domingo, diciembre 25, 2016
Oda a la Santa Bohemia
“De profundis” navideño
de las honduras del alma
al hilo de mi trayecto
entre un montón de fantasmas
de un mundo muerto (o dormido)
que me siguen y acompañan
sin que yo los vea o los sienta
sí en cambio los que me hablan:
los que hablarme aún se dignan
desafiando murallas
de ostracismo y de descrédito
y que de mí se acordaban,
de lo que de mí les llegó
de mí, o de mis andadas,
de lo que mi recorrido
les decía o les inspiraba
y de todas las preguntas
que mi ardor les planteaba
mirándome sorprendidos
al cruzarnos (hace nada)
al cabo de mil diluvios
con las aguas ya amansadas,
de los que algunos volvimos
emergiendo de las aguas,
en el mudo interrogante
reflejado en sus miradas
“¿y los otros? ¡érais muchos!”
¡Sólo yo! (y los que miraban)
y no dejé más que un murmullo
o un arrullo de almas blancas
anónimas y sin rostro
que silban en la explanada
en el ágora desierta
de la Ciudad abandonada
que yo abandoné hace ya tanto
(porque ella me dio la espalda)
irguiéndose ahora en la cumbre
de una memoria aún intacta
que sobrevivió ¡milagro!
a una artera propaganda
¡Canto de un sobreviviente
el que te ofrezco mi amada!
a ti amor, mi clavo/ardiendo
sonriendo en la lontananza
de un paisaje interior
de duelo y de desesperanza
y que en mí (amor) renació
cuando ya no la esperaba
en esta Navidad dulce y triste
errando en busca de una placa
por ese Madrid bohemio,
de callejas olvidadas
Santa Bohemia irredenta!
(Memoria de Alejandro Sawa)
¿Blanco blanco, negro negro?
¡Entre mujeres no es cierto!
Que el amor de la mujer
capaz de levantar muertos
amanece tan radiante
y se acuesta bien maltrecho
y vuelta a otro amanecer
y vuelta (amor) a otro incendio
cuando nos vemos a solas
entre amor y fingimiento
y tu amor, rubia gacela,
es igual que tú de inquieto,
tanto que me contagió a mí,
al amor que por ti siento
que amanece tan solícito
¡a donde le lleve el viento
y al caer (¡ay!) de la tarde
se pone a trasnochar, ciego
en busca de otros amores
más sinceros -¿más auténticos
y más valientes a la vez?-,
de la Mujer de mis sueños
que hoy amor creo ver en ti
-a ti y no a ”la otra” me refiero-
y cuando llega la noche
me voy de caza (y no miento)
y esa noche es la de mi alma
cuando me miro al espejo
y me veo ya no tan joven
y el futuro no lo veo
y salgo a cazar, ya digo,
a la aventura (a cielo abierto)
aves raras de atardecer
de largo vuelo y rumbo incierto
que se me ponen a tiro
por las regiones del sueño
igual de jóvenes que tú
¡Mujer cruel, mari/complejos!
Tan jóvenes (de alma o cuerpo)
Y mejores que tú (eso me creo)
de las honduras del alma
al hilo de mi trayecto
entre un montón de fantasmas
de un mundo muerto (o dormido)
que me siguen y acompañan
sin que yo los vea o los sienta
sí en cambio los que me hablan:
los que hablarme aún se dignan
desafiando murallas
de ostracismo y de descrédito
y que de mí se acordaban,
de lo que de mí les llegó
de mí, o de mis andadas,
de lo que mi recorrido
les decía o les inspiraba
y de todas las preguntas
que mi ardor les planteaba
mirándome sorprendidos
al cruzarnos (hace nada)
al cabo de mil diluvios
con las aguas ya amansadas,
de los que algunos volvimos
emergiendo de las aguas,
en el mudo interrogante
reflejado en sus miradas
“¿y los otros? ¡érais muchos!”
¡Sólo yo! (y los que miraban)
y no dejé más que un murmullo
o un arrullo de almas blancas
anónimas y sin rostro
que silban en la explanada
en el ágora desierta
de la Ciudad abandonada
que yo abandoné hace ya tanto
(porque ella me dio la espalda)
irguiéndose ahora en la cumbre
de una memoria aún intacta
que sobrevivió ¡milagro!
a una artera propaganda
¡Canto de un sobreviviente
el que te ofrezco mi amada!
a ti amor, mi clavo/ardiendo
sonriendo en la lontananza
de un paisaje interior
de duelo y de desesperanza
y que en mí (amor) renació
cuando ya no la esperaba
en esta Navidad dulce y triste
errando en busca de una placa
por ese Madrid bohemio,
de callejas olvidadas
Santa Bohemia irredenta!
(Memoria de Alejandro Sawa)
¿Blanco blanco, negro negro?
¡Entre mujeres no es cierto!
Que el amor de la mujer
capaz de levantar muertos
amanece tan radiante
y se acuesta bien maltrecho
y vuelta a otro amanecer
y vuelta (amor) a otro incendio
cuando nos vemos a solas
entre amor y fingimiento
y tu amor, rubia gacela,
es igual que tú de inquieto,
tanto que me contagió a mí,
al amor que por ti siento
que amanece tan solícito
¡a donde le lleve el viento
y al caer (¡ay!) de la tarde
se pone a trasnochar, ciego
en busca de otros amores
más sinceros -¿más auténticos
y más valientes a la vez?-,
de la Mujer de mis sueños
que hoy amor creo ver en ti
-a ti y no a ”la otra” me refiero-
y cuando llega la noche
me voy de caza (y no miento)
y esa noche es la de mi alma
cuando me miro al espejo
y me veo ya no tan joven
y el futuro no lo veo
y salgo a cazar, ya digo,
a la aventura (a cielo abierto)
aves raras de atardecer
de largo vuelo y rumbo incierto
que se me ponen a tiro
por las regiones del sueño
igual de jóvenes que tú
¡Mujer cruel, mari/complejos!
Tan jóvenes (de alma o cuerpo)
Y mejores que tú (eso me creo)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
http://infovaticana.com/2016/12/23/vuelve-delito-opinion/
Gracias a Cristina Cifuentes y a la impresentable cobardía del PP en la Comunidad de Madrid, a partir de ahora a usted podrán sancionarle con 1.000 euros si dice cosas como esta:
“Qué barbaridad prescindir de la verdad natural del hombre y del derecho inalienable de los padres a la educación de los hijos! ¡Qué dogmatismo acusar de discriminación a quien piensa diferente! ¡Qué despropósito pretender imponer una ideología a fuerza de sanciones! La mentira siempre tiene miedo a la luz de la verdad y al contraste de las ideas. El parecido con el fanatismo terrorista es inquietante.”
---
http://klypeus89.blogspot.com.es/2016/12/httpes.html
Publicar un comentario