceden o cómo se obtienen esas cosas (...) Y aquello se traducía en un bombardeo dialéctico en andanadas teológicas a repetición, fuerte (aquel pastor) de una erudición bíblica propiamente de excepción, fruto de una educación teológica (protestante) que no lo era menos. Y a modo de tiros por elevación, lo acompañaba, todo ello, de encendidas peroratas anti-NIETZSCHE, al que decía ver trasluciéndose como fantasma invisible en todas y cada una de mis replicas, pese a que yo -¡mi palabra!- no lo había leído tan siquiera, lo que hice sin falta justo después, como se pueden aquí imaginar (y como lo podéis también ver) (...).
Chocando él una y otra vez -como dando en hueso- con lo que yo resueltamente le afirmaba, sin reservas, ni tapujos, ni complejos: y era de no sentirme en ningún modo y de no haberme sentido nunca en ningún momento (sic) un criminal. Por lo que su tarea se veía (fatalmente) aumentada o recargada por partida doble, como algunos no les sea difícil de observar. Una tarea de conversión, léase de arrepentimiento y contrición, acompañada de otra previa de criminalización (sic), léase de llevarme -por la persuasión (un decir)- a reconocer (sic) el horrible/crimen que yo acababa (a sus ojos) -hacía poco- de cometer.
El punto/cero (aquello) , sólo a partir del cual, mi conversión era posible (y siquiera concebible) Léase en fraseología bíblica -como en teología protestante evangélica-, un "nacer de nuevo" (con la ayuda de la gracia, of course) Convirtiéndome así pues, en lo que aquel pastor evangélico quería hacer de mí, "un nacido de nuevo" (en francés, un "nouveau né") Un "born again" en inglés. Un bebé pues (espiritualmente), y él mi (nuevo) papá, no mi padre biológico pero más, mucho más que mi padre adoptivo, y era en la medida que me hacía re-nacer. Un infierno, que aquello -hasta que les dije adiós- así fue.
Agravado todo su mensaje, de una visión histórica "española" de Holanda (protestante), su propio país, de Leyenda Negra anti-española quiero decir, en la que la Inquisición salía a cada instante a relucir, como el conjunto de todos los males sin mezcla de bien alguno, tal como lo aprendíamos -del infierno- en el Catecismo de nuestra educación infantil. Y a modo de epílogo de aquella relación tan tempestuosa lo fue la polémica que mantuvimos por escrito años después, con la mediación de la revista protestante evangélica en la que colaboraba, y en la que expuse en entera franqueza y libertad -sin que me llegaran nunca noticias de su publicación- lo que de él y de su actitud yo pensaba, y que me valió de su parte una respuesta en tono visiblemente apaciguador.
Se acaba de producir un terrible suceso en Holanda, que fue el asesinato de Theo VAN GOGH bisnieto del homónimo pintor, por degollamiento ritual (sic) a manos de un inmigrante marroquí, en plena calle, en Amsterdam. ¿En venganza por haberse burlado su víctima del Profeta ? Y me sonaron a modo de provocación las acusaciones que me seguía reservando por lo violento de mi gesto, y presentandome fatalmente como el ejemplo disuasivo a no seguir, en materia de violencia (política), en sincronía con el suceso aquél (...)
Recuerdo que en mi respuesta evoqué la frase que a modo de estribillo (o de latiguillo) a cada instante él me espetaba, "Tú has sufrido mucho", que (fatalmente) infligía una impresión lancinante en mí, como si en el fondo quisiera (además) decir, "pero no lo bastante aún" (a efectos de mi "conversión) Mi aniquilación psicológica (sic), lo que aquel pastor evangélico tan (bíblicamente) celoso y bien/intencionado, buscaba en el fondo -y al cabo de mis sufrimientos en mí. Así lo pensaba y así lo pienso aún (...)
De otro de los encuentros con protestantes evangélicos ya hablé aquí. Y fue de la comunidad "L'Abri" fundada por el pastor evangélico norteamericano, autor de "A Christian Manifesto" Francis SCHAEFFER al que no llegué a conocer, aunque residí unos días en la comunidad aquella en la ciudad suiza de Lausanne, que me acogieron generosamente en presencia de la esposa de aquél, que, no obstante, cambió visible y discretamente a la vez de actitud, tras darme ante ella a conocer. Tras lo cual, en seguida me marché.
El último encuentro que tuve con protestantes evangélicos, fue con un pastor evangélico español de otra comunidad evangélica de Lausanne -RIONDA de su apellido-, que me brindó (generosamente) alojamiento por unos días, y que parecía prestar gran importancia a la diferencias en el terreno teológico entre catolicismo y protestantismo (o sea, entre él y yo) Se afirmaba judío (sic) Políticamente era de izquierdas, y se veía en Suiza como en tierra de exilio, como un refugiado político.
¿Mártir Charlie KIRK? Aquí ya todos saben o sospechan mi respuesta (DUBITATIVA) ¿Él y José Antonio PRIMO DE RIVERA, comparaciones odiosas? (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario