viernes, agosto 19, 2016

ALEPO Y EL BOMBARDEO DE GUERNICA

El célebre cuadro de Picasso fue el arma secreta "providencial" de la campaña de propaganda en suelo europeo y a escala del planeta que desató el bombardeo de Guernica. Umbral dice en varios de sus libros que cuando Picasso recibió el encargo del embajador en París de los rojos, estaba pintando otra cosa. “El niño y el caballo” o algo así. Y ahora que el chantaje de Guernica (por así llamarlo) que nos arrojó siempre al rostro el conflicto en el PaisVasco se aleja en el horizonte tras el declive de la banda ETA, llega la hora sin duda de poner las cosas en su sitio. El bombardeo de Guernica -estratégico y de atrición (léase desgaste y de de castigo) a la vez- fue en gran parte una respuesta al terrorismo aéreo que practicaron indiscriminadamente los rojo republicanos desde el principio de la guerra los meses (largos) en los que dispusieron de superioridad aérea. Con ayuda en particular de los sesenta caza bombarderos (Potez) que les libró el gobierno francés de Leon Blum bajo cuerda y a toda prisa (tras la firma del pacto de No Intervención) Y el niño de Alepo -en primera plan las horas que corren en los medios de la prensa global, mundo a través-, viene ahora igualmente como anillo al dedo (mutatis mutandis) a movilizar la opinión mundial contra los bombardeos rusos, y a preparar una intervención norteamericana en gran escala en Siria en caso de triunfo de la candidata demócrata Hillary Clinton en las próximas elecciones presidenciales norteamericanas
Los Estados Unidos fueron los grandes pioneros del arte de propaganda de guerra en tiempos de paz, como lo probarían en vísperas de todas las guerras que tuvieron que afrontar en el transcurso de los dos últimos siglos. Fue así en la guerra de Cuba contra España, cuando se convirtió el hundimiento del Maine -hasta hoy sin esclarecer-  en casus belli (triunfal) contra España y su imperio declinante, por las campañas de prensa que se desatarían en la prensa norteamericana sobre el tema, impulsadas en particular por el trust de diarios y publicaciones que controlaba un magnate fuera de lo común, que décadas mas tarde inmortalizaría en la pantalla Orson Welles en el papel de Ciudadano Kane, quien acertó a movilizar la opinión norteamericana y al propio presidente de Estados Unidos en aquellos momentos en favor de la entrada en guerra, con el objetivo solapado -plenamente logrado tras la victoria contra España- de hacerse con el control del canal de Panama.

Durante la Primera Guerra Mundial, el hundimiento del buque transatlántico Lusitania -en su momento el barco más grande del mundo- a manos de un submarino alemán (U-Boot) frente a las costas irlandesas (junio de 1915), provocaría en Inglaterra y sobre todo en los Estados Unidos una campaña de prensa en todos los grandes diarios que consiguió poner a la opinión pública del planeta -España incluida- en contra de Alemania y si no consiguió directamente su objetivo, preparó no obstante el terreno para la entrada en guerra de los Estados Unidos dos años más tarde, con el pretexto de la reanudación por Alemania de la guerra submarina. En la Segunda Guerra Mundial, el ataque japonés contra Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941) vino a servir de coartada a efectos de movilizar a la opinión norteamericana hasta ese momento profundamente dividida entre pacifistas e intervencionistas, y decidió al presidente Roosevelt a la entrada en guerra en contra no del Japón sino de Alemania (...)
Más tarde, durante la guerra del Vietnam, una foto dio la vuelta al mundo e hizo más por la derrota norteamericana que todos los ataques del Vietcong, donde se veían unos niños y en particular una niña desnuda huyendo despavorida de un ataque aéreo norteamericanoa base de napalm (por un error sin duda deliberadamente provocado) En la guerra del Irak, hubo también una foto célebre de gran impacto mundial -”la niña de Basora”- que enterneció a todos los medios del planeta aunque no llegó esta vez a alcanzar los objetivos previstos, en la medida que la intervención americana llevó al derrumbe del régimen de Sadam Hussein objetivo supremo de la intervención aliada.

En la guerra en Siria a la que asistimos y en particular en la batalla de Alepo a todo arder las últimas semanas -a la que habré venido dedicando aquí varias entradas- no podía faltar la explotación periodística. Vino el año pasado, por uno de los efectos colaterales del conflicto, a saber el éxodo de refugiados en dirección de los países europeos, y lo fue una foto de un niño ahogado en una playa turca, en brazos de un agente de la guardia costera, tras el naufragio de la embarcación de refugiados en la que sus padres intentaban ganar un isla griega próxima. Y esa foto -botón de muestra inmejorable de agresión y de terrorismo psicológicos- fue no poco decisiva en el drástico cambio de actitud de la canciller alemana Merkel y en la postura de brazos abiertos que acabaría adoptando y que llevaría a la entrada masiva en Alemania de dos millones de refugiados (dos), para gran regocijo de la Casa Blanca pese a las tensiones y conflictos que amenazaba de desatar tamaño fenómeno de aluvión, tan surcado de malos presagios.

