lunes, diciembre 05, 2016

ALEPO Y LOS "CASTRATI" DE LA ÓPERA

El célebre film que recuerda la foto se inspiraba en el caso de un cantante de ópera célebre y tenía de telón de fondo histórico una tradición típicamente italiana -del barroco- inexistente en otros países del mismo basamento cultural -y religioso- o parecido, como en España en donde aquel fenómeno no se dio en absoluto. ¿Nada que ver con aquella tradición el sentimentalismo -exagerado, lacrimógeno, sensiblero amén de sentimental- que arrastra la idiosincrasia italiana en relación con la infancia y que se habrá puesto clamorosamente de manifiesto en la guerra de propaganda de los medios occidentales y en particular de los medios italianos a favor de la rebelión islamista moderada -muy islamista y poco moderada, que parecen reducir los retos de todo tipo que encierra el conflicto en Siria en una cuestión de moral humanitaria -rezumante de moralina- a saber el sufrimiento de la infancia en una sola (nota bene) de las dos zonas beligerante? ¿Esconde eso acaso un complejo de culpa colectivo remontándose a aquel fenómeno de la historia del país cisalpino?
Con la caída del primer ministro italiano Renzi- que acababa de presentar su dimisión tras el fiasco de su” referéndum, pierde uno de sus grandes pilares entre los países de la UE -junto con la alemana Merkel, el francés Hollande y el británico Cameron (hoy ya fuera de juego tras el Bréxit)- la rebelión islamista/moderada en Siria -muy islamista y poco moderada- que echa sus últimas boqueadas las horas que corren a menos que no viniesen a sacarle las castañas del fuego saliéndoles al quite in extremis -que no lo lograran por mas que se estén esforzando-propuestas como la que acaba de encallar en el Consejo de seguridad de la ONU -mientras escribo estas líneas- presentada por España nota bene (junto con Egipto y Nueva Zelanda) de una tregua de siete días, con lo que viene a ilustrarse y a confirmarse una vez mas el (triste) papel de comparsa que la habrá correspondido a la diplomacia española en esta gran crisis internacional, bailando siempre al ritmo que la habrán marcado la potencias occidentales aliadas de la rebelión -la Casa Blanca y la diplomacia francesa patrocinada por el presidente (socialista) Hollande sobre todo- desde que estalló la guerra civil siria al calor de las primaveras árabes.

Se va Rienzi pero la rebelión islamista o lo que de ella aún queda podrá seguir contando hasta el final con un guerra de propaganda -de eficacia extrema- como la que vienen desarrollando en su favor los medios italianos en el plano de la solidaridad y de la compasión humanitaria, tal y como lo ilustran los titulares de los grandes medios de la prensa global en lengua italiana que viene a copar el caso de la niña “twittera” de Alepo, que llevaba días -¡ay por dios!- sin dar rastros de vida. En una obra que acabo de caer ante mi vista este fin de semana que lleva por titulo (en francés) “Diccionario amoroso del periodismo” -a base de entradas temáticas de enciclopedia- figura un articulo bajo el nombre de Guernica en el que su autor rememora la batalla en el plano de la guerra de propaganda que siguió al bombardeo de la localidad vasca durante la guerra civil española.


Su autor, un nombre emblemática de la izquierda francesa -marca mayo del 68- venia a defender la tesis que Guernica fue una batalla perdida de una guerra de propaganda que acabarían ganando al final lo que la perdieron (a saber la izquierda europea) con lo que al final pudieron restablecer la verdad histórica (sic) sobre aquel episodio de la guerra civil española. A saber la existencia del bombardeo -minimizado o puesto en discusión (según el autor) por un sector de la prensa de entonces en los países occidentales por imperativos del pacto de no intervención-, y de que se trató de una operación de guerra total y de guerra psicológica destinada a aterrorizar la retaguardia enemiga, lo que el autor pretende que acabaría siendo probado en documentos emanados del cuartel general de Burgos.

La historia la escriben los vencedores, y la versión en boga -desde hace décadas- sobre Guernica lleva el marchamo indeleble de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial y de sus laidos en la guerra civil española del 36. No es óbice que en ese articulo se pone de relieve lo que tuvo la guerra civil española de guerra total -léase sin escatimar en medios- como lo tuvo la Segunda Guerra Mundial, y como lo tuvieron todos los conflictos que se sucedieron el siglo XX y comienzos de este, entre ellos la guerra civil siria por supuesto, y en particular el principal capitulo de la misma a saber la batalla de Alepo, a todo arder las horas que corren . Una guerra total que no excluye por supuesto buenas dosis de guerra (psicológica) de propaganda.

Como lo habrán ilustrado asaz los medios occidentales y en particular los italianos, y in irles demasiado a la zaga -conexión vaticana obliga- también los españoles. Con lo que vienen a confirmarse esta tendencia generalizada que venimos viviendo en el mundo occidental -y que saltó clamorosamente al día en las recientes elecciones presidenciales norteamericanas- de descrédito de los medios. La noticia -como diría Nietzsche- mas terrible y mas extraordinaria de nuestra época

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