Grande y "pelona", mujer,
sigilosa, y furtiva,
así es como me ligaste
en la mañana tranquila
Y la mañana tan feliz
se oscureció a fe mía
del ojo (negro) del ciclón
que de lejos te seguía
Y vi a la tormenta venir,
culpa tuya o culpa mía?
(yo de esas cosas no entiendo,
sólo de amor y poesía)
Culpa mía de ser así,
ojo avizor, de vigía,
que las ve de lejos venir,
sola tú o en compañía ?
Qué buscas, qué ves tú en mí?
sin quitarme el ojo de encima?
la juventud que se me fue?
(curiosidad femenina)
Que no te equivocaste, no,
que entre hastío y rutina,
la vida teje y desteje,
y te enganchó a mí, arpía,
por ese brillo, rubiaza,
pelos de mujer bravía!
por ese encanto (tuyo entre mil!)
de tu talle y tu cintura
Igual todas -tú una entre cien?-,
que "te hacen un traje", brujas!,
en cuanto te das la vuelta,
(de la una a la otra punta!)
Pero tú no, no eres así,
me lo dicen mi estrella y guía,
viéndote detenidamente,
potra salvaje en la llanura!
y mis ganas de poseerte,
de que seas sólo mía,
de montarte bien al galope,
lejos, a la luz de la luna
(Te acuerdas tú de aquel día?) (...)
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