lunes, marzo 11, 2019
Romana Virtud
¿Me equivoqué de sitio
¿Del tiempo amor en que nací?
Es lo que yo me pregunto
Por lo diferente ¿o no soy así?
¿En lo físico? Sin duda
Y por dentro, ¡ahí cerca, cerca ahí!
Esa añoranza de la infancia
Que me acomete (sin sentir)
La compasión sin límite
que me embarga (eso va a ser, sí),
de mi hijo y de otros niños,
y del niño aquel que fui
que se fue un día de verano
negro (¡aciago!) ¿harto de sufrir?
Del niño del que huyó la risa
¡Él que nació para reír!
¿El Tiempo se la llevó?
Eso creo, ¡di amor que sí!
Aquellas risas, chorradas
de mi infancia triste y feliz
¡No! fue la Verdad quien lo hizo
Para la que yo en suma nací
Yo aquel joven melancólico
que fui, ¡yo que nunca mentí!
Y la Verdad engañosa
me deslumbró en sus rayos mil:
de las mentiras que arrastra
se fue mi alegría de vivir
Pero no se fue la Virtud
De Vir-tús, no (Maria) Virtud
-¡qué malentendido por dios!-
de energía y materia/gris
que marcó mi destino
me señaló el camino ¡allí!
por el que me hice al fin Hombre
(piensen lo que piensen de mí)
que hoy se siente capaz
de capear el temporal vil
y esas mareas nocturnas
¡espectro horrible, Erschrekkend Bild!
De la guerra de los sexos (...)
¿Y a tí qué, amor? ¡Ni a ti ni a mí!
Que nuestra guerra era muy otra
Más cruel si cabe: ¡me quitó la salud!
La salud del cuerpo (romano)
¿Y de alma?: ¡“hétero” y viril!
¡Y de cuerpo igual! (Semper ídem!)
(¡Lo que te tenía que decir!)
¿Del tiempo amor en que nací?
Es lo que yo me pregunto
Por lo diferente ¿o no soy así?
¿En lo físico? Sin duda
Y por dentro, ¡ahí cerca, cerca ahí!
Esa añoranza de la infancia
Que me acomete (sin sentir)
La compasión sin límite
que me embarga (eso va a ser, sí),
de mi hijo y de otros niños,
y del niño aquel que fui
que se fue un día de verano
negro (¡aciago!) ¿harto de sufrir?
Del niño del que huyó la risa
¡Él que nació para reír!
¿El Tiempo se la llevó?
Eso creo, ¡di amor que sí!
Aquellas risas, chorradas
de mi infancia triste y feliz
¡No! fue la Verdad quien lo hizo
Para la que yo en suma nací
Yo aquel joven melancólico
que fui, ¡yo que nunca mentí!
Y la Verdad engañosa
me deslumbró en sus rayos mil:
de las mentiras que arrastra
se fue mi alegría de vivir
Pero no se fue la Virtud
De Vir-tús, no (Maria) Virtud
-¡qué malentendido por dios!-
de energía y materia/gris
que marcó mi destino
me señaló el camino ¡allí!
por el que me hice al fin Hombre
(piensen lo que piensen de mí)
que hoy se siente capaz
de capear el temporal vil
y esas mareas nocturnas
¡espectro horrible, Erschrekkend Bild!
De la guerra de los sexos (...)
¿Y a tí qué, amor? ¡Ni a ti ni a mí!
Que nuestra guerra era muy otra
Más cruel si cabe: ¡me quitó la salud!
La salud del cuerpo (romano)
¿Y de alma?: ¡“hétero” y viril!
¡Y de cuerpo igual! (Semper ídem!)
(¡Lo que te tenía que decir!)
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