domingo, marzo 22, 2020

MI MENSAJE A LA POBLACIÓN

Mi mensaje va en primer lugar a los que aquí me leen, aunque no dejo de querer emitir con él una señal (fuerte) al conjunto de la población y de la opinión pública, con lo que no me arrogo atribuciones –reales (egregias) o gubernamentales-. que no me corresponden-, pero con lo que sí pretendo asumir en cambio sin dimisión la vocación –profética y periodística- que pienso mal que bien haber ido cumpliendo a lo largo de las entradas de este blog, y a lo largo también de mi trayectoria, y –ver la foto- de los trances mas divulgados de la misma. Un mensaje a la Nación el mío pues. Con la venia previa. La situación es grave además, lo que me exime de mayores abundamientos o de una ulterior explicación (o justificación) Los muertos –de hasta 1.400 ya, de personas de edad sobre todo (a un ritmo más grave que en Italia aún)- se amontonan y de todos los cuadrantes –y del del presidente del gobierno en su mensaje de hace horas- se nos anuncia que aún esta por venir lo peor. Por ello, por mor de urgencia y de brevedad expondré aquí en forma esquemática y resumida los principales puntos que me propongo aquí abordar para pasar posteriormente a su mas amplio desarrollo y elucidación. ¿Que es lo que nos esta pasando? La pregunta del millón, a la que hasta ahora el único que habrá sabido responder de una forma cierta y categórica es, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump. Empleando –a la altura de las circunstancias, como se impone- un lenguaje de guerra, sin más precisiones, él. De guerra bacteriológica, habré en cambio tratado yo (anteriormente) en este blog- Para lo que habrá evocado la comparación pertinente y oportuna a fe mía de la Peste Negra como antecedente más directo e inmediato de lo que nos esta sucediendo a los países occidentales, sin excepción. Una guerra que la China Popular –el ultimo gran estado oficialmente marxista/leninista (nota bene) del planeta- parece haber declarado por su cuenta y riesgo al resto del mundo, y al Occidente en particular, como la que de los tiempos de las invasiones tártaras y mongolas -comparación no menos pertinente que la anterior- declaró el Imperio de Gengis Kan. Así estamos, sin exageración. Presas indefensas y desprevenidas, por sorpresa, de una guerra (mundial) bacteriológica de agresión, del tipo en apariencia primordialmente ideológico –y bajo pretexto de guerra económica, de aranceles (con los EEUU)- en la que los factores de orden geoestratégico -y cultural, y racial- no admiten abstracción (…) Y en la guerra como en la guerra: llamada al embajador en China con vistas a una explicación del gobierno chino o del jefe de Estado XI-JINPING y medidas (sanitarias) de control y prevención para toda la comunidad china residente en España, evitando al tiempo riesgos de xenofobia o agresión. Y en lo que respecta al ámbito de política interior, denunciamos aquí la componente o clave innegablemente ideológica –en términos de derechas e izquierdas, léase de la interminable guerra civil- de la política de emergencia de Pedro Sánchez destinada a afrontar la situación, Y también la clave socio económica de aquella, conforme a la beligerancia proverbial y descarada no solo ideológica sino también social o socio/económica -“de clase”- del actual jefe de gobierno (socialista) , que se traduce en una declaración de guerra –en sus ultimas medidas- a la clase media concentrada y localizada y mayormente representada en los autónomos (y en los pymes), victimas predilectas de la política gubernamental y de la actual situación. Lo vemos así ¿y como no? Por eso exigimos que en las ayudas concedidas – a España y a los países de la Europa del Sur (Francia e Italia) por el Banco Central Europeo (BCE) –del orden de 759000 euros, casi el 6 por ciento del PIB de la UE- para contrarrestar los efectos del corona virus se tenga una atención especialísima y preferente para autónomos y PYMES –sectores directamente amenazados y en fase incluso de derribo con la actual situación, pese a su `papel y a su función clave ("muscular") en el tejido productivo de la economía nacional- y se conceda –lo que el gobierno niega- una moratoria a todos los ciudadanos (clases medias en sustancia y desclasados) en régimen de alquiler. Y denunciamos también otro aspecto escandalosamente silenciado por los medios e incluso por la oposición, y es el carácter liberticida de las últimas medidas destinadas a contrarrestar los efectos de la pandemia del corona virus, de cercenamiento de libertades y derechos fundamentales como la libertad (primera) de movimientos, de salir (sin más) a la calle, de la que ni siquiera Franco –ni en el tardo/franquismo siquiera- nos quiso despojar. Y que se traducen en imponer un régimen colectivo -de arresto domiciliario (sine die)- a cada uno de los ciudadanos y al conjunto de la población. Y si dudas cabían, ahí están las declaraciones del ministro del Interior reconociendo las detenciones (sic) –que se elevan a 315 (….)- por infringir la orden (gubernamental) de confinamiento, y ufanándose así de tratarse de las medidas más drásticas (sic) a nivel mundial ¿Como no hablar pues no ya de estado de alarma sino de estado de excepción? Exigimos pues información clara y detallada sobre la naturaleza de la pandemia y especialmente de sus vías de contagio e infección, que parecen ser objeto (predilecto) de apagón informativo en los medios, o al menos de una grande confusión –en declaraciones públicas como en los medios y en las redes sociales ¿fomentada de propósito deliberado?- por culpa sobre todo de las medidas en curso de prevención (y de represión) Confianza y optimismo y firme rechazo de todo lo que contribuya a propagar la psicosis colectiva, más temible -y contagiosa- que el mismo virus. Alto sobre todo a los ataques -individuales o colectivos- del Pánico, prevenirlos, evitarlos y llegado el caso reaccionando contra ellos con fuerza, rapidez de reflejos, energía y decisión, y con violencia verbal o gestual y fisica (en legítima defensa)  incluso: mi consigna urgente a la población

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