Qué nimio, y me alegró el día
Me alegró de veras, iubilo!
Dios! Cuánto me alegro, sí!!!
amigo y perfecto desconocido
que te cruzaste tanto en mi vida
siempre triste y pensativo
sin la estrella que te huyó
fugaz en tí y en mis caminos:
asi es como la veo yo hoy
que de lo vuestro fui testigo
a lo lejos sin buscarlo
hace tanto ya (años, siglos)!
y ahora te cruzo (de incógnito)
rehaciendo tu vida (en domingo)
Albricias, Magnificat
desconocido y más que amigo!
que la vida sigue y renace
entre mil cambio de rumbo:
bendito seas tú (y tu sombra)
(Se apiadó de ti el Destino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario