En la foto de al lado, el autor de estas líneas en el dique o paseo marítimo de Ostende –“la digue” (junto a Mariakerk)- hoy sábado 22 de agosto. La foto de más abajo -de hoy también- es de mi antiguo domicilio (Eduard de Cuypestraat, 7) los años que vivi en Ostende –de diciembre del 88 a septiembre del 91 (en la época de Felipe González)-, justo delante del Hipódromo Wellington. Donde me nació mi hijo. Y cada vez que fui después de visita a Ostende en los años que seguí viviendo en Bélgica después (hasta hoy) sólo de vez en cuando –una o dos veces al año a lo sumo-, volví siempre (como hoy) enfermo de melancolía. ¿Nostalgia del tiempo que se (me) fue, o el “mal” de Flandes, léase los manes de los Tercios gloriosos como me lo sugirió un amigo francés? Las apuestas se admiten. En Ostende vivi -como si me fuera la vida en ello- el final de la Union Soviética, la caída del Muro, el derrumbe (dia a dia minuto a minuto casi) -ante el silencio sepulcral del papa Wojtyla- de los regimenes comunistas de Europa del Este y la caida de Ceasescu, y fue de allí desde donde acudi a una manifestacion delante de la embajada de Rumania en Bruselas aún ocupada por el antiguo embajador, lo que me valió una amenaza de muerte en mi domicilio de Ostende que puse en conocimiento de la gendarmeria (hoy policía federal) belga
Durante un corto viaje en tren hoy habré aprovechado para zambullirme (un poco) en la historia de la Suiza en donde estuve recientmente como aquí ya saben. Un país marcado por la división religiosa, mucho más que por las diferencias lingüisticas. Hasta el punto que se puede decir que su historia en los últimos trescientos años habrá sido una continua tentativa de conjurar la pulsiones disgregadoras por motivos confesionales y en menor medida también por motivos lingüisticos. Suiza, lo que por lo general pasa en silencio la historiografia sobre el país alpino en lengua española, conoció una nueva guerra de religión (con aires de carlistada) –el Sonderbund- a mediados del siglo XIX en simúltáneo con la revolución europea del 48 que estalló en cambio en países colindantes de la Suiza y en la mayor parte de los países europeos. Y tuvo poco después su capitulo propio de Kulturkampf, léase persecución (menor) de los católicos. Otro episodio poco conocido de la historia suiza contemporánea lo es el bombardeo aliado de la villa suiza de Schafhausen –del otro lado del Rin junto a la frontera alemana- hacia el final de la Segunda Guerra Mundial que se cobró no pocas víctimas. ¡Arcano misterioso del pasado europeo la historia de la Suiza!
Bombardeo por la aviación aliada de la villa suiza de Schaffhausen (capital del cantón del mismo nombre) -enclave suizo del otro lado del Rin junto a la frontera alemana-, donde descargaron cuatrocientas bombas incendiarias y explosivas el Primero de Abril (nota bene) de 1944, en el quinto aniversario de la Victoria de los nacionales en la guerra civil española. Que se cobró un saldo no menor al del medio centenar de víctimas y de unos trescientos heridos. Los aliados y en particular los británicos veían en Suiza un país sometido económicamente al III Reich. Misterios de la neutralidad (pactada) de la Suiza durante la Segunda Guerra Mundial (mutatis mutandis como la española)
No hay comentarios:
Publicar un comentario