miércoles, agosto 16, 2023

PULSION HOMOSEXUAL Y CRIMEN PASIONAL

 

Un espeso tabú -dentro del tabú (...)- que es preciso embestir de urgencia, ante el caso trágico que nos ocupa, en nombre de la libertad de expresion y en defensa del honor nacional español que este tétrico suceso pone en entredicho de puertas afuera (en Asia, América y Europa): el innegable e inseparable aspecto -de dominación posesiva y su fatal contrapartida, de (vil) su-mi-sión y de de-pen-den-cia- en la relación homosexual. Y en ese (inseparable) contexto, son acaso puramente triviales las nacionalidades respectivas de los protagonistas por activa y por pasiva del tragico y macabro suceso? Pulsion nacional (historicamente) "emancipadora- -y rayana (y ni eso) en la obsesión (sic)-, de parte de la víctima, -junto a la pulsión individual de orden sexual en cada uno-, a añadir al morbo de un crimen tan abyecto? A buen entendedor, "salut!" como dicen en Bélgica

Un crimen atroz que por lo macabro y truculento (fatalmente) erige barreras de distancia infranqueable en la opinión y nos obliga a la vez a una glosa o una moraleja (sin moralina) de urgencia y sin la menor dispensa o excusa, por spuesto. En defensa del honor. El de una Nacion emplazada o puesta en la picota por esa noticia de pâgina de sucesos, que por lo atípico y excepcional -de crueldad y de horror- salta a los primeros planos de la crónica de actualidad (a secas) más rabiosa, y la lectura diaria de la prensa española en los ultimos días nos exime de mayores abundamientos. Crimen horripilante y atroz, del que la fealdad (sic)  va poniéndose (e imponiéndose) progresivamente al descubierto, al hilo de las noticias en cascada que nos van llegando sobre la personalidad de los protagonistas -del autor del crimen en primer lugar- y de las circunstancias y detalles que habrán rodeado de cerca al escabroso suceso (...) Un crimen particularmente horrendo y atroz de una extrema fealdad (sic) que brinda un mentis por sí solo a aquella conferencia de titulo provocador -"La belleza (beauté) del crimen"- del abogado fraances (y euroasiatico a la vez) Jacques Vergès en un auditorio a abarrotar de la universidad belga a  la qe asistí a partir de entonces (ULB) los primeros tiempos de mi  estancia aquí (primavera verano del 87) Por el anzuelo de la personalidad polémica -y  controvertida- del orador, y por el morbo que despedían innegablemente el titulo aquel y otros rasgos de su autor -tales que su confesado y reivindicado anti-semitismo- que él arrstraba como pegados a la piel y que dan cuenta de lo extraordinario de aquella afluencia y aquel éxito de audiencia, y "pari passu" del atronador silencio (como avergonzado o vergozante) de los medios, ni rastro ni una linea en la prensa belga al dia siguiente de aquello! () 

Y es que el abogado (del diablo) francés con la magia de su oratoria y el brillo de sus posturas polémicas y extremas, manejaba bien el arte de vender a su auditorio las posturas y los enunciados mas indefendibles, como lo eran aquellos. Aunque para eso sacara ejemplos y argumentos de la historia de la literatura -el "Rojo y Negro" (Rouge et Noir) de Stendahl- y de la actualidad más rabiosa entonces como lo era la revolucion rumana- que derrocó a Ceausescu- en pirimera plana de la pagina de la prensa en todo el mundo en eaquellos momentos.  

Huerfanos (sic) unos y otros como él los calificaba, "de la Revolución: de Julien Sorel doméstico devorado de su pasion por una aristocrata y dueña de la casa en la que él servía (en la época de la Restauracion borbonica) y los niños hambrientos y desnudos qu llenaban -en la prensa internacional- ,las calles y túneles y alcantarillas de Bucarest tras la caida (y muerte) del Conducator. Con lo que el abogado francés brindaba a aqellos reos, de crimenes pasionales o delincuencia callejera, una cortada historica sociopoíltica como anillo al dedo que si no les absolvia del todo los descolgaba de la foto robot de monstruos, sediento de venganza y de sangre el uno, y vulgares delincuentes los otros, descriminalizándoles en todo o en parte, por así decir (con todos los respetos) En la guerra como en la guerra. Y en la guerra asimétrica en el terreno de la opnión que Jacque Verges llevaba a cabo en solitario  por su cuenta, todos los recursos y argumentos le eran buenos (...) 

Y hasta aqui, a modo de descargo o de un curarse en salud, el preámbulo que estoy brindando a estas lineas sobre un terreno tan melindroso, resbaladizo y delicado como lo es el de la criminilogía, en el que no vengo a ser (del todo) un neófito, todos aquí estarán de acuerdo. Aunque sólo sea por la criminalizacion (sic) de la que habré sido objeto prácticamente hasta hoy,  a comenzar por las instancias judiciales portuguesas como se habrá visto clamorosamente puesto de manifiesto (y destapado) -en un reciente reportaje a cuento de mi, en el diario hablado de la radio televisión portuguesa RTP hace unos meses  tan solo -y del que habré ya dado cuenta en este blog. Entrevista crucial y nada trivial en el trancurso de mi trayectoria, todos los que siguieron el programa dentro y fuera de España y de Portugal estarán aquí conmigo de acuerdo (...) 

