Ceremonia de homenaje fúnebre a Walther Rathenau tras el atentado que le
costó la vida (24 de junio 1922). Que da idea del luto que su muerte supuso en Alemania
para el ciudadano medio que veia en él, judío de la tendancia
asimilacionista, uno de sus compatriotas. Del que oí por primera vez hablar -principios de los setenta- nimbado de todos los males, o mejor del halo del Mal indecible, como uno de los grandes demonios de la Historia contemporánea. Y fue a un viejo carlista, hombre piadoso -y potentado y poderoso-, que lo execraba pronunciando su nombre y sobrenombre que él le daba ("Ellos, Ellos!") con gran arrebato y furia. Vivir para ver fantasmas míos! (...)
La campaña electoral francesa en pleno apogeo, a Eric Zemmour, confortablemente posicionado en los sondeos (se diga lo que se quiera) le están como quien dice esperando con la escopeta levantada, léase aguardando a la fecha de su convocatoria a comparecer en tribunal en fase de apelación-, el jueves próximo, 20 de enero, por la puesta en duda de crímenes contra la Humanidad -a cuento de Vichy, del maruiscal Pétain, y del affaire Dreyfus-, y por falsificación de la Historia, mientras un semanario templo de la bien-pensancia como Le Nouvel Observateur le dedica un articulo estigmatizante bajo el título elocuente por demás, de "Zemmour, judío anti-semita", -haciéndose así eco del mismo cargo en su contra por parte del gran rabino de Francia (un respeto) , y donde el referido clisé o tópico de rigor en literatura del género histórico (en lengua francesa)-se ve sometido a un ánalisis historico e ideológico del siglo XX en su conjunto con un pase en revista de los principales "judios anti-semitas" que lo surcaron en vida.
A los que me permito añadir por mi cuenta y riesgo otros dos de mis lecturas por libre -y no menos febriles- y de mi experiencia personal incluso. Y fue tras el encuentro al que aqui ya eludi -y tras nuestra correspndncia a través de amigos comunes- con el escritor francés -reputado maestro del argot en su lengua- Alphonse Boudard, que fue mi amigo, quien falleció -ya gravementre enfermo- días después, justo tras la publicación de una biografia polémica sobre Joseph ("Joano") Jovanovici -"el extraño monsieur Joseph" (del titulo de la obra)- chatarrero judio (de Besarabia, en Rumanía), que colaboró (a fondo) con la Gestapo francesa cuando la ocupacion en Francia ayudando a desmantelar redes enteras de la Resistencia, financiando al mismo tiempo otras de ellas, y que, tratando de huir de la justicia al final de la guerra, se vio negado el visado de entrada en Israel (y cumplió su pena en las cárceles francesas)
Otro judío antisemita emblemático lo es sin duda el padre del escritor francés memorialista, Patrick Modiano, premio Nobel de Literatura -y premio Goncourt-, al que evoco en mi libro sobre Francisco Umbral, con un análisis de su obra, el cual evoca -en modo de "autoficción" (...)- a su propio padre en su trilogía célebre sobre la Segunda Guerra Mundial en París bajo la ocupación alemana. Al que él culpa de (estrechos) contactos con la Gestapo francesa, delincuentes -o reos- de derecho común algunas de las figuras de esta última, las más importantes y emblemáticas. Y al que reprocha en una de sus obras -no sin un cierto tono de disculpa e indulgencia- el haber querido arrojarle a la vía del metro, esperando los dos en el andén, en una estacion de París (....), en el único encuentro -tras largos años de alejamiento recíproco- que tuvieron en vida (...) Y a los que cabe añadir en suma, los consabidos ejemplos de anti-semitismo de izquierdas y extrema/izquierda en primera fila de los cuales figuran por derecho propio Bruno Bauer ("hegeliano de izquierdas", primero "de derechas"), y Karl Marx, con "La cuestión judía".
Pero al hilo de de estas lineas, y de las ideas que las inspiran ya se me está ocurriendo otro nombre, a la sorpresa mayúscula de algunos de los que aqui me leen. De ejemplo y arquetipo de judío antisemita. Y es por tratarse de alguien -como lo es Walther Rathenau- que pasa a la historia de la Segunda Guerra Mundial y del ascenso del nazismo como habiendo sido asesinado -en un atentado a manos de oficiales nacionalistas- por su condicion de judío, aunque lo niega uno de los participantes -por complicidad- en el atentado, Ernst Von Salomon, autor de una obra autobiográfica, "Les Reprouvés" (Réprobos, o Excomulgados), convertida con el tiempo en una especie de libro de horas de la corriente Nueva Derecha ("Nouvelle Droite") -y del que se cubre en cambio con un tupido velo ese apartado de su biografia, y es esa condicion suya (ver foto de abajo), de sicario de sociedades secretas filo nazis -como la Organizacion Consul (O.C.)- el cual como digo, en el proceso que le condenó -a titulo de cómplice- declaró que no habían atentado cpntra Rathenau por ser judío sino por el tratado bilateral Alemania de Weimar y la Union Soviética, de Rapallo (12 de noviembre1922) de la serie de los tratados internacionales -a seguir al de Versalles- que acababa de firmar Alemania (vencida) tras finalizar la guerra. "Un certificado de buena conducta de la Sociedad de Naciones", llama él al tratado de Rapallo. Para Alemania.
Todo esto es lo que circula por su cuenta y nombre en la red, pero en los ultimos días -en atención a los lectores de este blog- me zambullí en las extensos párrafos que le dedica por su parte Ernst Nolte en su obra -exhaustiva y enciclopédica (más de 600 páginas, en alemán) como todas las suyas- sobre autores (alemanes) de Pensamiento Histórico (Geschichtsdenken) y en el que el nombre y la figura de Rathenau, al cabo de una vasta incursión en los más significativos de sus textos -que Nolte con sumo detalle espiga -en particular uno de sus tempranos articulos, bajo seudónimo ("Escucha Israel")-, que Nolte presenta como un condensado de teorias racialistas (sic) y de los autores (mal/pensantes varios de ellos) más notables de la mismas -Boulainvilliers, Montesquieu, Gobineau, Nietzsche, y el abate Seyés, republicano de la Asamblea Constituyente (de la Revolución Francesa) -sobre el origen germánico de la nobleza francesa frente al sustrato galo/céltico del pueblo (el "Tercer Estado" (óp. cit. pp. 98-103)- le erigen en uno de los autores de mayor talla y envergadura de los que en esa obra circulan, y en ejemplo emblematico en extremo a la vez de judío de la tendencia/asimilacionista, frente a los judíos sionistas y a los marxistas y otros izquierdistas.
Lo que él confirmó a la vez no sólo con su obra sin con su trayectoria de ministro de Materias Primas durante la Primera Guerra Mundial en donde destacaría por su (memorable) llamamiento a "la guerra total". Más alemán -y más nacionalista- que los mismos alemanes, asi se veía Rathenau -tal y como Nolte lo deja igualmente ver- , al que se puede calificar de precursor de pleno derecho de Eric Zemmour, judio como él, y como él también anti-semita (...) Y un buen testigo de la defensa pues, para Eric Zemmour, en la vista que se le avecina
No hay comentarios:
Publicar un comentario