Ramiro Ledesma Ramos. Un mito aún viviente entre algunos -muchos, pocos?- jovenes españoles (y extranjeros), cargado de simbologia "tranversal" -"nacional-bolchevique" (tan al gusto de aquellos) - por la que pagó con su vida. "Viva el mundo nuevo del siglo XX! Viva la Italia fascista!, Viva la Alemania de Hitler! Viva la Rusia de Stalin!" (abril 1931, "La Conquista de Estado", justo antes de la proclamación de la República). Slógans -al borde de la provocación- revestidos de sorprendente actualidad los días que corren, con el ascenso de Putín en la esfera internacional y la guerra (patriótica) en Ucrania de telon de fondo. Y se exhuma así (justamente) del olvido al autor de aquellos, en paralelo
"El balance de la historia de Alemania en su conjunto se muestra como una Nada espantosa, donde esa Nada además tiene la ultima palabra, , pues aquella (Alemania) encarna el Dasein en su totalidad, que a la Nada conduce, sin alcanzarla" Aforismo confuso y elocuente por partes iguales a la vez que resume mejor que ningun otro tal vez la postura ideológica de Ernst Niekisch, comunista alemán, procedente de la derecha (extrema) y primero y principal propagandista y propagador del nacional-bolchevismo, especie de serpiente de mar de la juventud española metida en politica, de una parte al menos tal vez la más importante y dinámica e influyente de ella. Y ante ese balance histórico tan catastrofico y para muchos tan desalentador -de un vacío en verdad tan horripilante y amedrentador-, se puede acaso reprochar a Vladimir Putín el aferrarse como clavo ardiente a una Historia que le dio la razón en su ultima gran encrucijada? Una Historia que él da muestras de aceptar "en bloque" como con la historia de Francia hicieron el general De Gaulle y antes de él, Napoleón. Lo que no le impide una pauta revisionista o reconciliadora como la que habrá mostrado a lo largo de su mandato con sus numerosos guiños en dirección del exilio es decir de los del otro lado de las trincheras de cuando la Revolución (rusa) y la guerra civil. Como lo ilustra -entre otros muchos- la inhumacion con todos los honores del más importante tal vez de los generales ("blancos") de los ejércitos del Zar, Anton Deninkin, a cuya hija crecida en el exilio -en los Estados Unidos- Putín concedio la nacionalidad rusa en otro gesto impar.
Nacional-bolchevique Putín? Digamos que se percibe en él un recentraje nacional -o nacionalista- fácil de registrar a la vez en el panorama que ofrece hoy el comunismo a escala internacional, como lo ilustra casi igualmente el comunismo chino, de Xi-Chin-Ping, de tintes igualmente nacionalistas y de quien la rehabilitacion de Confucius -y del confucianismo, el de su propia madre como él publicamente confesó- no tiene más equivalente que la reconciliacion con la Iglesia Ortodoxa rusa -del patriarcado de Moscu- que habra llevado Vladimir Putín contra viento y marea. Con Alemania y los vencidos y perdedores de la Segunda Guerra Mundial no ocurre acaso igual?
Quizás, pero tiene facil explicacion, si se tienen en cuenta declaraciones en extremo resonantes del mandatario ruso laméntandose de la caída del Muro y de la Union Soviética -"la mayor tragedia de la Historia contemporánea" como él la califica (...)- en lo que no vio (en ello junto con uno de sus corolarios mas llamativos quizás, el de las llamadas "revoluciones de colores" en los países del Este) más que una ilustracion o secuela de una (interminable) guerra fría a la que no se puso todavia fin (dice él) con un tratado de paz. Y pensando de inmediato en la (interminable) guerra civil española creemos que lleva efectivamente razón Vladimir Putín.
