martes, julio 14, 2020
POLONIA, POR LA MITAD
Hans Frank, gobernador general (nazi) de Polonia durante la II Guerra Mundial (la foto, en Cracovia, 1939) Muerto ejecutado –tras condena a la pena de horca- en Nuremberg. Católico practicante, jurista y universitario brillante. ¿Victima o verdugo (de polacos), o las dos cosas a la vez, como fue sin duda la regla en uno y otro bando durante la II Guerra Mundial? Victima sobre todo de los testimonios (sometidos de entrada a caución, y a revisión) de un hijo indigno que le mancilló todo lo que pudo para salvarse él. Y de la fantasía de Curzio Malaparte –en sus novelas- que tenia mucho que esconder. Hans Frank, una leyenda de hombre más que otra cosa (que sabemos lo que es) (…)
Una Polonia dividida por la mitad. Es la conclusión que merece a observadores polacos el resultado de las elecciones de ayer con la victoria in extremis, por los pelos, tras recuentos y más recuentos, del candidato del PIS (Partido de la Ley y de la Justicia, derecha nacional/católica) frente al alcalde de Varsovia de la tendencia calificada de liberal. Entre el Este y el Oeste, entre viejos y entre jóvenes, y entre prorrusos y pro-alemanes como lo estuvieron tan a menudo –de divididos- a lo largo de su historia, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Triunfo electoral del papa Wojtyla, es sobre todo lo que el resultado electoral reciente parece querer significar. A través de “su” partido (el PIS), de los obispos y de los curas y parrocos, que no dudaron (a las ancas de aquel) en echarse en bloque a la arena electoral, con las banderas y estandartes del PIS por montera, y con la ideología de género y el FGTB de caballos de batalla, calificados por sus ilustrísimas de peores (sic) que el comunismo, ellos que tiene al respecto tanto que ocultar y hacerse perdonar u olvidar, y lo hacen a base de amalgamas como esa, por groseras –¡de vergüenza ajena!- que ellas sean, qué mas da (…) Y en nombre de la Virgen Maria y de la integridad de los niños, amenazados por gays y lesbianas de corrupción sexual (sic) (lo que hay que escuchar) En el telón de fondo espectral, mudo y ensordecedor -en convidados de piedra- de los miles y miles de menores abusados a manos de eclesisticos, dentro y fuera de Polonia. Y ante provocaciones de ese tamaño y cariz echamos mano a la tecla sin poderlo remediar. (¿El PIS, antena polaca de los "Heraldos" de la TFP (todos, después de su implosión, refugiados allí)? ¡Vivir para ver, fantasmas míos!))
Adam Michnik, celebre disidente –marxista o posmarxista- y “consejero” de Solidarnosc (la foto es de 1981) Estuve –vestido de sotana- en la puerta de su casa en Varsovia, durante mi incursión allí en la primavera de Solidarnosc (julio del 81), y estuve hablando con su padre que amablemente me atendió. Michnick califica de policía de la memoria (sic), la labor del IPM (Instituto de la Memoria Nacional) –y su cuento de buenos y malos sobre la II Guerra Mundial y después hasta la caída del Muro-, patrocinado por el PIS, y “ad majorem gloriam” de su Santidad
De laberíntica a ojos de terceros se me antojó la historia de Polonia cuando me puse a estudiarla, sn parar. Y lo que más llama tal vez la atención de profanos o extranjeros es esa polaridad inalterable, como un parámetro o una constante geopolítica de su política exterior –entre el Este y el Oeste, entre Alemania y Rusia, entre europeistas y eslavófilos o rusófilos-, que se vio encarnada en la primera mitad del pasado siglo XX en el bipartidismo o alternancia entre nacional demócratas y socialdemócratas en torno a las dos figuras más emblemáticas del pasado aquel, el rusófilo Roman Dmówski (la o pronunciada u) –que algunos en Francia calificaban del Maurras polaco- y el pro-alemán (que me diga pro-prusiano) y socialdemócrata (e igualmente antisoviético o