Ultras polacos, con poco aspecto de antifas (a las pruebas me remito) que protagonizaron ayer un enfrentamiento -con porras y martillos- con los BUKANEROS del Rayo Vallecano anti-fascista por propia/definición, lo que en los medios de aquí nunca se ha dicho, en respuesta (sienciado esto último también) por la agresíon en el primer encuentro aquí. Vallecas -ya lo dije-, un barrio no como los otros
Polonia, nacionalismo polaco. ¡Aparte de mí ese cáliz! Que en los incidentes ocurridos ayer -cerca de la ciudad de BIALISTOK, cercana a la frontera rusa y lugar principal de procedencia -a juzgar por las matriculas de los coches allí, en Bruselas- de la corriente migratoria polaca en Bélgica, no está claro que el factor nacionalismo polaco haya jugado poco o mucho en el origen y en el discurrir de los acontecimientos, pero yo -que me conozco (un poco) el percal- sí que me lo malicio desde luego. No es óbice que otro factor igual o mas fuerte -de su fuerza de combustión- haya operado también en los incidentes del miércoles y me refiero al antfascismo (sic) declarado de los ultras del Rayo Vallecano, léase los Bukaneros. Vallecas, un barrio no colo otros (madrileños) Así lo escribí en una de mis entradas de este blog, y me suscribo y me reitero: ghetto (sic) de memoria democrática y base de lanzamiento de incursiones insurreccionales a Madrid, en ruptura del orden constitucional -"del 78"- u Orden a secas, generantes de odio e indignación (sic) y enfrentamiento guerra civilistas y de violencia callejera. Y así se explican esos serios y enconados enfrentamientos entre ultras que me dejaban atónito y perplejo de un primer golpe de vista. Que habrán merecido la condena formal del primer ministro TUSK, del partido de mi amigo JAN RULEWSKI, de BYDGOSZ -hoy senador-, que conocí -y me atendió- en mi visita allí, en el verano del 81, durante la primavera SOLIDARNOSC . Mucho ha llovido sobre los puentes desde entonces, el tiempo de darle a la vez, vuelta y más vuelta a lo que yo pensaba -firme y devotamente convencido- de Polonia, de los polacos y de la atención -que acabaría cobrando alcance mundial, gracias al papa polaco, a "su" papa (Papiesz)-, la que suscitaron sus problemas y fregados al mundo entero. No importa. Aprendí a tratarles y a conocerles un poco, y a que su nacionalismo tan correoso se me hiciera un poco más soportable, y menos insufrible su memoria, más laberíntica y procelosa que la de los otros grandes pueblos europeos. Tributario como lo fui (confiteor) del culto devoto (y no exagero) que les rendía Plinio CORREA DE OLIVEIRA, presidente de la TFP, que se creía -tragándose a pie juntillas- el piadoso relato de su memoria nacionalista -el del Instituto que la salvaguardaría hasta hoy (IPN)- de un pueblo héroe y mártir por partida doble frente a los nazis alemanes y a lor rusos comunistas en un marco de pura ilusión (fata morgana) de dos guerras mundiales en una, sin pararse a pensar (o a querer admitir) que la persecución (real) que sufrieron de los unos y de los "hotros" no fuera mas que el fracaso de colaboracion o de diálogo, con unos o con otros, de parte de polacos filonazis o procomunistas -en uno y otro caso, una "inmensa minoría"
Y así me paseé por el país -vestido de alzacuello y sotana hasta los pies de la FSSPX, que allí en un país de hábitos y sotanas de quita y pon en una misma/persona y en un país bajo un régimen (oficialmente) ateo, comunista se veían mucho menos de lo que yo me esperaba, y la mía mucho más pues por vía de consecuencia- y con esa Memoria procelosa que yo también hice (piadosamente) mía como si fuera mi brújula. Hasta cerca de la frontera rusa -y de la localidad polaca de Sandomierz --. donde me alojó un bravo cura polaco de pueblo -con la iglesia llena de fieles a abarrotar--al que parecía divertirle mucho mi aventura, pasando también por Cracovia donde me crucé -pura casualidad- con un joven con el que me había cruzado días antes en Varsovia (...) y sobre todo en Varsovia que me recorrí de cabo a rabo -calle de Jerusalén arriba- entre calles solitarias, bares y tiendas desiertos y escaparates vacíos. Desde el barrio PRAGA en las afueras de la capital -en la otra margen del Vístula- hasta un hotel céntrico donde me alojé una noche desde donde se podía divisar el imponente palacio -a hechura de STALIN- de la Cultura. Y visitando en Varsovia, como una estación obligada en mi peregrinación, un museo histórico a la gloria del Ejercito del Interior (AK, ARMA KRAJU) que protagonizó hacia el final de la guerra el levantamiento anti-nazi de Varsovia, ante la pasividad de STALIN que les dejó en la estacada, deteniendo el avance del Ejército Rojo en las puertas hasta que la insurrección anticomunista (en una jugada genial) fuera aplastada (...)
Sin olvidar mi paso por GDANSK -en alemán DANZIG (casus belli alemán en la II Guerra Mundial)-, junto a la costa báltica -a donde fui yo solo en excursión-, junto a las otras ciudades de GDYNIA y de SOPOT , dos de "las tres ciudades" ("troi miasto") Y allí participé -siempre en sotana- en un congreso de SOLIDARNOSC, donde crucé a Lech WALESA y a su rival en aquel congreso, Andrej GWIADZA, pero todo eso es ya otra historia que contaron los medios a profusión y yo mismo después cuando me detuvieron en Fatima. Dicho todo lo que precede a modo de apagafuegos para que la sangre no llegue (ya más) al río, entre españoles y polacos o más exactamente entre esas dos hinchadas, y en mi defensa. Frente a la pena de DAMNATIO MEMORIAE de la que me siento aún hoy víctima. En Polonia (me malicio) igual o casi igual que en España
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