Una idea, un postulado ideológico más que otra cosa, el nacional-bolchevismo. Y un rostro -el de su fundador o pionero- Ernst Niekisch (1889-1967), nacionalista alemán que se distanció pronto de Hitler y de su régimen a los que reprochaba su falta de impetu o radicalismo revolucionario. Y que veía en el Trabajo (sic) -de fábrica-, "La Tercera Idea Imperial" Por lo que pagó con pena de cárcel hasta el final de la guerra. Tras lo cual -y habiendo perdido la vista (...)- se instaló en la Alemania oriental llegando a formar parte de su Parlamento. Y al cabo de algunos años regresó a la República federal donde fallecería. Autor el más negativo (sic) -como haciendo honor a su apellido (derivado irónico de Nichts, Nada, en belga/flamenco)-, así le califica Ernst Nolte en su "Historia del pensamiento historico (alemán)" Que reducia a la Nada el conjunto de la Historia alemana, de un pueblo en el que él veía no obstante una encarnación del Dasein (....) Ser y no Ser, la contradiccion(dialéctica) en la esencia misma de las cosas. Y a la vez, en el nacional-bolchevismo alemán y en el conflicto Lenin y Stalin -y entre el comunismo soviético y la Rusia de los Zares- latente y subyacente en la exaltacion patriotica -e histórica- de Vladimir Putin y de su régimen. Y en su guerra patriótica
Y en ese contexto cabe resituar la guerra de Ucrania ahora. Guerra patriótica como lo fue o acabó siendo -bajo la batuta de Stalin- la Segunda Guerra Mundial. En la que las referencias o alegaciones no desprovista de fundamento y un tanto desorbitadas a la vez (como ya me expliqué aquí) anti-facistas o anti-nazis no invalidan en modo alguno el dato irrefragable de no tratarse de una guerra social o de clase sino nacional o patriotica -léase anti-separatista-, anti-lumpen (?), y ajena por lo tanto o a años luz del más mínimamente reconocible esquema marxista (o marxista-leninista) Verdad aquí, error allá, como lo decia de España y Francia, Pascal, y como lo siguen pensando muchos este/europeos en tratandose de asuntos domésticos de la Rusia ancestral tan hermética y lejana como lo era Bizancio generaciones atrás?
IN DUBIO LIBERTAS reza el pensamiento escolástico (occidental y fuera de sospecha) Y todos los visos de credibilidad -los que tenemos aqui cuidadosamente catalogados- tales como los que ofrece casi a cada momento Vladimir Putín -en la guerra como en la paz- nos dispensan de mayores justificaciones o abundamientos a la hora de partir una lanza en su favor. Y es que se nos antoja en pura lógica histórica que si el factor primero y principal de la modernidad como lo fue el régimen soviético para un mundo nuevo (del siglo XX) -como el que saludaba idealista Ramiro Ledesma-, en el que el horizonte de la guerra (díxit Dominique Venner) desapareció del futuro de las nuevas generaciones, como para siempre y como por arte de magia y no pura causalidad, si no viene otra vez al futuro común -el de nuestra generación- como de la mano de aquél (....)
Cínico por demas en lo que aquí me atrevo a formular (y proponer)? El tiempo nos lo dirá, si me da o si me quita la razón en mis previsiones, y en mis diagnósticos y evoluciones de los que se me ocurre preguntarme de repente qué le habrían parecido a un autor al que le calzaba lo de nacional-bolchevique -en España- tal vez mejor que a ningún otro, y me refiero a Francisco Umbral, por sus posturas como por su talante ("cheli", populista, inconformista, transgresor-provocador y en suma, marginal) Y de pasado (incofensable) falangista además (...) Tan vehemente y apasionado contra la guerra (civil) y sus horrores y con tanto desprecio a los que cantaban "la guerra de lejos" como los "laínes" (falangistas) de su obra magistral. Y tan antinazi y tan antifascista -por mor de anti-franquismo- como Vladimir Putín o más, y que se refugiaba tanto en la Literatura -al margen de la Vida- como con la Historia -"pasados cincuenta años, decía él, la Historia se vuelve Literatura"- igual que el mandatario soviético hace ahora con aquella.
Lo que les une en una simbiosis genial: un sí pues (de más) a la guerra patriótica de Vladimir Putín. En el nombre de la autoficción y de la memoria historica y literaria en Francisco Umbral!
ADDENDA (última hora) Doscientos mil rusos (200.000) apoyan "la operacion militar en Ucrania" en un estadio en Moscú en el aniversario de la anexión rusa de Crimea. En presencia de Vladimir Putín, que justificó la guerra allí citando a la Biblia: "No hay mayor prueba de amor que dar el alma por los amigos" Ni una bandera roja, ni hoces ni martillos. Sólo banderas ruso/republicanas. De antes de la Revolución
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