la Esperanza que no muere
Y si muere resucita
Al fuego de la canción (¡que vuelve!)
Del frenesi que escuchándola
Me embargaba ¡Vida Mía!
(De esas ganas furiosas de vivir
como un sagrado reflejo)
que realumbró mi vida
en los momentos aquellos
que recuerdo aún (anno 2000)
¡con frío hasta en los huesos!
Y si sobreviví entonces
Nunca me las vi igual ¡de veras!
Quien me dice que no
En la movida de vértigo (¡Esta!)
Y cuando -valiente!- surca las ondas
Luce y reluce -¡alta!- mi estrella
La que me guió hasta hoy
Más bella y rutilante que nunca
La Música me salvó entonces, sí,
-¿No son la misma cosa? (el Metro y la Rima)?-
Como la Poesía lo hizo después
¿Hay alguien que me lo explica?
Y el Oráculo es siempre el mismo:
Aunque bordeas el Abismo
Tienes que seguir siendo Tú
(Y aunque te pueda el vértigo)
Digamos que salió el Metro
Del Orden y de la Ley
Y de él nacio -libre y suelto-
Lo que el verso tiene de dulzura
La que me regalan tus ojos
Que no me fallan (¡nunca!)
En ese tiro al blanco
Que tú te traes, ¡so bruja!
Empeñándote en parar el Tiempo
Cuando sabes bien (de niña)
Que nada será como antes, ¡cierto!
Pregunta si no al Tiempo (que embruja)
(¡Tiempo sagrado en la Sagrada Burbuja!)
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