viernes, enero 10, 2020

NOSTALGIA ESPAÑOLA DEL IMPERIO PORTUGUÉS

Marcelo Caetano, de ideología maurrasiana nota bene -integralista lusitana (no como Oliveira Salazar, de extracción democristiana) Último presidente del Consejo de Ministros del Estado Nuovo. El profesor (Doutor) Caetano murió en el Brasil en el exilio (y en la miseria), tras el 25 de abril, fiel hasta el fin en su defensa del Imperio colonial portugués, e irreductiblemente opuesto a su desmantelamiento, sin retractarse en nada de su trayectoria. Muchos portugueses –doy fe de ello- le apreciaban y respetaban y lamentaban (en voz baja) su triste suerte. La caída del Estado Nuovo y –“pari passu”- el derrumbe del Imperio portugués- fue una de las secuelas –como en España nuestra interminable guerra civil- del desenlace de la Segunda Guerra Mundial en la que Portugal como España mantuvo una actitud de neutralidad pactada (Umbral díxit) a favor del Eje
¿Nostalgia culpable? Sello de infamia en nuestra era democrática? Una polémica o debate que nos llevaría tal vez muy lejos tras la criminalización o no, la sacralización o culpabilización de sentimientos –Pio Moa dixit-, tales como la nostalgia el odio, la piedad, la compasión el perdón, etcétera, etcétera (….) Y viene a cuento de esa nostalgia irreprimible que me embarga de lleno a veces –que mis lectores se habrán ya dado cuenta de ello- caminando y adentrándome, mirando adelante y para atrás, por los rumbos y senderos de la Historia. De la historia europea de preferencia en plano de igualdad con la española (…) Y mas igual o comparable si cabe con esta ultima la de nuestros vecinos lisiadas, de dentro de la Península. Nostalgia española del Imperio portugués, de la gesta de los navegantes y de la colonización portuguesa en África (…)


“Portugal multirracial” así se lo oí yo proclamar estando preso allí a Adriano Moreira, ultimo ministro de Asuntos Coloniales del Estado Nuovo y raro superviviente del Portugal de antes de Abril en la política portuguesa aquellos momentos,–viejo conocido (junto con Alberto Franco Nogueira) del diario hablado de Radio Nacional en la España de mi (tierna) infancia-, ante la sorda (o no tanto ) irritación de la mayor parte de mis compañeros presos –de derecho común- para quienes el viejo político del viejo Portugal –el de la Vieja (Velha) Señora- venia a ser una especie de espantajo o coco o antigualla difícil de soportar desde que le veían asomarse en la pequeña pantalla (…) Como una reliquia del pasado enterrado y bien enterrado en la revolución de los claveles. Como otros cuantos, familiares de la televisión publica allí –como de su mobiliario, que los franceses dicen- y que por unos motivos u otros cualesquiera habían sabido capear el temporal e iban de sobrevivientes como si tal cosa, Y me viene a la mente tambien el rostro y el semblante del viejo presentador de la RTP –y de su diario hablado- Artur Agostinho y de los verdaderos arrebatos de furor y los comentarios soeces y vindicativos que su simple presencia en la tele –siempre en un tono modesto y discreto, como alguien queriéndose hacerse perdonar- en la sala de la televisión de Vale de Judeus despertaban (….) Muerte trágica y cruel del sueño colonial portugués eso fue para algunos portugueses –yo diría que para una mayoría silenciosa allí- la Revolución portuguesa del 25 de abril (….)
“Portugal e o futuro”. El futuro General Spinola, en muy segundo plano –el cuarto a contar por la izquierda, de capote y gorra oscura (y sin monóculo) (...)-, visitando -en 1941- del lado alemán y durante la Segunda Guerra Mundial, el frente de Leningrado (en Stalingrado -vox populi- Spinola tuvo una actuación mas destacada). La Foto -en mayùscula (...)- circula en la red a través de su publicación en una revista portuguesa. e ilustra de forma deslumbrante y cegadora la neutralidad pactada –Umbral díxit- a favor del Eje, de Portugal –como la de España- durante la II Guerra Mundial. A la vez que pone de relieve el protagonismo de Spinola en busca de “un futuro” -con disfraz, con monóculo (british) quiero decir (...) y así hacer olvidar (y ocultar) ese pasado "alemán"-, que le dio la espalda en el 45 a Portugal (como a España, entonces y en la Primera Guerra Mundial, justo antes de Annual) (...): en la guerra colonial primero –de comandante en jefe de las tropas portuguesas en Guinea- y en segundo lugar tras el desenlace indeciso de la batalla de Conakry (noviembre 1970), de comandante supremo del MFA (Movimento das Forcas Armadas) en la Revolucion (marxista) del 25 de Abril (1974)
Como una `puñalada por la espalda. Un sueño multirracial –del Ultramar portugués- que se defendía como podía de las acusaciones de racismo en el nombre de la moral cristiana (o judeo cristiana) Y que con su muerte (violenta y cruel) vino a ilustrar y a hacer perfectamente visible lo que la Segunda Guerra Mundial –guerra global- tuvo no solo de guerra o confrontación ideológica y de guerra de religión sino también de guerra de razas. Como así lo vieron y lo recuerdan los “retornados”, víctimas directas de la descolonización y de los crímenes (sic) que se cometieron en su nombre como lo declaré o denuncié en mi juicio, lo que me valió el aplauso emocionado y agradecido de alguno de aquellos en el correo que allí dentro me llegaba (,,,,) Porque lo mismo que la guerra civil española –lo dije y lo mantengo- fue a la vez preludio o repetición general de la Segunda Guerra Mundial, así como uno de sus últimos estertores o coletazos, esto ultimo igualmente se puede decir del derrumbe del Imperio portugués que tuvo a fe mía algo de cósmico cataclismo tal y como me pareció intuirlo desde fuera y como acabe confirmándolo o corroborándolo desde dentro por si dudas me quedaban (….) Una guerra de negros contra blancos, eso fue –para dejarnos de eufemismos- la "descolonización ejemplar" tal y como la etiquetaron (piadosa y hagiográficamente) los propagandistas del nuevo régimen (democrático) surgido de la Revolución (de Abril) Una revancha violenta, sangrienta del pasado colonial portugués como lo vienen siendo hoy –casi tres decenios mas tarde, en el resto de Europa- la inmigración en masa de confesión musulmana, léase la invasión silenciosa (…) ¿ Los germanos y su pulsión –de signo racista- al Este (“naar het Oosten”), testigos presenciales en convidados de piedra) de todo ello? (….) Y no sigo que me pierdo (….)