Y la batalla de Alepo a la que asistimos, y que habrá alcanzado niveles de paroxismo en las últimas tres semanas tras el cierre del cerco de las zonas de la ciudad controladas por los rebeldes, y del anuncio -jaleado en los medios sin igual (y que aquí ya comenté) de ruptura del cerco no confirmado hasta hoy como lo prueban las nuevas denuncias de organismos internacionales de la amenaza de inanición que esa sobre las zonas rebeldes de Alepo-, y del recrudecerse de la ofensiva aérea de la aviación rusa aliada del régimen de Damasco, habra traído como de la mano su foto de guerra llamada a sensibilizar a las multitudes del planeta y producir una inflexión decisiva en la marcha de la guerra en Siria, lo que parece imposible sin un aumento cualitativo en gran escala de la intervención norteamericana, sin duda el objetivo último de la campaña, a tres meses apenas de la celebración de las elecciones presidenciales norteamericanas donde el posible triunfo de uno de los candidatos -Hillary Clinton- dejaría presagiar una escalada en el conflicto de alcance y consecuencias imprevisibles.

Alepo y Guernica, comparaciones odiosas. Guernica fue un bombardeo estratégico y a la vez de atrición (léase de desgaste y de castigo) a cargo de la aviación alemana aliada del bando nacional durante la guerra civil, que después de la guerra la propaganda anglosajona haría pasar por el bombardeo pionero de la guerra/total (léase contra las poblaciones civiles) No era cierto, los ingleses habían ya practicado la guerra total –a base de gaseos masivos y de bombas incendiarias- en el Waziristán, región fronteriza entre el Afganistán y del Pakistan en la actualidad -de la India, colonia británica, entonces-, a seguir a la primera guerra mundial (1919-1920) y en Siria, justo a seguir. Y por supuesto guerra total lo fueron los bombardeos anglo aliados de ciudades grandes y pequeñas del continente europeo durante la segunda guerra mundial, por cuenta de la democracia a las ordenes del mayor Harris (Bomber Harris) jefe del alto estado mayor de la RAF, con ayuda de la experiencia por él adquirida dos décadas antes en Siria y en Oriente Medio. Guernica marcó no obstante un hito indiscutible en materia de guerra de propaganda, y el que esto escribe -residente en Béligca desde hace treinta anos- se siente bien situado para confirmarlo en visión retrospectiva.

El bombardeo de Guernica dio pie a la operación de guerra de propaganda y de guerra psicológica que protagonizaron (por pasiva) los llamados "niños de la guerra", en gran parte procedentes del País Vasco, de los que la mayor parte recalaron en Bélgica gracias a los buenos oficios del cardenal primado belga de entonces, Van Roey, flamenco (neerlandófono) y de claras simpatías hacia el nacionalismo vasco. Los niños de la guerra acabarían dando cuerpo décadas mas tarde -tales aguas tales lodos-a los fundadores de la ETA primera en medios próximos de la Universidad (católica) de Lovaina, a finales de los cincuenta.

Y la foto de ahora del niño de Alepo -análoga o comparable a otras miles y millones en tiempos de guerra-  que sacan hoy en primera pagina y con el mayor realce unánimes los medios de la prensa global -todo cubierto de polvo, e inexpresivo como un momia, por efecto del terror sin duda y y de la guerra y el rostro (un poco) sanguinolento-, está sin duda destinada a preparar la opinión a lo que el equipo demócrata de Hillary Clinton lleva ya a todas luces listo en el zurrón en caso de triunfo en las próximas elecciones presidenciales norteamericanas.

A saber, una intervención en Siria a gran escala, en un enfrentamiento directo y declarado con Rusia de alcance y consecuencia imprevisibles, con el pretexto o coartada de la ayuda (y rescate) a un estado de Israel bajo amenaza presunta o verdadera, siempre por cuenta de la democracia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

al parecer la prensa britanica dijo al principio que en gernika hubo 3000 muertes... luego se ha sabido la verdad: unos cientodiez muertes, más o menos.
uehgo del bombardeo los "rojos" incendiaron la ciudad.
Picasso cobro --creo- un millon de pesetas de la época por un cuadro que iba a
ser --dicen-- de tema taurino.

En otro orden de cosas, un pintor cuyo nombre no es posible conocer, en los años 80 represento en un lienzo de una expresividad conmovedora el BOMBARDEO DE DRESDEN... Un boletín de cedade publicó una fotografia...
De ese cuadro no se ha vuelto a saber nada... Como tantas obras de arte del Reich... debe estar oculto para que la gente no lo conozca.
Por cierto, según los datos que publica el gobierno "alemán" la cifra de muertes en Dresde por el bombardeo de 13 febrero 1945 ha DISMINUIDO desde
casi 400.000 a 25.000 Los "rojillos" de ahora gritan entusiasmados
"Todo lo que cae del cielo es bueno" (refiriendose a las bombas de fosforo).
Esa consigna la corean y gritan durante las "manifestaciones" "pacifistas" que se producen en Dresde para enfrentarse (con propección policial) a los
"nacis extremistas" que pretenden recordar aquel genocidio cobtra una ciudad superpoblada con cientos de miles de refugiados civiles.
Por supuesto, la prensa "democratica" casi nuncva habla de erste bombardeo...

Juan Fernandez Krohn dijo...

ADDENDA (23 de mayo 2019) Dejé tu atinado comentario tanto tiempo sin respuesta por no tener nada que objetar, no se merecía menos una glosa desde luego. Y es que Dresde fue el verdadero Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Como lo probó en su obra célebre el historiador británico David Irving. Ahí se les fue (calculadamente) la mano a los aliados, y ahí fue donde perdieron la guerra. En el tribunal de la Historia