anticomunista que el anterior) Mariscal Pilsudski, vencedor del Ejército rojo en la batalla del río Vístula -a las puertas de Varsovia- y venerado como un salvador de la Patria –doy fe de ello- en los medios (jóvenes) de Solidarnosc. Y fue lo que antes aún marcó la existencia de la monarquía bicéfala de las Dos Naciones (Polonia y Lituania) -antecesora y matriz de la Polonia actual- por los bandazos –al Este y al Oeste- de sus monarcas electos, análogos o comparables -por sus lazos de dependencia al Imperio de los zares-, con las dinastías “fanariotas” (cristianos filo/turcos y cripto/musulmanes), en Rumanía bajo dominación otomana. Y ahora se diría que vuelta a empezar. Entre la Rusia de Putin y la Unión Europea (UE), con la Iglesia católica –que no podía faltar- y el santo papa eslavo salvando las apariencias y borrando a la vez todas las pistas y obligando a barajar de nuevo las cartas a todo barajar, que a algunos no nos las dan (….) Me explico, con el (santo) PIS de San Wojtyla, que no podía faltar. Como hicieron tras la II Guerra Mundial con una Polonia igualmente dividida durante el conflicto, diga lo que diga ese instituto (forense) –como una santa/mafia, patrocinada por el PIS- de la Memoria Nacional (IPM) Entre resistencia anti-alemana y pro-soviética por un lado, frente a los numerosos polacos germanófilos (y católicos) –clérigos como seglares- por el otro, que abrazaron la Colaboración. Polonia hoy como ayer, dividida (grosso modo) por la mitad
Lech Walesa, el líder (incombustible) de Solidarnosc, obrero en los astilleros navales, y líder carismático como no hay tres. Nos conocimos en “la primavera de Solidarnosc” –julio de 1981- en el marco de un congreso regional de Solidaridad en Gdynia (3 Miasto) junto al Mar Báltico. El encuentro breve –yo vestido de sotana- tuvo lugar en presencia de testigos. Y nos caímos bien. Los polaco/papólatras del PIS –vencedores por los pelos de las recientes elecciones- le acusaban (a toro `pasado) de agente o miembro de la policía política. Ellos que en la materia tanto tenían que ocultar
Una Polonia dividida por la mitad. Es la conclusión que merece a observadores polacos el resultado de las elecciones de ayer con la victoria in extremis, por los pelos, tras recuentos y más recuentos, del candidato del PIS (Partido de la Ley y de la Justicia, derecha nacional/católica) frente al alcalde de Varsovia de la tendencia calificada de liberal. Entre el Este y el Oeste, entre viejos y entre jóvenes, y entre prorrusos y pro-alemanes como lo estuvieron tan a menudo –de divididos- a lo largo de su historia, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Triunfo electoral del papa Wojtyla, es sobre todo lo que el resultado electoral reciente parece querer significar. A través de “su” partido (el PIS), de los obispos y de los curas y parrocos, que no dudaron (a las ancas de aquel) en echarse en bloque a la arena electoral, con las banderas y estandartes del PIS por montera, y con la ideología de género y el FGTB de caballos de batalla, calificados por sus ilustrísimas de peores (sic) que el comunismo, ellos que tiene al respecto tanto que ocultar y hacerse perdonar u olvidar, y lo hacen a base de amalgamas como esa, por groseras –¡de vergüenza ajena!- que ellas sean, qué mas da (…) Y en nombre de la Virgen Maria y de la integridad de los niños, amenazados por gays y lesbianas de corrupción sexual (sic) (lo que hay que escuchar) En el telón de fondo espectral, mudo y ensordecedor -en convidados de piedra- de los miles y miles de menores abusados a manos de eclesisticos, dentro y fuera de Polonia. Y ante provocaciones de ese tamaño y cariz echamos mano a la tecla sin poderlo remediar. (¿El PIS, antena polaca de los "Heraldos" de la TFP (todos, después de su implosión, refugiados allí)? ¡Vivir para ver, fantasmas míos!))
