viernes, diciembre 13, 2019
APUESTO POR TRUMP (OTRA VEZ)
Steve Bannon antiguo jefe de campaña electoral de Donald Trump, y como tal artífice de su victoria (…) Y su experto en comunicación –a través de su propia red (Alt-Right)- y en la actualidad brazo derecho y consejero escuchado del presidente USA para Europa. Y su interlocutor privilegiado a la vez con los medios europeos soberanistas, identitarios, populistas -o de extrema/derecha, para que se me entienda- (Salvini, Marine Le Pen, VOX etcétera, etcétera (…) A él dedicamos esta entrada de preferencia, y la apuesta –por Donald Trump- que en ella (una vez más) se e3ncierra (…) Y es por la imagen que arrastra de político y hombre de negocios norteamericano a la vez, al que (por propia definición) no interesan ni le merecen estima (o muy poca) las cuestiones ideológicas. Excepción hecha del antifascismo y del antisemitismo. Como el propio Donald Trump y el buque de insignia de su política internacional –la alianza y amistad incondicional con el Estado de Israel- asi lo demuestran Y a buen entendedor pocas palabras sobran. Por si así, conseguimos atraer su atención. Y venciendo asi (confiteor) una pereza espantosa (…)
Trump en la picota de los medios, y del Congreso. “Impeachement”, destitución, palabra mayor en el sistema político USA como Richard Nixon o Bill Clinton lo supieron experimentar (en carne propia) y así poner de manifiesto. Comparaciones odiosas uno y otro caso aunque se les reservase el mismo tratamiento a uno y otro. De Nixon y del Watergate era yo todavía muy joven (e inexperto) y no alcancé a formarme en su debido momento una opinión cierta. Leí no obstante muchos años después una de las novelas (en negro) del niño travieso –o “perro rabioso” más bien- de la novela negra USA, James Ellroy “Sangre vagabunda• donde presenta al ex presidente (destituido) como una especie de monstruo del poder político y de la intriga que tenia hilo directo a cualquier hora del día y de la noche con sicarios a su servicio (…) Y confieso que aquella lectura –en un autor incatalogable pero etiquetado (hasta hoy) de derechas- me produjo no poco desconcierto y desasosiego, como la perdida de la inocencia en ciertos aspectos.
De Trump no creo en cambio que se acabe nada parecido por revelar (ni algo así) Pero los cargos y acusaciones son iguales o parecidos a las que dieron cuenta de Richard Nixon. Abuso de poder, trabas al Congreso, y sobre todo, el estar (o sentirse) por encima de la Ley. en sus tratos con los dirigentes (anti-rusos) de Ucrania, tanto en el trafico de influencias –sobre todo en el Pentágono- como en las vías e instancias diplomáticas de los suministros de armamento. Una acusación suprema, por cuenta o en nombre del sacrosanto principio de legalidad para un político republicano –del Great Old Party (G.O.P)- sobre todo. Y es por lo que la conducta que ahora se le reprocha puede venir a suponer de puesta en entredicho o en discusión de la naturaleza republicana –y no monárquica- del sistema político USA y de sus mandatarios. Como una grave violación o infracción de de la Declaración de Independencia y de los mandamientos de su Constitución y de sus enmiendas. Y no es una pura coincidencia si uno de los senadores demócratas (Schiff) –junto con Nancy Pelosi- a cargo del procedimiento de destitución en curso, evoca a Georges Washington y a sus afirmaciones de republicanismo, memorables en la historia de los Estados Unidos. Pero todo eso es algo –a tenor de lo que nos viene sirviendo los medios- que a Donald Trump no le impresiona. Como no le impresionan tampoco a Matteo Salvini acusaciones iguales o parecidas de las que se están haciendo eco los medios las ultimas horas. Y Trump no deja de contraatacar y es por su vía o conducto predilecto, las redes sociales (Twiter sobre todo) a todas horas, y a altas horas de la noche de preferencia (…) Donde viene a acusar a sus pretores y fiscales de bajo partidismo y de querer contrarrestar y anular así la voluntad del electorado USA unánimemente de manifiesto –a su favor- a tenor de las últimas encuestas. Y todo eso al decir de algunos comentaristas deja traslucir el malestar subyacente en las filas demócratas que no vieron en Donald Trump nunca hasta hoy más que alguien ni creíble ni solvente ni digno del cargo que habrá acabado ocupando, y sobre todo que no consiguen a la hora que es digerir la derrota electoral de hace dos años. Que ni ellos ni casi nadie en el mundo entero podía esperar ni se imaginaba (…)