Digamos que como a menudo sucedió a lo largo de la historia, la intuición salva –en la Memoria- lo que perdieron los postulados en el terreno de los hechos (….) Y si el postulado ario/nórdico –o ario/germano- se vio rotundamente desmentido o invalidado con el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, la intuición racial o etno/racial del régimen nazi se ve clamorosamente confirmada o corroborada en cambio por la actualidad mas candente de todos los días, al filo de un serie de acontecimientos (….) y del horizonte –lúgubre a más no poder, negro a fuer de tétrico- de choque de culturas y civilizaciones y de memorias –y de razas (lo mismo me da que me da lo mismo- que se proyecta tras de aquellos (…) Porque no hay que ser un lince para apercibir tras el fantasma del Gran Reemplazo (étnico /racial) que absortos presenciamos –aquí en Bruselas sin ir mas lejos-, el polvoriento fracaso de la colonización europea –y más precisamente la belga y la portuguesa- y el abrumador complejo de culpa colectivo que habrán legado a sus respectivos pueblos como el que –mutatis mutandis- legó a los españoles la Emancipación americana, una rebelión mestiza y antiespañola en el fondo, como en estas entradas vengo manteniendo (….) Y no sigo, insisto, que no quiero perderme, de verdad que no quiero (….)

Antes que “incívicos” –léase “negros” (nazi/fascistas)- mejor extranjeros –léase moros o africano/negros-, la consigna no escrita –secreta, disimulada o sobreentendida- que habrá regido la política belga en materia de inmigración, durante decenios (….)Y mestizarse en masa, fue a su vez la única forma de redimirse del gran crimen (sic) de la Conquista –""la Destrucción de las Indias" como reza la leyenda del padre Las Casas- aunque perdiéramos el alma y el futuro en el empeño (….) Pulsión al Este, conquista de América ¿comparaciones odiosas? Tchiss, tchiss, que de verdad que me pierdo (….) Como sea, el derrumbe del Imperio portugués trajo consigo –la mas crasa de la evidencias- el derribo de un gran muro de contención, que hace insensiblemente desvanecerse hoy todo un mundo de esperanzas y que el horizonte de futuro se (nos) haya puesto de repente todo negro (….)

Dicho todo lo que precede en legitima defensa en parte, por el bofe de desconfianza y puesta en guardia que sentí de pronto en algunos portugueses de Bélgica –tras mi aparición en el diario hablado de la RTP-, aliados objetivos frente a la invasión silenciosa (aunque me cueste el creerlo)

No hay comentarios: