"Una burguesa de izquierdas -”bobo” en la fraseología política francesa-, en tierra de fachas" Así se ve catalogada Marine Le Pen en el titulo de una obra que se habrá venido exhibiendo estos últimos meses en los escaparates de la principal librería de la Universidad Libre de Bruselas, y así viene a retratarla su propio padre Jean Marie Le Pen, que acaba de pedir su dimisión tras el fracaso estruendoso de su candidatura en las presidenciales y tras el fracaso igualmente innegable de su partido en la legislativas. Un producto del espíritu del pos-mayo del 68 (sic) -que reino en universidades y en todos los sectores y cuadrantes de la sociedad francesa- ras la revuelta estudiantil del mayo francés, así la describe su propio padre. Lo que da sin duda la clave de explicación de esa opción preferencial por el electorado de izquierda radical) que al decir de su progenitor habrá sellado su fracasoHe estado visionándome del principio al final en atención a los lectores de mi blog la entrevista de hoy a Jean Marie Le Pen en un programa de gran difusión de una de las principales cadena de televisión francesas (Paris Première) Y soy consciente de ser pionero en este trabajo de comunicación bilingüe que vengo haciendo desde la creación de mi blog en francés -hace ya nueve meses- tratando de seguir en simultaneo la actualidad mas candente en España y en el espacio de francofonía a la vez, en particular en el área franco-belga mas a mi alcance por razones obvias.
No creo efectivamente que haya muchos que puedan hacer valer tamaña cobertura de la actualidad en lengua francesa a su público español si se exceptúan los corresponsales de la gran prensa (global) y aun estos no parece que lo hagan de una forma tan asidua -a diario, sin falta- a como lo viene haciendo el autor de estas líneas. Y mucho menos alguien del cuadrante ideológico a la derecha de la derecha -conforme al encasillamiento de rigor por parte de los garantes de lo políticamente correcto- del que asumo mi procedencia. A las pruebas me remito. No hay ningún comentarista o polemista en estos medios en verdad, que pueda ofrecer -ni de lejos- el mismo palmarés de frecuencia (diaria) -y de bilingüismo- y desde hace ya nueva años que me jacto de ofrecer,sin petulancia ni engreimiento de ningún tipo.
¿Algunos no lo entienden así? Están en su derecho pero tendrían que reconocer que no dejan de prestar el flanco así a acusaciones de envidia -de no poder ellos ofrecer un currículo ni de lejos comparable- o de hostilidad (manifiesta) a mi persona por motivos en parte explicables -dada la leyenda y la polvareda de controversia que arrastro-, y en parte inconfesados o inconfesables. Un friki junta letras? Ni siquiera sé lo que me reprochan con ese género de lenguaje, que me era perfectamente desconocido hasta no hace mucho, tal vez porque llevo para bien o para mal la friolera de treinta años -y antes más aún- fuera de España y de contacto diario con el lenguaje de ciertos medios, aunque no dejo de calentar motores por escrito con mi lengua materna desde que empece a entrar a diario en la red -con mi nombre y apellidos- hace ya unos quince años.
No es óbice, como sea, que vendo prestando un servicio a mis lectores y por extensión a la sociedad española, y es el de ofrecer un mirador o balcón de observación de la actualidad europea que les ayude a muchos a vencer o a superar esa incapacidad congénita que arrastramos los españoles por falta de interés o desidia o menos comprensible o justificable, o reflejo condicionados del tipo histórico mas o menos invencible entre españoles a la hora de abordar y de enjuiciar de forma objetiva y sin antojeras la actualidad mas candente de por cima de los Pirineos. Y un ejemplo flagrante de lo que cabo de decir lo ofrece el batacazo que se habrán llevado ahora algunos medios y algunos grupos e individuos que apostaron a la claras por Marine Le Pen en las recientes elecciones presidenciales y tras su fracaso tan lacerante lo siguieron haciendo por ella y su partido en las legislativas donde su fracaso no habrá sido menos sonoro.
Es lo que venía a denunciar en esa entrevista el fundador del partido Jen Marie le Pen, que acababa de pedir la dimisión de su hija de la jefatura del partido que él mismo había fundado. La querella filial padre e hija que viene escenificando -sin el enor recato- Jean Marie Le Pen y su hija Marine es algo de comprensión difícil para sensibilidades españolas, lo reconozco, y no cabe emitir un juicio cualquiera por miedo de equivocarnos aunque sólo sea. Una observación lucida y penetrante no habrá dejado no obstante de hacer resaltar Jean Marie Le Pen a cuenta de su hija en la entrevista televisiva y es cuando hacía alusión al periodo que siguió -durante décadas- a mayo del 68 (post-mai 68) en las universidades y en todas partes, que destilo un espíritu (de izquierdas) del que Jean Marie le Pen cuenta a su propia hija entre sus victimas, una burguesita, sobreentendido una burguesa de izquierdas (“bobo” en fraseología política del país vecino)
Lo que la llevo sin duda a apostar a privilegiar po ganarse un electorado de izquierdas (radical) -el de los votantes de Jean Luc Melenchon de preferencia al electorado de derechas, una opción/preferencial -con tufo a teología (progre) de liberación- que Jean Marie Le Pen califica de “insensata” y que a su juicio habrá sellado el fracaso electoral de su hija. ¿Un futuro aun para el Frente Nacional? El propio Jean Marie Le Pen lo ve muy oscuro, y otros los vemos igual que él, o mas oscuro todavía
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