domingo, enero 28, 2018

Crin de Fuego

Creía yo en la Amistad
De noche como de día
¡Pura y desinteresada
Como en todo lo que creí en mi vida!

¿Y qué, Juan? Tras la desilusión
Y semi ahogado entre brumas
¿Sigues creyendo en brujas, duendes,
Y en cuentos de hadas todavía?

¿O cuando conociste a ella
Dejaste de creer (en pamplinas)?
Digamos que no fue así, ¡oh no!
que la amistad, mas pura es, que más ayuda

a guardar el corazón firme
y abiertas sus válvulas defensivas,
y ese amor (grande) por ti
que desde entonces me cobija

Fui distinto por eso, sí,
Porque creí en el Amor
y en la Amistad (más) pura
sí (y con mayúsculas)

Aunque sólo oso asumirlo ahora
¡Atardecer de mis días!
Y es que hasta hoy no la vi
¡Soledad, (agri) dulce compañía!

Y por eso, princesa, yo te amé
Porque yo era algo impar
Y aunque ello me costase
Al final -¡ay dolor!- lo asumía

Y por eso te supe amar a ti
Y a tu prosa –¿sosa, insulsa?-
A cambio de tu dulce encanto
¡Que alumbró en mi tanta poesía!

Y desde entonces, vivo en las nubes,
que es todo un estilo de vida
O una manera (alta) de vivir,
¡La más noble, la más linda!

Vivo en las nubes por ti amor, sí,
Cabalgando en un Pegaso
-como cantó aquel poeta (infeliz)-
de luz (belleza) y armonía

¡Caballo de fuego y alas
el de mi amor por ti, diosa (y niña)!
Que me llevó amor muy lejos
Hasta perdérseme de vista

Hasta este desierto de tártaros
En el que me encuentro ahora amor
De pie firme (en torre de marfil
o en un pozo de amargura)

Hasta que te vea aparecer
Sola, perdida en el llano,
O surjas cual (bello) fantasma
En lo hondo de la noche oscura

¡Crin de fuego! lo que hiciste de mí
O hiciste que volviera a ser
Sin cesar –tras de ti-, como aquel
cara al miedo…¡y tras la Vencida!

(¡Qué espejo/fiel el filme aquél!
¡Y qué mujer tú! ¡de película!)

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