sábado, enero 05, 2008

UNA RELIGION DEL HONOR, MI NACIONAL/CATOLICISMO (En respuesta a las acusaciones de un pastor ex-catolico holandes, en contra mia)

Herman Hegger era hombre -y sin duda lo sigue siendo (*)- con el alma y la mente preñadas de buenas intenciones, de ideas (teologicas) grandiosas y "sublimes", y que me perdone (al delito de lesa infraccion anti-psicoanalitica, o anti-freudiana me refiero) Y es que es cierto que si habia algo de entrada que llamaba la antencion en aquel hombre pequeño, de gafas de intelectual, de fisonomia bien nórdica y holandesa, afable por cierto, distraido, ameno en la conversacion e incluso gracioso; lo era como digo el contraste flagrante entre su pequeñez fisica acorde con la imagen de humidad evangelica que despedia, y de otro lado lo grandioso, lo inconmensurable y titanesco de su empeño intelectual y teológico (e ideológico)

Y es que Herman Hegger, pastor protestante de la iglesia o de la tendencia reformada/holandesa, converso del catocismo -y no solo eso, sacerdote e incluso misionero catolico en el Brasil como lo fue primero- no era un pastor/protestante...ni siquiera un teólogo (fundamentalista) cualquiera, sino que la imagen de el hasta hoy me quedo de que tuve delante mia -por algunos dias tan solo...- a una de las grandes lumbreras del protestantismo holandes contemporaneo; autoridad irrebatible a la vez en temas de moral/y/buenas/costumbres en Holanda, estos ultimos decenios.

Ya explique en articulo anterior que mi negativa final a sus requerimientos -casi amorosos por lo insistentes (solo)- para que me convirtiese (como el lo habia hecho) me iba a valer casi veinte años mas tarde, bastante inopinadamente la verdad sea dicha, una diatriba fulminante y de lo más corrosiva, en articulo que hizo publico el 5 de Noviembre del 2004 en el diario confesional holandes (protestante) "De reformatorisch dagblad", bajo el titulo "A un fanatico no se le influencia" ("Fanaticus onbeïnvloedbaar"), y en el que a mi grande indignacion y sorpresa me veia ("odiosamente) comparado al joven fanático mususlman/integrista que asesinó en plena calle en Amsterdam al cineasta Théo Van Gogh, descendiente del gran pintor holandes, en un acto ritual homicida....

Al saber de aquello, despues de que cayese en mis manos el articulo injurioso, cursé respuesta inmediata a la redaccion de aquel diario de la que se me hizo llegar acuse de recibo correcto y amable incluso, pero solo por detras de la negativa (de lo mas educada) a publicarla, por supuesto, con el pretexto de que habia pasado el plazo previsto a tal efecto. Y dejé estar sin mas el tema, hasta que ahora y con motivo de esta serie de articulos navideños (y de Año Nuevo) que habre dedicado a mis viejos amigos y camaradas del FES de mis tiempos de la Universidad, el tema y el personaje se habran apoderado de mi de nuevo al punto que una respuesta se me antoja inexcusable e inaplazable. Por mi honor: el mio y no solo, quiero decir mi honor indivual y tambien mi honor colectivo, al que me debo...En defensa propia (y de otras muchas cosas intocables)

La religion -protestante, evangelica, cristiana, cristiano/fundamentalista o como se la quiera denominar- del pastor (en Holanda"domine") Herman Hegger, se podria definir, de lo que de el siempre lei, y de las conversaciones y discusiones que entonces mantuvimos, una religion de humildad (absoluta) con un corolario indesmentible que se podria callificar de "pacifista". Herman Hegger era un hombre/de/dios, dedicado a sus estudios a sus oraciones y predicaciones, ademas de a sus deberes de honrado e irreprochable padre y abuelo de familia numerosa, de los de biblia en mano a todas horas del dia, y por supuesto en las horas de las comidas, de las meriendas e incluso cuando se reunian (varias veces por dia) alrededor de la mesa, -costumbre bien holandesa- a tomar cafe simplemente (y unas galletas); con preces y lecturas piadosas invariablemente iniciados cada vez, sin dejar nunca de lado como digo aquel ejemplar tan venerado de los textos biblicos, de lo mas añejo a fuer de gastado (y manoseado), como una reliquia o un ex-voto o un amuleto o un talismán (como se quiera)

Quiero decir con todo ello que Herman Hegger se me antojó desde que lo conoci como un profesional (autentico) de la religion, de la suya propria, profesando a cada momento -como diria san/pablo, "a tiempo y a destiempo"- un mensaje (evangelico) de humidad y de paz o de pacifismo ("veribgratia" anti-violento) de lo mas absoluto. "Quien a hierro mata....", en su mente sino en sus labios a cada momento por cierto, y sobre todo la cita de la epistola/a/los/romanos 13, que incluiria mas tarde en su mas reciente diatriba en contra mia, sobre el uso...que me diga el interdicto del uso de la fuerza....Lo que blindaba por decirlo asi de una argumentacion sin fallas (aparentes) y de de una erudicion bíblica, teologica (y no solo) propiamente espantosa: de "vieja generacion" como hubiera dicho el profesor Plinio Correa de Oliveira, quien sostenia que la Segunda Guerra Mundial habia sellado una fractura profunda entre generaciones; de mentalidades, de habitos, de aptitudes y de capacidades, propiamente antropologica.....

Las fallas como digo acababann asomando por detras de las apariencias y si yo hubiera seguido en su immediato entorno por algun tiempo se habrian hecho estoy seguro mucho mas flagrantes y escandalosas, pero nuestro pastor/holandes vivia propiamente en el pais de las Maravillas -en aquella casona antigua, de estilo arquitectónico, con el rotulo "De Warburg" bien alto y bien visible en la fachada delantera de la casa -en recuerdo de una de las viviendas que ocupo Lutero tras su ruptura con Roma-, perdido y como enterrado en un aluvion de argumentos teologicos y citas bilibicas ("Son una maravilla, los argumentos de estos traidores", le escribia el Duque de Alba a uno de aquellos principes alemanes empeñados y enfrascados en la querella politico/religiosa entre catolicos y protestantes; tal y como se lee en una parte de su correspondencia desvelada no hace mucho en Bélgica....)

Asi por ejemplo, Herman Hegger que me reprochaba agriamente a mi el haber querido tomarme la justicia por mi mano, y de haber escogido a posta la via de la violencia, se mostraba de lo mas cauto y embrazado a la hora de juzgar la teologia (violenta) de la liberación en auge y en voga -y en llamas- por aquellos dias, al otro lado del charco, en Hispanoamerica. "Que él no se atrevia a juzgar, que habia alli mucha miseria, que el la habia visto con sus propios ojos" etcetera, etcetera....Y no se recataba nada en cambio, por cierto, a la hora de defender y de justificar el rearme nuclear de su pais, Holanda, en el seno de la Alianza Atlantica....Todo eso no se me antojan ahora mas que minucias al lado de la contrareplica -de testigo de cargo por cierto- que me merece hoy la religion que se me quiso imponer y embutir por la via de la perfusion (casi) entonces (hace ya tanto!...); tal y como la profesaba (hasta hoy) aquel pastor/protestante holandes, cura y misonero catolico/arrepentido, y teologo y predicante de la tendencia fundamentalista (la mas estricta y rigurosa)

Una religion del deshonor, con mascara de humildad por cierto. Deshonor individual y sobre todo colectivo. Una religion, fundada y erigida, sí -el protestantismo fundamentalista, "de derechas" que profesaba (y respiraba) aquel "hispanico" de los paises bajos, por mucho que renegase de sus raices, catolicas, "verbigratia" hispanicas y españolas- en el deshonor y en el desprestitgio individual y colectivo de toda una nación, a saber de España y de los españoles. E inspirada por cierto en la Leyenda Negra.

(Que era lo que en fondo y en lo mas hondo aquel aprendiz de brujo me proponia. Un acto supremo de humillacion, rayano en la autodestruccion o auto/aniqulaciion psicologica -a tenor de los efectos desmoralizantes, depresivos, que me hacia acusar todo aquello...-, disfrazado de conversion por cierto, o de camino/de/damasco como se quiera; un renegar, en publico de preferencia -en una de aquellas asambleas dominicales, a las que me llevaba y en las que me exhibia los dias que alli pase, casi en numero de feria, paseandome, él delante y yo detras por cierto, por las barbas de su entera feligresia, hasta las primeras filas del templo, como si fuera tirando de mí, con una soga o con cadena...- de mis raices catolicas, españolas como digo, y a la vez españolas...Y ello solo despues que hubiese confesado a la faz del mundo mis grandes pecados...y de mis crimenes; en expiacion de "lo que habia hecho", que me diga de lo que había sólo pensado o premeditado,-¡si no habia hecho nada en definitiva!-... Ni mas ni menos lo que los franceses llaman "un proceso de intencion"...y en el nombre de la libertad/evangelica)

España es una nacion irredenta, que arrastra una derrota/mundial en la que perdió no solo la hegemonia mundial sino tambien el buen nombre y la propia imagen en el concierto de las naciones: esa fue la gran leccion (como una amarga moraleja) que me dejo la experiencia -tan penosa e insufrible- de mis contactos con aquel pastor protestante/holandes, culpabilizante (de oficio) y pacifista, antiguo misonero catolico (de antes del concilio)....

...Y nacido -todo menos trivial el detalle- en Venlo, "la Negra" ("de Zwarte"), como se la sigue conociendo entre holandeses, que permaneció española aún despues de la paz de Westfalia (hasta la llegada de los Borbones....), y fue posteriormente belga antes de holandesa: como si quisiese sacudirse conmigo todas las frustraciones y complejos que les dejó la herencia hispanica a los católicos holandeses -concentrados sobre todo en las provincias del Sur limitrofes con Belgica-, tratados (y discriminados) invariablemente por el poder central (protestante) durante siglos como si fueran una minoria etnica...

Y esa derrota (mundial) la arrastramos y la soportamos -en lo mas íntimo- todos y cada uno de los españoles de puertas a fuera, nos demos o no de ello cabal cuenta. Un honor (nacional) que perdimos (hasta hoy) en unas guerras de religion, lo que explica que ese sentimiento del honor (irredento) sea lo que más nos defina, puertas afuera. (Cuando no se ve echado a perder -ay dolor!- por ese sindrome colectivo, tan "nuestro", individual a la vez que colectivo, de auto/desprecio...)

Un sentido del honor religioso y a la vez nacional, o patriotico: una religion del honor, catolica, o si se prefiere nacional/catolica

5 de Enero del 2008 (en Bruselas)

*: Sólo tuve noticia de su fallecimiento después de la publicación de estas líneas

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