Y los que apostamos (entonces) por él a fe mía que lo hicimos contra toda esperanza (un poco) –como dicen las epístolas-, como así nos sentíamos en verdad paseando hasta altas horas de la madrugada aquí en Bruselas cuando las espadas todavía estaban en alto –y con las informaciones de las elecciones USA llegándonos a cuenta gotas- riñendo así (¡qué remedio!) la guerra de nervios (tan furiosa y tan espantosa) que hacía estragos aquellos precisos instantes en nuestras sienes como en el conjunto del planeta (tierra) Y no nos equivocamos en la apuesta ni sobrevaloramos las esperanzas, y era la que aquel candidato tan atípico, para la America profunda y para sectores cruciales de su electorado representaba. El candidato de las clases medias bajas USA. Su esperanza blanca (…) Y nunca mejor dicho (…) Y las cifras (récord) –-del bajón (drástico) del nivel de desempleo- parece que no engañan. Un presidente pues con sus deberes hechos y con una popularidad a prueba de todas las intrigas y de todas las campañas mediáticas. Y no niego que expresándome así, vertiendo un análisis como el que aquí vierto sobre la política americana, el sentimiento nos invade (un poco) de estar poniendo el pie en tierra extraña (…) En la política americana, de los Estados Unidos, la primera potencia del planeta, el gendarme en toda la capa de la tierra, Big Brother, que hace del mundo entero lo que les da la real gana (…) Menos lobo. Y es por la conciencia plena que no nos deja, española a la vez que europea, a saber de una civilización tan vieja (y más) como la tradición bíblica y mucho mas vieja y antigua y añeja por supuesto que la nación americana. Y recuerdo el comentario que le oí a un italiano de Ecône que traslucía un franco desprecio por el American way of life y venia a su vez o así me lo parecía a mi reflejar el sentimiento de superioridad de la emigración italiana allí, como lo ilustran las novelas de James Ellroy y ese fenómeno que registra –con tanta sangre o tinta en sangre en su novelas, a saber el poder omnímodo e inconmensurable de la Mafia ítalo americana (….) Tal y como lo ilustran episodios cruciales de su historia contemporánea, la elección de John F. Kennedy por ejemplo –desafiando y defraudando a todas las encuestas- y el papel decisivo que le correspondió en aquel trance electoral al jefe de la Mafia de Chicago, Sam Giancana. Y también la triste suerte que se vio reservada después al mandatario aquel y toda su dinastía (…)
Y no me parece pura coincidencia el nombre italiano –de Pelosi- de su principal detractora y rival las horas que corren (…) No es un brindis al sol, no, este análisis (español) de la política americana por cuenta de su principal mandatario como así –a fuer de gratuito y de pretencioso les pueda parecer a algunos lectores de esta entrada. Si se añade además el peso de mi tradición o más exactamente de mi memoria familiar, a través de mi difunto padre, oficial español de Aviación destinado -a mediados de los cincuenmta- en una base aérea del estado de Illinois en una misión militar (y aeronáutica) del régimen anterior –como dejé de ello constancia repetidas veces en esas entradas- lo que le hizo tomarle el pulso –y trasmitírselo a los suyos- a la sociedad americana de entonces, a su American way of life y a su sistema político en aquellos tiempos de guerra fría y de aislamiento internacional del régimen español de entonces, como una secuela de derrota (en el 45) Trump no nos convence del todo, como aquí repetidas veces lo dejé sentado. Pero le tenemos fe, la fe –y que me perdonen mis censores (e inquisidores)- que se puede prestar a un ser de carne hueso, político para más señas. Y WHASP, que no se olvide. Blanco, anglosajón y protestante por añadidura (…) Y por eso apostamos de nuevo por él como en aquella (memorable) jornada electoral americana. En estas horas cruciales para los Estados Unidos y para el conjunto del planeta (…)
No le van a destituir. Y es por su balance que se merece mucho más que un aprobado, y `por el hecho de tener todo su partido –y por ende, la mayoría en el Senado (no se olvide)- como un bloque detrás suyo (…) Trump no es Nixon, hasta prueba de lo contrario ni es Bill Clinton, quiere decirse que no es un político o mandatario con el honor (personal) en entredicho. Dicho todo en absoluta libertad e independencia de criterio. Y pongo a Steve Bannon –y sus amistades españolas y europeas- por testigo (…) Hombre de confianza de Trump para Europa –España incluida- y las cuestiones ideológicas. Que están dejando de ser –y eso es lo que el fenómeno Donald Trump- a nuestros ojos representan-, tan secundarias y tan fútiles como siempre lo fueron para la política americana.
ADDENDA Compruebo extrañado que el enlace de mi entrada de la víspera (*) de las últimas elecciones norteamericanas, "Trump for President!" (8 de diciembre 2016) en la que aposté -en solitario- por Donald Trump, no lo tiene registrado Google (a mi nombre) No creo en las meigas pero hay las
(*) De la vispera y de las horas -o minutos- que inmediatamente siguieron a su desenlace En Google, como digo, ni rastro (...)