Adam Michnik, celebre disidente –marxista o posmarxista- y “consejero” de Solidarnosc (la foto es de 1981) Estuve –vestido de sotana- en la puerta de su casa en Varsovia, durante mi incursión allí en la primavera de Solidarnosc (julio del 81), y estuve hablando con su padre que amablemente me atendió. Michnick califica de policía de la memoria (sic), la labor del IPM (Instituto de la Memoria Nacional) –y su cuento de buenos y malos sobre la II Guerra Mundial y después hasta la caída del Muro-, patrocinado por el PIS, y “ad majorem gloriam” de su Santidad
De laberíntica a ojos de terceros se me antojó la historia de Polonia cuando me puse a estudiarla, sn parar. Y lo que más llama tal vez la atención de profanos o extranjeros es esa polaridad inalterable, como un parámetro o una constante geopolítica de su política exterior –entre el Este y el Oeste, entre Alemania y Rusia, entre europeistas y eslavófilos o rusófilos-, que se vio encarnada en la primera mitad del pasado siglo XX en el bipartidismo o alternancia entre nacional demócratas y socialdemócratas en torno a las dos figuras más emblemáticas del pasado aquel, el rusófilo Roman Dmówski (la o pronunciada u) –que algunos en Francia calificaban del Maurras polaco- y el pro-alemán (que me diga pro-prusiano) y socialdemócrata (e igualmente antisoviético o anticomunista que el anterior) Mariscal Pilsudski, vencedor del Ejército rojo en la batalla del río Vístula -a las puertas de Varsovia- y venerado como un salvador de la Patria –doy fe de ello- en los medios (jóvenes) de Solidarnosc. Y fue lo que antes aún marcó la existencia de la monarquía bicéfala de las Dos Naciones (Polonia y Lituania) -antecesora y matriz de la Polonia actual- por los bandazos –al Este y al Oeste- de sus monarcas electos, análogos o comparables -por sus lazos de dependencia al Imperio de los zares-, con las dinastías “fanariotas” (cristianos filo/turcos y cripto/musulmanes), en Rumanía bajo dominación otomana. Y ahora se diría que vuelta a empezar. Entre la Rusia de Putin y la Unión Europea (UE), con la Iglesia católica –que no podía faltar- y el santo papa eslavo salvando las apariencias y borrando a la vez todas las pistas y obligando a barajar de nuevo las cartas a todo barajar, que a algunos no nos las dan (….) Me explico, con el (santo) PIS de San Wojtyla, que no podía faltar. Como hicieron tras la II Guerra Mundial con una Polonia igualmente dividida durante el conflicto, diga lo que diga ese instituto (forense) –como una santa/mafia, patrocinada por el PIS- de la Memoria Nacional (IPM) Entre resistencia anti-alemana y pro-soviética por un lado, frente a los numerosos polacos germanófilos (y católicos) –clérigos como seglares- por el otro, que abrazaron la Colaboración. Polonia hoy como ayer, dividida (grosso modo) por la mitad
Lech Walesa, el líder (incombustible) de Solidarnosc, obrero en los astilleros navales, y líder carismático como no hay tres. Nos conocimos en “la primavera de Solidarnosc” –julio de 1981- en el marco de un congreso regional de Solidaridad en Gdynia (3 Miasto) junto al Mar Báltico. El encuentro breve –yo vestido de sotana- tuvo lugar en presencia de testigos. Y nos caímos bien. Los polaco/papólatras del PIS –vencedores por los pelos de las recientes elecciones- le acusaban (a toro `pasado) de agente o miembro de la policía política. Ellos que en la materia tanto tenían que ocultar
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