Texto fundador del revisionismo histórico. Su autor -socialista francés, cargo de la Internacional (SFIO)- no vio cámaras de gas ni otros apartados del pliego de cargos anti-nazi del final de la guerra -hornos crematorios acido prúsico, Ziklon B etcétera, etcétera-, ni en BUCHENWALD, ni en DORA-MITTELBAU, campos donde estuvo preso. Y en MATHAUSEN? Tenemos que seguir creyendo en la narrativa guerra civilista marca España que nos están vendiendo ahora?
Historias para no dormir. MATHAUSEN, enésimo capítulo de la serie. En los más prístinos albores de la querella revisionista -mediados, finales de los sesenta-, surgieron como una cometa fugaz en la noche oscura (de la Memoria) un nombre y un titulo de recuerdo indeleble. "La mentira de Ulises" de Paul RASSINIER, que leí algún tiempo después de la aparición de la versión original, en su traducción española (Ediciones ACERVO), era un mentís a la cifra talismánica e iconográfica de los Seis Millones -frente a cifras más recientes, de aproximadamente doscientas veces menos-, y a la leyenda de DACHAU y de BUCHENWALD -y junto a ellos, de otro campo, DORA-MITTELBAU, de menor relieve. En los que el autor de la referida obra socialista miembro de la Internacional (SFIO) -y preso en DORA y BUCHENWALD durante la guerra-. no vio ni el menor vestigio de cámaras de gas ni de otros platos fuertes de la leyenda negra anti-nazi y anti-fascista (hornos crematorios, duchas toxicas -de ácido prúsico, ziklón B-, jabón de grasa humana, colchones con el pelo de sus cabellos, etcétera, etcétera) Lo que si vio y vivió (en carne propia) en cambio fue la ley -dura lex sed lex- al interior de los campos que imponían y administraban de mano dura los llamados allí dentro "kapos" (kameradschaftpolizei, presos que colaboraban con las autoridades) -miembros por lo general del KP, partido comunista alemán- y a los que aquél atribuía la mayor parte de atrocidades que allí dentro fueron cometidas. Si se le añade las denuncias que fueron hechas de Jorge SEMPRUN, preso en Buchenwald, y de haber figurado allí entre los "kapos", el relato a base de victimismo que nos están vendiendo ahora víctimas presuntas o descendientes de las (presuntas) víctimas españolas de MATHAUSEN, se cae por su propio peso.
Y con ello, no pretendo negar la evidencia, a saber que la guerra civil española fue un capítulo más -a título de prólogo y de epílogo- de la II Guerra Mundial, y que asumo plenamente, como se debe, el trabajo de búsqueda y defensa de la Verdad y el deber ineludible de reñir la guerra asimétrica de Memorias en la materia, y en el terreno estricto de la Historia, y rechazo por indigna y por hipócrita y cobarde, la puesta de perfil en este asunto candente (y tan urgente) a lo que nos invita -con su ejemplo- la santa/madre Iglesia. Fueron prisioneros de guerra -miembros armados del maquis, de la Resistencia-, y si se me apura ni eso, porque las convenciones internacionales de entonces condenaban la insurrección armada contra poderes establecidos. Dura lex sed lex, ley de guerra. Lo demás es victimismo teatral o postureo (de vergúenza ajena) Que no escapa al trámite riguroso y severo de las comparaciones, y en mi mente (y en la de todos) los prisioneros de la División Azul. ALTO A LA GUERRA CIVIL INTERMINABLE!!! Ochenta Aniversario de la "liberación" de Mathausen, FELIZ CUMPLEAÑOS !!!
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