miércoles, noviembre 12, 2014

GARZÓN, RENEGADO Y TRAIDOR

Cuando me detuvieron delante del Palacio Real de Bruselas el 16 de mayo del 2000, unos días antes con ocasión de la visita –el 13 de mayo del papa polaco a Fátima la Interpol (portuguesa, me figuro) dicto una orden de caza y captura (sic) en contra mía, que llevaba residiendo trece años ya en Bélgica y un año en el mismo domicilio de Bruselas. La noticia mereció titulares -y fotos (enormes) acompañando- de la Prensa Global, en Bélgica, España, Francia e Italia (y que sé yo) Al día siguiente, tuve una visita domiciliaria de mañana temprano de dos agentes belgas en civil, que –en el colmo del asombro (creyéndome sin duda fugitivo a tenor de las informaciones de los medios)- acabaron volviéndose como habían venido, pese a la orden (internacional) de caza y captura (…) Moraleja, menos lobo y menos etiquetas (de Interpol o de lo que sean)
Voy a hacer daño de nuevo, mucho me temo, a los (buenos) amigos que me dejé hace ya tantos años en Argentina, de verdad que lo siento. No es culpa mía. La jueza de pesadilla vuelve ahora otra vez a la carga –con el juez de Garzón asesor flamante de la Viuda Negra echándole a no dudar el bofe en la nuca- por cuenta del pasado que no pasa de los españoles. ¿Qué tienen que ver la Argentina y los argentinos con España desde los tiempos de la emancipación americana? Perón nos salvó (colectivamente) la vida en tiempos del bloqueo internacional contra el régimen de Franco, replicarán aquí inmediatamente algunos hispano americanistas que no pusieron nunca en su vida un pie del otro lado del charco.

Lo pensé yo también siempre porque fue lo que oí en casa y por todas partes desde que tuve uso de razón. Hoy no obstante veo las cosas con mucho mas realismo y cordura y sangre fría, cosas de la edad sin duda alguna. Se provecharon –cobrándose bien en especies- de nuestra situación de debilidad y de aislamiento internacional tras el desenlace de la segunda guerra mundial, más que otra cosa. Pero eso es también agua pasada, porque si Perón les salvo la vida (un decir) a los españoles amenazados de una hambruna orquestada por las grandes potencias, también le salvó a él la vida Franco otorgándole refugio durante casi veinte años.

La caída del peronismo fue una tragedia en lo que tuvo de guerra civil en pequeña escala. Como lo fue la llamada guerra sucia contra el terrorismo, como lo fue la derrota argentina en las Malvinas, y di acabé volviéndome de allí - por decisión propia (e irrevocable) –dos años nota bene antes de que estallase el conflicto armado con los ingleses e aquel archipiélago fue en (gran) parte porque no sintiéndome argentino me resistía a verme envuelto de una u otra forma en aquello.
Manifestantes a favor del juez Garzón hace dos año y medio en el pueblo de Torres (provincia de Jaén) su tierra natal, que conozco bien. ¿Seguirán apoyándole ahora en sus campañas de injerencia descarada desde la Argentina, un país dirigido por una clase política que odia a España en lo más hondo de su ser –como es el caso de la Viuda Negra a quien en lo sucesivo asesora (…)- por más que lo disfracen a veces de forma tan falaz (tan "piola", tan “argentina”)? Quien roba a un ladrón dice el refrán, tiene cien años de perdón. Y quien da la espalda a un traidor, todavía más
Y creo que es lo que debió sentir y reconocerme en el fondo implícitamente al menos una profesora de la facultad de derecho de la Universidad de Buenos Aires, Diana Mafia, a la que sin duda le merecí el que me nombrase –nombre y apellidos completos- y me citase literalmente y por extenso -por más que se distanciase convenientemente de mí y de mis apreciaciones, y de mis posturas- en un congreso universitario celebrado hace ahora más de dos años por tierras del Río de la Plata. Y era po cuenta de un artículo mío –en mi anterior blog de Periodista Digital- sobre el infortunado joven español de filiación falangista (de izquierdas) Javier Iglesias desaparecido por aquellas tierras en tiempos de la presidencia de Carlos Saúl Menem, a quien debió su nombramiento la jueza Servini (de Cubria) La viga en el ojo ajeno, no me digan.

En aquel artículo que me mereció el verme citdo por la profesora argentina me distanciaba yo del culto de martirologio que le vienen profesando algunos desde su desaparición –hace ya casi iente años-, y lo hacía yo por razones de fondo, históricas e ideológicas y también de coyuntura, con el telón de fondo de la ola de algaradas callejeras que venían protagonizando los indignados en plazas y calles de las principales ciudades españolas, y la fiebre que todo aquello contagiaba en sectores teóricamente situados en la vertiente opuesta.

