jueves, junio 08, 2017

ATENTADO DE LONDRES Y EL PAPA ARGENTINO

En nombre de la caridad, de la compasión y de la misericordia el papa Francisco viene bendiciendo -y caucionando de su autoridad (pontificia)- la inmigración en masa, traducida en una invasión silenciosa del continente europeo. ¿Y cómo no sentir en los que niegan un patriotismo europeo (sic), por inexistente o carente de sentido, y se permiten ahora en cambio -con la cortada de la actuación heroica del joven español asesinado en los últimos atentados de Londres- el acusar -de cobardes) (sic)- a todo un pueblo,reencendiendo así viejos contenciosos históricos, los ecos de esa predicación mundialista y en el fondo anti-europea del papa argentino? Como una resurgencia en esos mismos sectores de un síndrome (electoral) del 11 de marzo que nos valió ocho años de zapaterismo a los españoles, con todas su secuelas. En el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo (y del papa de Roma) Ellos y sus votos de entonces, sí, los auténticos responsables.
Leo con sorda irritación -mea culpa, mea culpa- un articulo en el órgano mas emblemático y representativo de la derecha mediática religiosa en España (y de lengua española) -la Gaceta- de la firma de uno de sus colaboradores mas autorizados, en la que se permite de tratar de cobarde (sic) a todo un pueblo por el aviso de prudencia emitido por las fuerzas del orden británicas ante la amenaza terrorista, tras los últimos atentados. “Escóndete, huye, llama” ¿Se puede pedir razonablemente otra cosa al conjunto de la población (indefensa) ¿Se pidió o se exigió otra cosa en España en los largos años de la amenaza terrorista de la ETA? ¿Hubo acaso ejemplos por parte de españoles comparables aunque fuera al dado ahora por Ignacio Echevarría (que en paz descanse) con ocasión de los atentados del 11 de marzo del 2014?

La consigna a todos los niveles en relación con la amenaza de la banda ETA, durante años (décadas) incluso en sus escaladas mas sangrientas fue la puesta de perfil, como lo ilustro el “ceremonial” -cómo llamarlo de otra forma- que durante largos años (desde los primeros meses de 1996 hasta los atentados del 11 de marzo del 2004) escenificaron los eurofuncionarios españoles destinados en las instituciones comunitarias radicadas en Bruselas al dia siguiente de cada atentado mortal de la ETA, en el “rond point” Schumann, junto al palacio Berlaymont (sede de la Comisión) Tres minutos de silencio y todo el mundo a su casa calladitos a seguir, y al que se le ocurriera levantar la voz contra lo que nos parecía a algunos una concesión (vergonzosa) a lo políticamente correcto -y como le ocurrió más de una vdez al autor de estas líneas- se nos echaba encima el servicio de orden de aquellas concentraciones (democráticas)

“Estos son peores que los de la ETA ¡a latigazos, hay que tratarlos a latigazos!”, le oí despotricar -refiriéndose a todas luces a mí- a uno de aquellos guardaespaldas fuera de sí delante de la persona del embajador de España tras una de mis intervenciones en voz alta -al final una de las veces de los tres minutos de rigor- por no resignarme a hacer mutis por el foro tal y como en las reuniones aquellas se tenia estipulado. Peremitiéndose incluso en alguna ocasión a hacer intervenir la policía belga en contra mía que se mostró por cierto mucho mas comprensiva e indulgente conmigo que aquellos energúmenos (de compatriotas) No habrán sido desde luego mas “cobardes” ahora los ingleses, no, ni en conjunto ni individualmente considerados que lo fueron durante años (y años) los españoles.

¿Y hubo acaso en Atocha,cuando los atentados del 11 de marzo, mas escenas que las que mostraron los medios entonces de una población (lógicamente) aterrorizada huyendo en todas direcciones en estado de pánico. Y el que esto escribe sabe incluso de casos de entre los que dieron la estampida la huida -que viajan en uno de vagones contiguos a los que sufrieron los atentados- de los que se podría haber pensado que estaban llamados dar ejemplo de temple (y sangre fría) El arma blanca sin duda no genere tanto pánico como las bombas u otras armas de fuego, en la medida que carece del poder de deflagración de estas últimas, pero a nivel de los testigos presenciales más o menos inmediatos el efecto de terror y de pánico es perfectamente comprable o equivalente.

¿Fue un héroe Ignacio Echevarría? Sin duda y sin duda también su acto tuvo algo de suicida enfrentándose él solo, con un (mono) patín, a individuos que iban armados (de cuchillos largos) (...) No obstante su gesto heroico parece ahora servir mas bien de cortada -mas que otra cosa- al autor del articulo para formular su s propias conclusiones y lanzar acusaciones gratuitas e infundadas por su cuenta y riesgo. Hablar del patriotismo europeo como algo inexistente o monopolio exclusivo de gobiernos indignos o de grupos finan ciertos es injusto, es contrario a la verdad, y sintomático de ese anti-europeismo cerril tan “nuestro”,léase inseparable del fenómeno de nuestra decadencia. Y que huele ademas (sospechosamente) a chamusquina, léase a esa predicación -mundialista y anti-europea(tan calamitosa)- que viene sin pausa ni des canso difundiendo y pregonando mundo a través desde su nombramiento el papa argentino.

El autor del articulo parce querer alardear de memoria histórica evocando a las Navas de Tolosa y a una de las leyendas milagreras de las guerras de Flandes. Revisionismo histórico no es receta solamente aplicable a la Segunda Guerra Mundial sino también a capítulos enteros de nuestra historia (española), y en particular ese que recuerde el autor del artículo que nos ocupa de la guerras de Flandes y de la guerra de los Treinta Años que no fue mas que una prolongación de aquellas. ¿La virgen (imnaculada) salvó al (Viejo) Tercio de Zamora, como lo pretende el piadoso/autor de este articulo de tanta unción (y tanta agua bendita)? Más nos hubiera valido que el milagro lo hubiera hecho en las batallas mas decisivas de aquellas guerras. En Rocroi por ejemplo (1643) donde se selló nuestra derrota -en la guerra de los Ochenta Años- y el inicio de nuestra decadencia, al final de unas guerras de religión en suelo europeo -por cima de los Pirineos- que perdimos por cuenta (nota bene) de la Iglesia y del papa de Roma.

“Sólo gracias a España pudo sobrevivir el catolicismo en Occidente , escribió Ramiro Ledesma fuera de toda sospecha. ¿Otra guerra de religión cuatro sglos después-entra católicos y protestantes- por cuenta de Gibraltar, del Bréxit o de los familiares del español victima de los atentados de Londres? Hace treinta o cuarenta años ese argumentario -tan piadoso y edificante- tal vez nos hubiera convencido, desde entonces sin embargo, como decía Nietzsche, todos nos hicimos mas serios en las cosas del espíritu. ¿Todos? Que me diga casi todos, salvo el autor del articulo que nos ocupa a lo que parece

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