Pantalla
politica o politizada (y guerracivilista) del sindicalismo mayoritario y
hegemónico en la España de hoy. Y el darles (legítimamente) la espalda y
en consonancia negarse a la afiliacion (sindical) que no es obligatoria
hoy por hoy (en Bélgica al menos), es -en la práctica y en la vida
aquí de todos los días- condenarse a la marginacion y a la exclusion
social y profesional, reservadas a los parias y a los lumpen, a los que
se abre asi (O félix Culpa!) una nueva vocación social. como la de
nuevos Prometeos. Mensajeros (proféticos) de una vision "desde fuera",
de un valor incalculable en Francia hoy, ante los recientes
acontecimientos. Al precio de un rechazo (legítimo) del guerracivilismo y de la lucha de clases.
El toro por los cuernos. Y me refiero al fondo de la cuestion en ascuas a la que vengo dedicando mis dos últimas entradas, objeto (flagrante) de apagón informativo (black-out) de parte, tanto de los medios -nacionales (franceses) y extranjeros- como de la clase politica francesa a izquierdas como a derechas, por lo que sea. Lo que no nos pone menos la mosca detras de la oreja y nos incita a aclararnos a nosotros rimero y a exponerlo después aquí cara a los medios. Y se me antoja que un punto de partida inmejorable lo sea una discusion digital en foros de opinion (en lengua francesa, France Info) que acogió una de las raras reseñas mínimante aclaradoras sobre el tema que viene circulando en la red en las ultimas horas, y en particular unos comentarios que entresaco de una de ellas y cuelgo aqui y someto a la atencion de ms lectores que sabran sacarle todo el jugo y la savia (y la glosa) que se merecen, estoy seguro, y tal vez mejor que yo incluso Y aqui van pues (en traduccion libre del autor), pasen y lean. A un crítico en primer lugar dels protestas anti-reforma: "Todos esos comentarios me dejan perplejo. Habiendo efectivamente cotizado más de cincuent y dos años, y tras una carrera internacional que no era (precisamente) un descanso" (Hugo Victor) A lo que viene una primera respuesta: "es su problema", y otra segunda: "su problema no, su gusto" (en francés, "son choix") Y una tercera -entre demostraciones dea profusión de álgebra (como yo la llamo) socio/laboral, llamada a poner un broche a la discusión y a cerrarles a todos la boca, como palabra de dios, o de evangelio, o llamada al orden para ser (no menos) exacto: "Exacto, y es sobre todo por no querer depender de otros y gracias a las ayudas providenciales (sic) obtenidas, y gracias a que en ello se implicó gente valiente (courageuse) con sentido del valor del trabajo (sic) de su elección" (boulbespatrick@gmail.com) Una leccion de moral a fe mía, de las dejar los dedos marcados, rezumante (faltaría más) de moralina (anti-) burguesa. Y por lo que se ve, típicamente francesa (por lo que estoy viendo ahora) Como diria Jack, vamos por partes.