Hoy como ya lo dejé sentado en otro artículo más reciente publicado el pasado año en este blog, pienso que lo que perdio a Javier Iglesias no fue su peronismo de izquierdas –cercano (en teoría al menos) del de la actual presidenta, la Viuda Negra, sino su condición (“maldita” desde los tiempos de la emancipación) de español en la Argentina.
En esta novela de Nicasio Pajares con el telón de fondo de su experiencia argentina se puede leer lo que sigue. “Chusma vil, excremento asiático y africano, raza decrépita, inferior, cobarde y sanguinaria, que gracias al injerto poderoso de los porqueros extremeños y de sus seguidores habéis dejado de rascaros los piojos en lo alto de los cocoteros, a la sombra del ombú y en el interior de las tolderías; hez humana, pedantes xenófobos vacíos como cañas, literatos de leche aguada, pensadores de cartón piedra que exponéis en Paris con vuestro ridículo chaqué las plumas de vuestro espíritu; diplomáticos de circo, manada de “vacunos” y de cantores de la ‘cosecha’, de la ‘hasienda’ y de las ‘estansias’ ” No comparto, guardé buenos amigos allí que me impiden generalizar de esa forma, pero a algunos criollos –de sangre o de mentalidad apenas- la lectura de un texto así les vendría bien de un punto de vista terapéutico, porque les haría tal vez recapacitar que no todo el mundo comparte la visión endiosada que guardan de ellos mismos, que se repercute fatalmente en la que ellos guardan de los otros en particular de los españoles. Una injusticia y una infamia que claman al cielo, con todo los que nos deben
Aquí ya mencioné y cité a Nicasio Pajares, exponente de una corriente de bohemia literaria que reexhumaba Juan Manuel de Prada en uno de sus libros “Desgarrados y excéntricos” y que Francisco Umbral llamo un Noventayocho menor-, que hizo de su experiencia –no poco traumática por las trazas- de emigrante español (y gallego de ascendencia para más inri) en la Argentina motivo principal de inspiración de sus novelas llamémosles regeneracionistas. No guardó muy buen recuerdo –lo menos que se puede decir- Nicasio Pares de su experiencia argentina lo menos, y lo menos que se puede decir también es que se desquitó (no poco) en sus novelas.

Aquí ya evoqué su obrita –de un título que ya dice mucho sino todo-, “Atorrántida” Me la devoré literalmente falto de tempo la última vez que pasé por Madrid, en la Biblioteca Nacional. Y en ella a fe mía que se consigue plasmar de forma plenamente literaria el rechazo que producía en la Argentina criolla (independiente) de finales del siglo diez y nueve y primeras década del siglo veinte la emigración europea, algo que acababa cristalizando en formas o formulaciones y antagonismos de carácter ideológico pero que en el fondo no traducían menos un factor de orden étnico que se remontaba en línea recta a la emancipación americana por aquellas tierras en lo que tuvo de rebelión mestiza (anti-española) como aquí ya lo tengo repetidamente señalado.

Y asi entre los emigrantes europeos que se ven blanco de la desconfianza y de la ojeriza del hijo (criollo) del estanciero, Don Juan, y de sus amigos (“irigoyenistas”) en la novela figura por supuesto un español (gallego) trasunto autobiográfico sin duda del autor de la novela. Con el tiempo y una caña y entre tormentas y bonanzas aquellos emigrantes acabarían dando hijos y nietos que acabaron a su vez asimilando –por razón de fuerza mayor- a la cultura autóctona (criolla) y con ella el sedimento anti-español que esta arrastraba desde los tiempos de la emancipación, y acabarían más nacionalistas/argentinos que los propios criollos o descendientes de los criollos que habían consumado siglo y medio antes la ruptura con España. Y así vemos ahora a la jueza Servini –descendiente a todas luces de emigrantes italianos- poseída de una pasión española que me diga anti-española propiamente criolla –como la sue a todas luces posee a la Viuda Negra- que la lleva a meter las narices en las cicatrices y en las heridas reabiertas o a medio abrir de los españoles. Con el bofe en la nuca del juez apátrida (y renegado) ya digo, pero sin que precise mucho de ello ella tampoco para actuar por su cuenta.
Peronistas argentinos de tendencia nacionalista -con la rosa federal (símbolo de caudillos federales...y de montoneros) al fondo, en el centro de la pancarta. Y en el centro de la foto, Ricardo Sáenz de Ynestrillas. Evita se ganó a los españoles de su época, es un hecho irrefutable. Pero no se puede decir lo mismo en relación con sus compatriotas, como lo podría comprobar el arriba mencionado durante su estancia allí (...) Una hispana portuguesa de América, más criolla de mente y de espíritu que los propios criollos, eso es lo que fue Eva Duarte (de Perón) (...) Como sea, del mito erigido en torno a su figura fue víctima en cierto modo Javier Iglesias. Que fue sobre todo un chivo expiatorio por designación, por su condición de español en Argentina, nadie me lo quita de la cabeza
No pasarán. Ellos sí que no. Al contrario de Franco en el 39. Interpol es una etiqueta más que otra cosa. Y lo digo por propia experiencia. En mayo del 2000 con ocasión de la (segunda) visita del papa polaco a Fátima, la prensa belga se llenó de titulares en las primeras páginas y a su ancas la de otro países europeos como España, Francia e Italia dando cuenta que Interpol (sic) había dictado orden de caza y captura contra el que esto escribe, que residía en el mismo país, Bélgica, desde hacía trece años, en la misma ciudad, Bruselas, desde hacía siete, y en el mismo domicilio (digo bien) desde hacia un año, lo que me valió al día siguiente de la publicación de aquella noticia tan sensacionalista una visita domiciliaria de mañanita temprano de dos agentes en civil sólo para cerciorarse que yo seguía estando allí, “por lo que viene en la prensa" me dijeron en tono de embarazo y a modo de excusa (…) Volviéndose como habían venido pese a “la orden de caza y captura” y a los titulares (enormes algunos, y foto acompañando de la Prensa Global (…)

Interpol de Argentina dice ahora una cosa pero Interpol de España piensa otra, y con tan mala suerte para los del otro lado del charco que la secretaria general (francesa) da la razón ahora a estos últimos. Medico cúrate a ti mismo. Hurga en las heridas tuyas propias, mucho más recientes, antes de meter la nariz en los asuntos de un país y de sus habitantes a los que por propia definición –como lo experimenté en propia carne cuando allí residí- allí considerais extranjeros.

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