Trump en la picota de los medios, y del Congreso. “Impeachement”, destitución, palabra mayor en el sistema político USA como Richard Nixon o Bill Clinton lo supieron experimentar (en carne propia) y así poner de manifiesto. Comparaciones odiosas uno y otro caso aunque se les reservase el mismo tratamiento a uno y otro. De Nixon y del Watergate era yo todavía muy joven (e inexperto) y no alcancé a formarme en su debido momento una opinión cierta. Leí no obstante muchos años después una de las novelas (en negro) del niño travieso –o “perro rabioso” más bien- de la novela negra USA, James Ellroy “Sangre vagabunda• donde presenta al ex presidente (destituido) como una especie de monstruo del poder político y de la intriga que tenia hilo directo a cualquier hora del día y de la noche con sicarios a su servicio (…) Y confieso que aquella lectura –en un autor incatalogable pero etiquetado (hasta hoy) de derechas- me produjo no poco desconcierto y desasosiego, como la perdida de la inocencia en ciertos aspectos.
De Trump no creo en cambio que se acabe nada parecido por revelar (ni algo así) Pero los cargos y acusaciones son iguales o parecidos a las que dieron cuenta de Richard Nixon. Abuso de poder, trabas al Congreso, y sobre todo, el estar (o sentirse) por encima de la Ley. en sus tratos con los dirigentes (anti-rusos) de Ucrania, tanto en el trafico de influencias –sobre todo en el Pentágono- como en las vías e instancias diplomáticas de los suministros de armamento. Una acusación suprema, por cuenta o en nombre del sacrosanto principio de legalidad para un político republicano –del Great Old Party (G.O.P)- sobre todo. Y es por lo que la conducta que ahora se le reprocha puede venir a suponer de puesta en entredicho o en discusión de la naturaleza republicana –y no monárquica- del sistema político USA y de sus mandatarios. Como una grave violación o infracción de de la Declaración de Independencia y de los mandamientos de su Constitución y de sus enmiendas. Y no es una pura coincidencia si uno de los senadores demócratas (Schiff) –junto con Nancy Pelosi- a cargo del procedimiento de destitución en curso, evoca a Georges Washington y a sus afirmaciones de republicanismo, memorables en la historia de los Estados Unidos. Pero todo eso es algo –a tenor de lo que nos viene sirviendo los medios- que a Donald Trump no le impresiona. Como no le impresionan tampoco a Matteo Salvini acusaciones iguales o parecidas de las que se están haciendo eco los medios las ultimas horas. Y Trump no deja de contraatacar y es por su vía o conducto predilecto, las redes sociales (Twiter sobre todo) a todas horas, y a altas horas de la noche de preferencia (…) Donde viene a acusar a sus pretores y fiscales de bajo partidismo y de querer contrarrestar y anular así la voluntad del electorado USA unánimemente de manifiesto –a su favor- a tenor de las últimas encuestas. Y todo eso al decir de algunos comentaristas deja traslucir el malestar subyacente en las filas demócratas que no vieron en Donald Trump nunca hasta hoy más que alguien ni creíble ni solvente ni digno del cargo que habrá acabado ocupando, y sobre todo que no consiguen a la hora que es digerir la derrota electoral de hace dos años. Que ni ellos ni casi nadie en el mundo entero podía esperar ni se imaginaba (…)
Y los que apostamos (entonces) por él a fe mía que lo hicimos contra toda esperanza (un poco) –como dicen las epístolas-, como así nos sentíamos en verdad paseando hasta altas horas de la madrugada aquí en Bruselas cuando las espadas todavía estaban en alto –y con las informaciones de las elecciones USA llegándonos a cuenta gotas- riñendo así (¡qué remedio!) la guerra de nervios (tan furiosa y tan espantosa) que hacía estragos aquellos precisos instantes en nuestras sienes como en el conjunto del planeta (tierra) Y no nos equivocamos en la apuesta ni sobrevaloramos las esperanzas, y era la que aquel candidato tan atípico, para la America profunda y para sectores cruciales de su electorado representaba. El candidato de las clases medias bajas USA. Su esperanza blanca (…) Y nunca mejor dicho (…) Y las cifras (récord) –-del bajón (drástico) del nivel de desempleo- parece que no engañan. Un presidente pues con sus deberes hechos y con una popularidad a prueba de todas las intrigas y de todas las campañas mediáticas. Y no niego que expresándome así, vertiendo un análisis como el que aquí vierto sobre la política americana, el sentimiento nos invade (un poco) de estar poniendo el pie en tierra extraña (…) En la política americana, de los Estados Unidos, la primera potencia del planeta, el gendarme en toda la capa de la tierra, Big Brother, que hace del mundo entero lo que les