Una crminalización (abyecta) que presidio mi condena, y también las condiciones de mi detención y el tratamiento -inhumano y degradante en tantos aspectos- del que fui objeto allí dentro y hasta mi liberación (condicional), y fue por las palabras y el juicio severo y culpabilizador del juez de aplicación de penas (sic) que firmó mi puesta en libertad condicional, tratándome sin ambages -mirándome bien fijamente al rostro, o negro sobre blanco por escrito- de criminal , léase de autor (sic) de un crimen pasional (sic) comparable pues al que aquí -en los medios me refiero- de ojos absortos estamos asistiendo (...) Con lo que quiero venir a decir que todo ello me da no sólo deberes -cumplidos y bien cumplidos- sino también un conjunto de derechos, como el de poder expresarme libremente (entre ellos), y es sobre el crimen pasional (y atroz) que no deja el primer plano de actulidad con el paso de los días ni un momnto.  

Un crimen pasional pues, sí, pero con un nexo racional (sic) -Enst Nolte dixit, a cuento de la Segunda Guerra Mundial-, y no el acto de un psicópata tampoco, a riesgo de escandalizar a mis lectores con lo que aqui estoy exponiendo. De factores sociales (o asociales?) -de orden (homo) sexual más que evidentes y notorios-,, y otros de orden nacional (sic), si podemos dejarlo sentado asi, de la nacionalides respectivas -española y colombiana- de los  protagonistas, víctima y reo del crimen. Y también, last but not leat, del país escenario del mismo, Tailandia, y de los autores judiciales y policiales encargadas de su investigación y esclarecimiento (...) 

Una relación homosexual (sic) en la que al autor del crimen jugaba (aparentemente) -a tenor de las propias declaraciones del acusado-  el rol de agente pasivo o consintiente, y en el que la nacionalidad colombiana del agente activo de la relacion sugiere o complica o añade (para decirlo sin tapujos ni complejos) morbo a la relacion -homosexual- dentro de la cual se consumó el crimen, y sin lo cual no se explica ni éste en sí, ni los detalles y circunstancias (sórdidos) que lo acompañaron.  

Y en cuenta también el pais -Tailandia- donde se cometió el crimen, tan lejano y alejado de nuestra mentalidad y "background" socio/cultural español, y de nuestra idiosincracia (en el plano histórico como también "nota bene" en el religioso) que no facilita la objetividad y ecuanimidad más imprescindibles en el abordaje y tratamiento del crimen, ni en su veredicto -con rumores cada vez más precisos e insistentes de pe-na-de muerte para el acusado- ni en el previo esclarecimiento tampoco (....)  

Pulsión sexual individual y a la vez pulsión posesiva (de orden sexual) -de dominio o de posesion- de una (inegable) componente colectiva, nacional, (historicamente) "emancipadora" por decirlo (otra vez) sin tapujos ni complejos, y a modo de eufemismo, o en otros términos "passion espagnole", léase complejo u obsesión (sic) anti-española. 

Lo dicho, que juzguen los que tienen que hacerlo y que a la vez se nos ecuche a los que nos sentimos en la obligación moral (y a la vez en el derecho) de levantar la voz y expresar nuestra opinion, en el respeto estricto de la cosa juzgada, y antes de ello en la libertad más completa, en base la presuncion de inocencia -que no invalida la autoconfension, privada ésta de valor absoluto en el terreno del Derecho, como así lo defendí en la entrevista a la que aludí mas arriba-, y a la defensa del honor de un pueblo, de una Nación, por este atroz suceso puesto (lamentablemente) en entredicho

Este brillante (y más que denso) librito -mitad ensayo mitad novela- del abogado ("lumineux")  Jacques Vergès, fue mi libro de horas en la cárcel, en Bruselas (mayo del 2002). Y no precisamente anecdótico el detalle o trivial, si se tiene en cuenta la trayectoria y la personalidad del abogado francés, del que asisti a una conferencia nada más llegar aquí, sobre "la Belleza (beauté) del crimen". Y en cuenta a la vez, la circunstancia de verme tratado entonces -y antes y después- como un criminal pasional (sic)  Y  fe mia que a la vista de aquella galeraí tan emblematica -y del más alto nivel su calidad literaria-, de "sanguinarios" en la Historia del Crimen, ni en pbalico ni en privado nunca llegué a verme (al espejo) en ninguno de ellos. Por eso, me pronuncio en este estruendoso caso. En toda libertad, y con perdon de los criminólogos   

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