Ya hablé aquí de él y de su Uruguay querido -por mí igualmente, que lo conocí bien-, y ahora que (casi) todo el mundo -de derechas a izquierdas- le añora y habla (en bien) de él tras su muerte, no resisto a la tentación de completar aquí la glosa que me merece. Él, su país con él y esos latinos o latino/chés, como les llamaba el añorado Francisco UMBRAL -en rival, sí, lingüístico y literario y cultural, pero sin un ápice de desprecio, pese a ese toma y daca que mantenemos con nuestros "hermanos" de "la Hispanidad" desde los tiempos de la Emancipación americana. Y es en el marco de ese (serio) empeño de revisión o de rehabilitación que tengo emprendido en este blog, en los planos histórico, ideológico, y last but not least, también religioso, de Hitler y del nacionalismo. Filo/nazi Pepe Mujica, al principio de su trayectoria, y también al final de la misma? "Quien ha bebido, beberá", reza abrupta, sin tapujos ni complejos, la Biblia (canónica) Y con lo de filonazi, en Uruguay -y que nadie se escandalice- quiero decir hoy como ayer, partidario (s) del "blanco" -del Partido Nacional o sea- Luis Alberto HERRERA, el Perón uruguayo que no lo llegó a ser, sin dejar menos honda huella hasta hoy en sus partidarios. Y lo ilustran en la crónica de actualidad reciente las declaraciones y tomas de posición del ex presidente de la Republica uruguaya, Luis LACALLE POU, biznieto (nota bene) de HERRERA, en relación con un episodio mayor de la Historia del Uruguay del pasado siglo XX, y fue el hundimiento del acorazado alemán "Almirante Graf Spee" (17 diciembre 1939) -por orden de su capitán, Hans LANSDORFF-, perseguido por navíos británicos, en el Río de la Plata, junto al puerto de Montevideo. Y con ese motivo, el expresidente propuso -antes de echar marcha atrás tras el revuelo armado en los medios nacionales y extranjeros- el proyecto de transformar el águila gigante (de bronce, con la esvástica en sus garras), de la popa del Graf Spee, en paloma de la paz. La Paz -hay que suponer- del Orden Nuevo (...) Sin comentarios (de la escandalera y del desgarre de vestiduras que ello habrá suscitado)
Y viene a cuento del herrerismo de Pepe MUJICA, herrerismo de ayer y de hoy como lo confirman sus declaraciones registradas en este blog, evocando el aislamiento de Alemania tras el Tratado de Versalles, punto fuerte en la propaganda pro-nazi de los años de entreguerras que viene fatalmente a evocar la actitud y diplomacia del Uruguay en los tiempos de la presidencia Herrera, de no beligerancia (sic), léase de neutralidad pactada a favor del Eje, como fue la de España en la II Guerra Mundial, sobre todo en su recta final, con Alemania en fase de poniente y en la antesala de la derrota. Y tal vez ese herrerismo recurrente en "Pepe" Mújica, sea lo que le ha valido entre muchos el perdón de su pasado -militante, violento (y sangriento)- de tupamaro y lo que le habrá catapultado entre muchos otros a la presidencia de la Republica. Figura de consenso "Pepe" MUJICA, en el seno de su país en trance de restañar(se) aún las heridas de la violencia terrorista, secuela una más de "la guerra civil (hispano) americana", que echamos (muy) de menos en España, empeñada aún - ochenta y seis años después- en la (interminable) guerra civil española
Luis Alberto HERRERA, figura mayor de la política uruguaya y del Partido ("blanco") Nacional, del pasado siglo XX. De Presidente de la República, observó una actitud filonazi durante la II Guerra Mundial -de "no beligerancia", léase de neutralidad pactada a favor del Eje como la del régimen de Franco-, que "Pepe" MUJICA reivindicaría, destapando así el herrerismo de sus años jóvenes (fuera de toda sospecha, pero inseparable e indisociable de la imagen de su figura y de su trayectoria)
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