da la real gana (…) Menos lobo. Y es por la conciencia plena que no nos deja, española a la vez que europea, a saber de una civilización tan vieja (y más) como la tradición bíblica y mucho mas vieja y antigua y añeja por supuesto que la nación americana. Y recuerdo el comentario que le oí a un italiano de Ecône que traslucía un franco desprecio por el American way of life y venia a su vez o así me lo parecía a mi reflejar el sentimiento de superioridad de la emigración italiana allí, como lo ilustran las novelas de James Ellroy y ese fenómeno que registra –con tanta sangre o tinta en sangre en su novelas, a saber el poder omnímodo e inconmensurable de la Mafia ítalo americana (….) Tal y como lo ilustran episodios cruciales de su historia contemporánea, la elección de John F. Kennedy por ejemplo –desafiando y defraudando a todas las encuestas- y el papel decisivo que le correspondió en aquel trance electoral al jefe de la Mafia de Chicago, Sam Giancana. Y también la triste suerte que se vio reservada después al mandatario aquel y toda su dinastía (…)
Y no me parece pura coincidencia el nombre italiano –de Pelosi- de su principal detractora y rival las horas que corren (…) No es un brindis al sol, no, este análisis (español) de la política americana por cuenta de su principal mandatario como así –a fuer de gratuito y de pretencioso les pueda parecer a algunos lectores de esta entrada. Si se añade además el peso de mi tradición o más exactamente de mi memoria familiar, a través de mi difunto padre, oficial español de Aviación destinado -a mediados de los cincuenmta- en una base aérea del estado de Illinois en una misión militar (y aeronáutica) del régimen anterior –como dejé de ello constancia repetidas veces en esas entradas- lo que le hizo tomarle el pulso –y trasmitírselo a los suyos- a la sociedad americana de entonces, a su American way of life y a su sistema político en aquellos tiempos de guerra fría y de aislamiento internacional del régimen español de entonces, como una secuela de derrota (en el 45) Trump no nos convence del todo, como aquí repetidas veces lo dejé sentado. Pero le tenemos fe, la fe –y que me perdonen mis censores (e inquisidores)- que se puede prestar a un ser de carne hueso, político para más señas. Y WHASP, que no se olvide. Blanco, anglosajón y protestante por añadidura (…) Y por eso apostamos de nuevo por él como en aquella (memorable) jornada electoral americana. En estas horas cruciales para los Estados Unidos y para el conjunto del planeta (…)
No le van a destituir. Y es por su balance que se merece mucho más que un aprobado, y `por el hecho de tener todo su partido –y por ende, la mayoría en el Senado (no se olvide)- como un bloque detrás suyo (…) Trump no es Nixon, hasta prueba de lo contrario ni es Bill Clinton, quiere decirse que no es un político o mandatario con el honor (personal) en entredicho. Dicho todo en absoluta libertad e independencia de criterio. Y pongo a Steve Bannon –y sus amistades españolas y europeas- por testigo (…) Hombre de confianza de Trump para Europa –España incluida- y las cuestiones ideológicas. Que están dejando de ser –y eso es lo que el fenómeno Donald Trump- a nuestros ojos representan-, tan secundarias y tan fútiles como siempre lo fueron para la política americana.
ADDENDA Compruebo extrañado que el enlace de mi entrada de la víspera (*) de las últimas elecciones norteamericanas, "Trump for President!" (8 de diciembre 2016) en la que aposté -en solitario- por Donald Trump, no lo tiene registrado Google (a mi nombre) No creo en las meigas pero hay las
(*) De la vispera y de las horas -o minutos- que inmediatamente siguieron a su desenlace En Google, como digo, ni rastro (...)
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2 comentarios:
Es aposgtar por un macarra, un analfabeto peligroso, el mayor putero de Manhattan. Wrong
En mis trece, Preferens. Aunque reconozco que estas impuesto en todo lo anglosajon. Mucho más que yo. ¿Proxenetas los que nos sacaran del hoyo? ¿Y por que no? En esa estamos, amigo. Juego de rol. El que nos obligan a jugar la HIlaria y sus amigas (locas peligrosas) Trump por lo menos ha visto el peligro -y amenaza- del Gran Reemplazo (Remplacement) En su tierra y probablemente en Europa también. Y ha entrevisto tambien sin duda el horizonte de guerra de razas que se oculta detrás. Hijo de proxeneta, estamos de acuerdo, lo que nadie ocultó. ¿El también? No lo sé. Tú sabrás más que yo. Somos blancos, Preferens, los españoles, cuestion de honor. De identidad. De ser o no ser (mi modesta opinión) Y (muy) contento de saber de ti al que di por muerto, con motivo ¿O no?
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