
"La (II) República fue el régimen más abyecto que la Humanidad haya jamás conocido". La frase no es de ningún facha o ultraderechista español, sino de JON MIRANDE (1925-1972), escritor vasco/francés y el más destacado poeta en lengua eusquera en el s. XX -nacido en la región vasco francesa de la Sola (en francés, la Soule)-, traductor igualmente al eusquera desde otras lenguas, fue también académico de la lengua bretona, y buen conocedor de todas las lenguas céltico/gaélicas. Muerto suicidado a la edad de 47 años, tras ingerir una fuerte dosis de barbitúricos. Independentista y a la vez ninguneado y boicoteado en vida por la corriente abertzale, sin duda por sus posturas abiertamente filo/nazis y anti-comunistas. Boicoteado igualmente por el clero vasco nacionalista, sin duda de por la honda huella pagana o neo/pagana impresa en su obra y en su trayectoria -con fuerte influencia de NIETZSCHE y de SPENGLER, en sus escritos y en sus ideas-, hasta el punto que aquellos se opusieron con éxito a su candidatura de ingreso a la academia de lengua vasca. El poso innegablemente filo/nazi del nacionalismo vasco en su versión francesa, pudo haber sido no obstante -entre españoles- mesa redonda de diálogo y puente de entendimiento, y no (como lo fue), árbol de discordia y fuente de propaganda de la guerra híbrida de memorias, en paralelo a la agresión terrorista. Lo que pudo ser pero no fue (qué pena!)
El poso o trasfondo filonazi del nacionalismo vasco es una evidencia en extremo cantosa y secreto a voces que debió haber sido mucho más explotada por las corrientes anti-separatistas, atenazadas en cambio por la premura y urgencia del combate anti-terrorista, y por la agobiante opresión de lo histórica- y políticamente correcto. Algo de lo que sobradamente me percaté los largos años que viví por cima de los Pirineos, cuando aprendí -por ejemplo (tales aguas, tales lodos)- que el lugar de refugio de José Antonio DE AGUIRRE (y de su hermano), tras el final de la guerra civil -y comienzos de la II Guerra Mundial-, lo fue precisamente un convento benedictino de Brujas, en el seno de un clero belga/flamenco abrumadoramente ganado a la causa del nacionalismo vasco desde los tiempos de nuestra guerra civil, y en el seno a la vez de una comunidad belga/flamenca, ganada en igualmente abrumadora mayoría a la Colaboración durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. Y algo que tuve ocasión al mismo tiempo de observar lo fue la fuerte irradiación de los ideales del nacionalsocialismo y del Orden Nuevo de la Alemania nazi, en todos los movimientos autonomistas europeos, y en particular en el área étnico lingüística celta o gaélico -Irlandés, Galés, Bretón y Escocés (...)
Y al lado de los cuales se destaca el abierto filo/nazismo de escritores brillantes del área lingüístico/cultural anglosajona, como lo fueron WYNDHAM LEWIS -amigo de Ezra POUND-, William Butler YEATS, o T.S. ELIOT. En el filo/nazismo de los nacionalistas vascos hay que contar no obstante un factor intelectual, de orden universitario/académico y lo fue una tesis ampliamente difundida en las universidades alemanas desde los tiempos del reino de Prusia, que hacía de los vascos una raza (aria) proto/europea, y de su lengua un puente o eslabón intermedio entre el sánscrito y las lenguas indo/europeas -célticas entre ellas- (de lo que nada parece hoy, científica o lingüísticamente atestiguado)
Se calcula que unos mil vascos -como los de la foto- combatieron en la División Azul. Por convicción, u obligados algunos de ellos
Y así llegamos al capítulo de la Ocupación alemana en Francia durante la II Guerra Mundial, donde se destaca la figura de
Jean YBARNEGARAY, vasco, notorio maurrasiano, y figura emblemática en el periodo de entre guerras de la ultraderecha francesa que él recorrió como militante en sus principales grupos o formaciones (paramilitares), particularmente en "Croix de Feu" -Cruz de Fuego-, del coronel DE LA ROCQUE. Y jugó un papel decisivo en la acogida globalmente negativa entre vascos, de otros vascos refugiados en el País Vasco francés, huyendo de la guerra civil española. Fue, en fin, uno de los diputados que votó los plenos poderes al Mariscal PETAIN (10 de JULIO 1940)
Y esta recordación en los planos político, histórico e ideológico de los vascos en la guerra civil española y en la II Guerra Mundial, quedaría desafortunadamente incompleta si obviamos el papel y protagonismo del primer plano -en paralelo a su responsabilidad abrumadora-, del clero vasco en la eclosión y en la escalada del terrorismo de signo separatista -el de la banda ETA- que habrá ensombrecido la vida en paz de los españoles durante décadas y habrá marcado al rojo la Memoria colectiva. Y de obligada recordación también, junto a ellos, lo es
del (a la sazón) obispo de Vitoria -Mateo Múgica-, coartada mayor de los católicos vascos que se pusieron de lado de la República durante la guerra civil , y en cuanto tal, principal responsable de la represión que se abatió -al finalizar la guerra-, sobre algunos clérigos bajo su jurisdicción -funcionando varios de ellos como capellanes de
unidades militares (gudaris) del nacionalismo vasco en el bando rojo/republicano. Los pueblos que no aprenden de la Historia, están condenados a repetirla

Jean YBARNEGARAY (1883-1956), presidente de la Federación Francesa de pelota vasca (Bayona) y de la Federación Internacional (Buenos Aires) Diputado de los Bajos Pirineos, y posteriormente ministro del régimen de Vichy: tuvo una actitud en línea con la Colaboración durante la Ocupación alemana y se opuso a la entrada de los vascos en la Resistencia
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