Chile. Cincuenta años casi que me parecen cincuenta minutos o segundos (casi) y más que nunca ahora que la Historia allí parece dar marcha atrás, aunque los medios nos quieran convencer del salto hacia adelante que alli acaban de dar, a otro perro con ese hueso! Y me habrá costado a fe mía un gran esfuerzo el vencer la pereza a la hora de darle a la tecla al respecto, pero la acabo venciendo, a la pereza y al sentimiento profundo, abrumador de estar (si no) desertando de mi puesto, de centinela o de voz de alerta, que es mayormente lo que con este blog pretendo. Chile, país intranquilo (sic), y como tal más preciso y necesitado de orden -y de autoridad- y de tranquilidad que los otros pueblos y naciones del continente (y de su hemisferio) Y esa intranquilidad la ilustra más y mejor si cabe la personalidad del ganador al que el candidato derrotado se sintió -cargado de pruebas y de motivos- de tratar de "bipolar" (léase de esquizofrénico) Lo que me trae a la mente un film en las salas de Bruselas hace poco, con ese tema de título y de argumento. Coronado por el fracaso por cierto, y se me antoja que no por culpa del film en sí, sino del argumento, de la corona o del manto que lo rodea de los tabúes mas espesos. Que impiden al paciente -al contrario que en otras dolencias psíquicas o psicosomáticas- el ver o contemplar de frente su mal delante del espejo, y lo que le impide a Chile (quizás) el ver su historia y aceptarla en bloque, sin distingos ni complejos. La historia de un pais hispano tan cerca y a la vez tan lejos (o al revés, lejano y a la vez cercano, de nosotros, en tantos y tantos aspectos), y es ese lastre sobre todo de guerra civil que heredaron de nosotros sobre todo. De "guerra civil europea", habló el historiador Nolte, de "guerra civil americana" o hispanoamericana hablo yo de pleno derecho. En Chile, en Argentina en Brasil, en Bolivia, en Guatemala, y un poco alli por todas partes.
Y por no querer verlo así, su mal se refuerza y se agrava aún, y es esa intranquilidad política y social, rayana en la esquizofrenia, que es precisamente lo que pretenden ocultar de un tupido velo y a todo precio los medios (....) Vuelta a empezar, en un país estampillado hasta hace poco como la nueva Suiza de América, de lo que aquí de este lado del Atlantico -y por cima de los Pirineos, y más que nada quizás en Bélgica (...)- nos llegaban sin falta los ecos? Sí y no, que me resisto (panza arriba) a aceptar la lectura (como los franceses dicen) que de la reciente cita electoral allí están ofreciéndonos los medios. Y es que un convidado de piedra que yo me empeño en sacar a relucir aquí, brilla en cambio por su ausencia en los análisis e informaciones que se empeñan en ofrecernos.
Allende y la Unidad Popular, dónde están o qué se hicieron? Como de puntillas en la campaña electoral de la izquierda alli, sin osar -de miedo de un resucitar de viejos fantasmas- abordar el tema o el pasado que no pasa y amenaza con volver a cada momento (...) Fracaso de un modelo económico -el de los "Chicago boys"- en justo castigo a una cortedad de vistas del regimen anterior que no osó explorar otros derroteros. Y no (y mil veces no!!!) nostalgia del modelo -de "socialismo con rostro humano- que entonces (cuando yo era muy joven) nos vendieron. Y la TFP, donde están qué se hicieron? que los que entonces nos sirvieron de faro atronan ahora por su ausencia y su silencio. Viento de indignación, -y de guerra civil- que les llega allí de este lado del charco y que como el 15-M se anuncia efímero y pasajero. Esa es mi apuesta y mi mensaje de esperanza -FIDUCIA- a los chilenos
Lucia Hilliart, viuda del general Pinochet junto a su marido. Su fallecimiento hace cuatro dias, justo antes del triunfo electoral de la izquierda, habrá servido de signo de contradicion -denostada y jaleada su muerte por los unos y venerada por el resto (pese a los medios)- de un país intranquilo bajo el signo de la (interminable) guerra civil, común a españoles e hispanos. La clave del enigma chileno: Chile noticia global (como nuestra guerra del 36), nube negra espesa o cielo abierto en el horizonte de expectativas o esperanzas. Como lo fue en su momento la guerra civil española y como lo fue para mi en la adolescencia angustiada -y bajo amenaza - que lo fue la mia en mi época universitaria. Les contaron mal la película a los indignados de hoy -descendientes (a no dudar) de los héroes de aquel ayer-, en Chile, como en España. Cincuenta años (casi) después. La película del -glorioso- 11 de septiembre chileno, y la de nuestra (triste) transición. Semper Idem, aviso a los navegantes (y navegantas) Siempre Yo
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