Una obra best-seller como de encargo -e "in articulo mortis"-, "novela sin ficción" pero no sin intriga (clerical, vaticana), y apagafuegos urgente en la fase final del pontificado del papa argentino. Que revela la formación teológica de su autor no poco sorprendente. Seminarista (más o menos) frustrado en sus años jóvenes, Javier Cercas?
A Javier CERCAS, autor del libro -llamado, por el óbito papal a convertirse en best-seller-, del que aquí voy a tratar. lo conozco, como digo, en su obra y también en el plano personal. Fue hace años en la Feria del Libro de Bruselas, donde improvisó una conferencia en uno de los mini-salones del recinto de la Feria, a la que asistí en primera fila de los asistentes, justo delante de él, frente por frente, lo que me permitió observarle atentamente y bien de cerca, y calibrar el peso específico de su personalidad eminentemente literaria y de sus dotes de comunicador, algo francamente excepcional. Es lo que él viene a demostrar ahora de nuevo, con su libro de reciente aparición, sobre el (difunto) papa Francisco y el viaje papal a Mongolia que él hizo también, en compañía papal, previa promesa que él a éste le hizo, de escribir un libro, sobre él, el papa Francisco, y sobre las respuestas que le haría a la pregunta que el escritor quería hacerle, sobre la resurrección de la carne y la vida eterna, para dárselas a su madre, y confortarla así en su esperanza y en su deseo de reencontrar a su marido difunto -padre del escritor- después de muerta.
Un gran desafío pues el que me plantea a mí como a muchos otros, el escritor citado que se define a sí mismo como ateo y "loco sin Dios", en esta obra suya que él mismo califica, de "novela sin ficción" -que no sin intriga (papal)-, donde revela una insólita y perfectamente infrecuente formación teológica, y más sorprendente aún en un ateo confeso como lo es él, que revela más que esconde, se me antoja de pronto a mí, de su pasado y de un capítulo del mismo que a todos después de leer su libro nos gustaría conocer. Y lo que intriga y sorprende aún más es la facilidad y familiaridad con la que entre aquellos, se mueve y se desenvuelve, como pez en el agua -o "ladrones en la feria" que le dicen en Francia- sin más credenciales que los de un hombre corriente o cualquiera -l·uomo cualunque-, en ese medio tan críptico y tan hermético de vaticanistas, y entre ellos de los de más alto o altísimo nivel, y de mediático poder (...). A cambio de qué?, cabe honradamente preguntarse. De un libro, que con la coartada de cuestiones magnas en el plano de la doctrina y del magisterio, parece venir (de urgencia) al quite de la figura del (discutido) papa Francisco y de una Santa Sede amenazada por una crisis latente y endémica -amenazando explosión-, de fe y de confianza en la institución, en un resurgimiento inesperado de aquella, de una gravedad sin precedentes (como así al menos la veo yo)?
La respuesta a esta lancinante cuestión la dejo con gusto a mis lectores, y en particular a aquellos de entre estos últimos que hayan leído la obra referida. Desafío por partida doble, la obra que nos ocupa, y es por la habilidad de malabarista y equilibrista de la que su autor da muestras, echando mano de escritores carentes -lo menos que se puede decir-, del marchamo más mínimo de ortodoxia o de fidelidad al Magisterio, como lo son NIETZSCHE y Miguel de UNAMUNO, opuestos entre sí o enfrentados además, en las cuestiones cruciales que aquél, el autor del libro- plantea, y que había querido o pretendido formular al mismo Papa en persona, de la resurrección de la carne y de la inmortalidad del alma y la vida eterna. Lo que aquel -último de los dos nombrados- formula y resuelve en sentido afirmativo-por su cuenta- en dos de sus obras cumbres, condenadas no obstante a la puesta en el Índice de Libros prohibidos, por el Magisterio de la Iglesia: "Agonía del cristianismo" y "El sentimiento trágico de la vida" Y que el filosofo alemán en cambio, en su obra tardía "El Anticristo", despacha sin miramientos -además de refutarle sobradamente en el conjunto de su obra-, dándoles la replica contundente con su doctrina del Eterno Retorno y con su crítica demoledora del cristianismo paulino, que él califica -salvando la figura de Jesús-, de alucinación (y superchería) judía
Un viaje en la esfera (religiosa) de las creencias, pues, en paralelo al viaje papal a Mongolia al que aquél se invita, y de los que se sirve -de uno y otro- para alimentar y resolver las reflexiones que abiertamente expone en su obra. Sobre la periferia (sic) en sentido geográfico o espiritual (de marginalidad) o sobre la religión -presente y fuertemente implantada en Mongolia-, del chamanismo, en concurrencia con la otra religión (budista) allí mayoritaria, que le lleva a una reflexión de altos vuelos sobre uno de los mas graves puntos de fricción del magisterio o enseñanza del papa Francisco en las últimas horas, a saber el culto o la doctrina -subyacente en las creencias religiones indígenas de Latinoamérica-, de la PACHAMAMA (Madre Tierra) objeto de serios incidentes -inclusive en la Ciudad del Vaticano- y blanco de acusaciones en contra del Papa argentino. Lo dicho, un apagafuegos (como de encargo) este "loco sin Dios", brillante escritor y personalmente cordial y simpático-, ateo y anti-clerical al servicio (urgente) y en obediencia ciega del Papa y del Vaticano, como Dios manda. Dicho todo esto -mayormente porque el personaje en el plano personal me cae bien (como lo dije antes)- SIN ODIO, y SIN ACRIMONIA
MEL GIBSON, productor y director del film, "La Pasión de Cristo", acusa al Papa Francisco de haber(se) traído un Dios sudamericano (en el bolsillo) -el de la diosa PACHAMAMA- al interior de la Iglesia. Extrañamente coincidente todo ello, con las acusaciones al papa Francisco que volqué hace años en la Red, de enemigo jurado de Europa, renegado de sus raíces y debelador del pasado español de América
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