domingo, diciembre 11, 2016
Iluminación en la Noche
(Dispuesto a todo así me siento
a comerme el mundo mi amor
con la Rosa de los Vientos
plantada en mi corazón)
Dispuesto a volar muy lejos
do el viento Norte disponga
viento del regreso/eterno
entre bonanza y tormenta
y entre flashes que deslumbran
y entre luceros que tiemblan
mientras tanteo sonámbulo
la Noche del Mundo a ciegas
cruzando el puente yo solo
por la calzada desierta
sobre luces que trasnochan
de una estación ¡centinelas!
Y el alma se me llenaba
como de un ímpetu, fuerzas
que no sospeché nunca en mí
y he la aquí ¡La Buena Nueva!
Una señal infalible
que andabas tú amor muy cerca
rondando por mis caminos
sin que me diera yo cuenta
y era eso lo que sentía
lo que alegró mi alma en pena
de una luz (¡iluminación!)
de adivino, de profeta
que ve lejos, en lo oscuro
y más de lo que quisiera
descifrando mil enigmas
¡que me juzguen como quieran!
¡Iluminación en la Sombra!
del alma azul de un poeta
entre efluvios de poesía
en la Gran Noche (bohemia)
que alimentó en mí mil sueños
solo en la tierra desierta
de una expatriación tan larga
buscando hacer patria (fuera)
mientras tú dudabas amor
y te lo pensabas quieta
mientras el tiempo pasaba
y yo hablaba a las estrellas
a la mía, mi fiel/amiga
y a la mejor de entre ellas,
tú mi amor, mientras que el Tiempo
devanaba su madeja
entre ansias del deseo
y en la dulce y tierna espera
del minuto y la hora justa
cuando el Destino te venza
(y te dejes llevar amor
donde yo llevarte quiera)
Como un golpe de aire fresco
sí, ese nombre en tu boca
¡nombrarme por mi apellido
con esa risa guasona!
¿Qué querías decir mujer
de ese aire entre niña y “golfa”?
¿me estabas retando acaso
medio en serio medio en broma?
No lo sé, lo único que sé
es que no te fuiste ¡dentona!
de mi mente, de mis ojos
en un rato (¡horas y horas!)
ni esos labios sonrientes
ni esos dientes de ratona
ni esa estampa tan fragante
¡qué planta de gentil moza!
Que hace nacer en mí versos
entre raudales de prosa
que te acometen de golpe
cuando intento verte sola
y me puse a imaginarte
en circunstancias distintas
en el futuro cercano
que amaga y que tergiversa
y despeja los caminos
y deja abiertas las puertas
al soñador sin remedio
entre vueltas y más vueltas
y más ahora dulce amor
que la Historia se acelera
y arranca a vivir de prisa
rompiendo con mil inercias
ahora que los tiempos cambian
y que nuevos vientos soplan
que me llaman por mi nombre
que mueven y nos transportan
y a ese vuelo de ida amor
te quiero a mi lado reina
tú que me hiciste soñar
del encanto de tu prosa
(de ese “¡Fegr-nán-déss!” salido
de una boca tan golosa)
a comerme el mundo mi amor
con la Rosa de los Vientos
plantada en mi corazón)
Dispuesto a volar muy lejos
do el viento Norte disponga
viento del regreso/eterno
entre bonanza y tormenta
y entre flashes que deslumbran
y entre luceros que tiemblan
mientras tanteo sonámbulo
la Noche del Mundo a ciegas
cruzando el puente yo solo
por la calzada desierta
sobre luces que trasnochan
de una estación ¡centinelas!
Y el alma se me llenaba
como de un ímpetu, fuerzas
que no sospeché nunca en mí
y he la aquí ¡La Buena Nueva!
Una señal infalible
que andabas tú amor muy cerca
rondando por mis caminos
sin que me diera yo cuenta
y era eso lo que sentía
lo que alegró mi alma en pena
de una luz (¡iluminación!)
de adivino, de profeta
que ve lejos, en lo oscuro
y más de lo que quisiera
descifrando mil enigmas
¡que me juzguen como quieran!
¡Iluminación en la Sombra!
del alma azul de un poeta
entre efluvios de poesía
en la Gran Noche (bohemia)
que alimentó en mí mil sueños
solo en la tierra desierta
de una expatriación tan larga
buscando hacer patria (fuera)
mientras tú dudabas amor
y te lo pensabas quieta
mientras el tiempo pasaba
y yo hablaba a las estrellas
a la mía, mi fiel/amiga
y a la mejor de entre ellas,
tú mi amor, mientras que el Tiempo
devanaba su madeja
entre ansias del deseo
y en la dulce y tierna espera
del minuto y la hora justa
cuando el Destino te venza
(y te dejes llevar amor
donde yo llevarte quiera)
Como un golpe de aire fresco
sí, ese nombre en tu boca
¡nombrarme por mi apellido
con esa risa guasona!
¿Qué querías decir mujer
de ese aire entre niña y “golfa”?
¿me estabas retando acaso
medio en serio medio en broma?
No lo sé, lo único que sé
es que no te fuiste ¡dentona!
de mi mente, de mis ojos
en un rato (¡horas y horas!)
ni esos labios sonrientes
ni esos dientes de ratona
ni esa estampa tan fragante
¡qué planta de gentil moza!
Que hace nacer en mí versos
entre raudales de prosa
que te acometen de golpe
cuando intento verte sola
y me puse a imaginarte
en circunstancias distintas
en el futuro cercano
que amaga y que tergiversa
y despeja los caminos
y deja abiertas las puertas
al soñador sin remedio
entre vueltas y más vueltas
y más ahora dulce amor
que la Historia se acelera
y arranca a vivir de prisa
rompiendo con mil inercias
ahora que los tiempos cambian
y que nuevos vientos soplan
que me llaman por mi nombre
que mueven y nos transportan
y a ese vuelo de ida amor
te quiero a mi lado reina
tú que me hiciste soñar
del encanto de tu prosa
(de ese “¡Fegr-nán-déss!” salido
de una boca tan golosa)
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