"No querer depender de otros", qué tiene eso de malo, de ilegitimo, de anti-democrático? Nada trivial, el comentario como sea, y es en la medida que suscita sin remedio una reflexión ideológica de los más altos vuelos, y es sobre la trilogia Liberté, Egalité et Fraternité. Igualdad -y democracia- a costa y al precio de la Liberté? De la libre disposición de nuestro cuerpo (humano) y por analogía, de nuestra forma o manera de vivir, o de estilo de vida? Que democracia es libertad, no es disciplina (ni politica, ni laboral), le respondi no hace mucho a una donante de lecciones de mi entorno inmediato. Y a la mente me viene igualmente sin remedio la reflexión de Maurras -que merecio a su vez la glosa de Ernst Nolte en la monografia que le dedico (a él y a la Accion Francesa)- de la Voluntad general en el Contrato Social de Jacobo Rosseau, en que aquél veia (cargado de razón) un sinónimo a penas de la Obediencia (ciega) y absoluta. Lo mismo, la misma perplejidad, ante esas referencias (discriminatorias) al valor del trabajo (sic) -al de unos (trabajos asalariados, y con el visto bueno o el sello sindical se sobreentiende de más valor que otros. Perplejo igualmente ante la referencia irónica casi descalificante y beligerante a las ayudas providenciales (sic). O va a resultar (discriminatoriamente) que las ayudas/sociales y el derecho (constitucional ) a las mismas, reconocido hoy en todo pais civilizado no forma parte sin embargo de las (idolatradas) conquistas/obreras (de la posguerra)
Pero vayamos al grano, punto por punto de la controvertida reforma, al hilo del reportaje al que más arriba aludo, y gracias a los chorros de trasparencia ("glasnost") que queriendo o no queriendo en un debate hasta hoy tan hermético y tan opaco arroja, objeto, como reconoce el mencionado reportaje, por parte del gobierno de una comunicación "confusa" (en francés, "brouillonne") Edad de la jubilacion. La reforma en Francia la pone a los 64 años -en Bélgica nota bene es a los 65-, ante las voces de protesta de la izquierda (obrera) que reprochan a Macron de llevarles "40 años atrás" (al 68, cuando se impusieron los 63 años) Duración (en aumento) de la cotizacion para una jubilación "a taux plein" (a tarifa completa") Supresión progresiva del privilegio de los regímenes especiales (entre ellos, los de ciertos funcionarios, y los pasantes de notarías) Y "last but not least", la pensión mínima revalorizada hasta los 1200 EUR (de los niveles grosso modo mileuristas, de la situación anterior) , que la oposición ve como una cortina de humo y le da pie para acusar al gobierno de costear su reforma a base de la pensión mínima y del salario minimo, y de garantizar asi las desigualdades sociales y profesionales más cantosas y llamativas. Todo eso (y no mucho más), da motivo par poner el país en llamas como lo estamos viendo en Francia los ultimos dias?
Desde una vision normal, mayoritaria quizá. Rotundamente no en cambio, desde una visión "de fuera", la mía, de alguien condenado (en su larga expatriacion) a transitar por los circuitos ("'infernales", los llamé yo) de la "reinserción" -de blanco u objeto de toda clase de discriminaciones-, y a aceptar trabajos ("sociales") de menor valor, no tanto a efectos de salarios como de precariedad y penosidad ("pénibilité" en francés) -en concreto, trabajos manuales, de jornalero, de obrero agrícola (dos temporadas completas), y de mecánico de bicicletas- y de carencia de principalísimos derechos -como el de preaviso- inseparables de los contratos normales, y a efectos de acceso al mercado laboral y (last but not least) al derecho a un subsidio de desempleo (o paro), que se traducía en una travesia del desierto -años y años, y más años aún en función de la edad que era la mía- por los centros de la asistencia publica (belga) para lo no afiliados (sindicalmente) al menos. Y entre tanto, todos esos años viendo pasar emigrante/españoles recién llegados, dispuestos a disfrutar de todo eso de inmediato, como por derecho de nacimiento, con la tarjeta sindical de rigor (UGT, CCOO) en mano, por supuesto. Y todos o algunos de ellos con esos derechos adquiridos en España? Y entonces, por qué se vinieron? "De noche todos los gatos son pardos", se se me ocurre en este (preciso) momento Lo dicho, una vision "desde fuera y una vía de excepción al mismo tiempo. La de un lumpen (como lo fui yo)
«Fueron miles, mujeres y hombres, quienes promovieron un nuevo
sindicalismo desde la base, apegado a cada centro de trabajo,
sociopolítico en la reivindicación de derechos laborales y libertades
políticas, dos caras de una misma moneda que era imposible separar: las Comisiones Obreras"
Blanco y en botella, el comunicado oficial (de Correos) ante las
criticas (y ampollas) que habrá levantado ese sello (ver foto), en honor de la
memoria (democrática) del Partido Comunista. "Apegados a cada centro de
trabajo" (esos sindicalistas) (?), ganándose así la vida (la suya y de los
suyos) y alumbrando un mundo/nuevo a riesgo de que se nos viniera el
cielo encima (a los otros) -y ellos, bien a cubierto, en el mercado del empleo- y al precio de la guerra civil de la lucha de clases y del enfrentamiento fratricida. Menudo privilegio! Vision
(marca España) del sindicalismo que está aflorando en Francia en la
calle y en la red al calor de los últimos acontecimientos
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