viernes, marzo 26, 2021

LA COMUNA DE PARÍS, DISCUTIDO ANIVERSARIO (Y 2)

 


 

Luis Adolfo Thiers. Presidente de la República francesa (al sufragio universal) cuando el aplastamiento de la Comuna. Personaje discutido y figura emblemática de Realpolitik –de aliado objetivo de Bismarck (y de su política religiosa de Kultur Kampf)- y de “masón de derechas”. Y botón de muestra de una memoria conflictiva. Como decían los clásicos, memoria procellosa (la de la Comuna). O lo que es lo mismo, memoria tramposa: trampa (sic) de la guerra de memorias, y de la guerra civil. "La república -declaró él entonces- sera conservadora o no será" (...) Uno como él nos faltó -en el lugar de Portela- trágicamente en España. En el 36

¿Donde digo dije, digo Diego? No exactamente, pero no se me acabó el tema, no, como no se les acaba a los franceses tampoco, de lo que leo después de publicar mi primer artículo en este blog. Y es que también leo, como anillo al dedo, en un artículo de Umbral –en "El Tiempo reversible"- sobre las memorias –que le tocó presentar a él- de Santiago Carrillo, lo que al final como una especie de colofón, retiene, y es el rechazo (sic) de la segunda guerra civil, ante lo que él, Umbral, llama pasividad popular (sic) ante el golpe (el 23-F), y en lo que ve a su vez un hallazgo sociológico (sic) en el líder comunista (y revisionista) y santo/padre de la Transición. 

Y me viene todo ello a la mente a la hora de interpretar (en contraste con la locuacidad de su directa rival Ana Hidalgo en la próxima cita electoral), el mutismo -y la cautela- de ahora de Marine Le Pen y de su RN –comparable ante el mayo del 68, al de su padre Jean Marie Le Pen - en el tema de la Comuna (de París) y en general de la extrema derecha francesa (extrême-droite, para entendernos)-, en lo que el autor de estas líneas se cree en derecho de ver él también el rechazo (entre franceses) de una nueva guerra civil, la que Jorge Verstrynge creía ver agazapada en el caso de que en vez de la de Jacques Chirac hubiera salido ganadora la candidatura de Le Pen (Jean Marie). Guerra civil, un fantasma familiar entre europeos que se aparece y reaparece como una serpiente de mar auscultando el futuro o removiendo la historia en el capitulo tan controvertido como el que ahora nos ocupa de la Comuna de París. 

Y en el reportaje al que hice referencia en mi articulo anterior sobre el tema, se aludía a modo de conclusión final al ramal de la extrema derecha –nacionalista (francesa) y antisemita- que se dejó ver en la explosión revolucionaria de entonces y en la furiosa represión que se siguió. Y en un artículo más reciente aún sobre la Comuna y el poeta Rimbaud, se pone de manifiesto lo que siempre cuidadosamente se ocultó, y es el poco eco –salvo el poeta citado que fue en suma la excepción- del mundo de las letras en el país galo que se abstuvo (discretamente) ante el fenómeno o adoptó un actitud ambigua –como el “socialista” Victor Hugo-, u hostil –como la de Zola (el del affaire Dreyfus)- o claramente  que abominó de él –como Flaubert-, o como en francés dicen “lo vomitó” (...). 

Comuna y Affaire Dreyfus, Affaire Dreyfus y Communa de Paris, veintitrés años después. Que el principal "anti" del affaire, el más emblemático de todos ellos, Charles Maurras, y el primero y principal de los "pro" (dreyfusard), Zola, hasta el punto, se puede decir, que se montó el affaire sólo él, figuraron por paradójico que parecer pueda en el puesto (frente a frente) que de ellos se esperaba- sólo que al revés, Zola del lado del Orden y Maurras del lado de la subversión, codo a codo con los anarquistas, ogro (mayor) de la retórica y de la propaganda nacionalista (francesa) de sólo unos años después. Lo que debería haberle llevado a cambiar(se) de trinchera unos años mas tarde en nuestra guerra civil. A Maurras como a Doriot, antiguo líder comunista –y de clase obrera de un sector del extrarradio de París- y figura destacada de la Colaboración. Y fiel amigo no se olvide de la España nacional (...)


Jacques Doriot -"el Gran Jacques"-, durante la Segunda Guerra Mundial. Carismático líder comunista en los inicios de su trayectoria, acabó adhiriéndose al Nuevo Orden. Antiguo alcalde (comunista) de Saint-Denis, extrarradio de Paris de clase obrera, el autor de estas líneas pudo comprobar (in visu) el prestigio y la irradiación (aún) de su memoria el tiempo –en el marco del ministerio (sacerdotal) de la FSSPX (principios de los ochenta) - que viví por allí. Y aún en su segunda época (nazi-fascista), Doriot reivindicaba la memoria de la Comuna de París (...)


Pero no fue así. Meandros de la Historia y laberinto de la memoria. Memoria “procellosa” que dijeron los clásicos. No muy de fiar, como en román paladino se podría traducir (….) Y que me perdonen los “na(t)ios” franceses si digo que me inspira más empatía y comprensión –como ya aquí lo señalé- Luis Adolfo Thiers, responsable de la represión y del aplastamiento de la insurrección –lo que hoy se podría llamar un masón (sic) de derechas- que la rabia (homicida e iconoclasta, e incendiaria) de los insurrectos, o la complicidad (del paria, o del lumpen) impresentable y más que suspecta de Arthur Rimbaud. 

Que si todo se resume a una lucha o guerra de clases, hay que mirarse bien al espejo: to be or not to be, ser o no ser, cuestión de identidad –y de memoria- y de sobrevivencia de clase –la mía, la nuestra (...)- ante el fantasma o la amenaza de la lucha de clases y de la guerra civil. Y que me perdone Alain Soral, del que tanto me ocupe ya aquí

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