miércoles, enero 11, 2023

PACIFISMO FRANCÉS (CARTAS SOBRE LA MESA)

 

Obra primera y de la mayor difusion -"Viaje al cabo de la noche"- del escritor y figura mayor de la literatura francesa,  Louis-Ferdinand Céline, que comienza por una escena de deserción de las líneas de frente de la Gran Guerra, del protagonista, trasunto del autor. "Luchar contra los alemanes? Por qué? A mí no me hicieron nada", decía él. Tradición señera y genuina -no menos francesa que la napoleónica- la del pacifismo francés

El pacifismo es una tradición francesa y republicana como lo son el pathos y la mística guerrera. En flagrante contradicción (que como decia Heraclito el Oscuro se encuentra en la esencia misma de las cosas). Y me ha venido  la mente a seguir a un film, un buen film de guerra en cartelera estos últimos dias en el centro de Bruselas y el debate de buena ley (o eso espero) que me habrá granjeado aquel con amigos franceses y camaradas, y con el telón de fondo de la Gran Guerra -del 14-18 como le dicen ellos-, Primera Guerra Mundial como siempre se dijo en España. Un film de guerra histórico, y de calidad ya digo, del que la raiz del exito no obstante lo sea tal vez -por paradójico que parecer pueda- el patriotismo o nacionalismo (francés) incandescente, a flor de piel, visceral, vidrioso e irracional (como por propia definicion), a la vez que el mensaje extra-cinematográfico del film y la moralina bien-pensante que despide (nota bene) a chorros, habrán desgraciadamente alcanzado, como quien pone el dedo en la llaga. La Gran Guerra, dicho sea de entrada fue sobre todo una gran tragedia -como aficionaban decir los del PP, de nuestra guerra civil, en los debates sobre memoria histórica (....)- y me habrán hecho falta tal vez tantos años de residencia aquí para bien calibrarla y hacerle un sitio o un hueco en mi memoria. Que puso un fin abrupto a la Belle Epoque, barrió del mundo de entonces viejas y funestas cosas -como el anarquismo, que sobreviría en cambio, ay dolor! en España- y les agenció un futuro a los países que pudieron o supieron figurar entre las potencias vencedoras, mientras se lo cerraba (en la nariz) en cambio a los perdedores, entre los que nosotros nos encontrábamos -entonces como lo seria más tarde otra vez (en el 45)-, por culpa de nuestra neutralidad (como no podía ser de otra forma). 

Que el trágico aislamiento internacional que el desenlace de la Gran Guerra nos deparó no es algo suficientemente puesto en consideración en la historiografía española, ni en sí mismo ni en sus pesadas consecuencias y secuelas -con dos jalones principales y decisivos como lo fueron el Desastre de Annual y la guerra civil- que aquello nos depararia y que hizo de España (de nuevo, ay dolor!) un país en cuarentena al alba de una nueva era, la de la democracia. Y botones de muestra de lo que afirmo se puede decir que no nos faltan. Como lo fue la visita egregia de Alfonso XIII justo al terminar la guerra a la capital francesa y la acogida glacial -al borde de la afrenta y del desafío- que se le dispensaría,  y también, "last but not least", la visita triunfal a Barcelona,-en contrapartida, y en olor de multitudes y en un ambiente (insureccional) catalanista indescriptible- de uno de los altos mandos del ejercito francés de la Victoria, el mariscal Joffre, catalán del Rosellón para más señas, como si de una toma de posesion aquello se tratara, o al menos como una seria advertencia, y la historia en los años que siguieron se encargaría de poner al pie de la letra o en la realidad de los hechos, gestos y palabras.  

Con lo que estoy queriendo decir que la neutralidad internacional fue -ayer y no hoy?- una tradición española, como el pacifismo fue también una tradición francesa, una entre varias, pero no menos profunda e influyente, como en el periodo de entreguerras y en lo que se siguió, fehacientemente se demostraría. Que es de lo que quería tratar en esta entrada. Y me viene a la mente en cabeza de esa galería o presentación de pacifistas franceses que entiendo hacer desfilar en estas líneas, el nombre y la figura de Celine, hoy por hoy el más grande escritor francés de su literatura contempranea, y "cisne negro" de la Colaboración, como Dominique Venner le calificó, junto con sus camaradas de la revista filonazi y filofascista de la mayor difusión, "Je suis partout" Y al que todo se perdona, sus escritos como su trayectoria, en el nombre o por cuenta de su buena prosa ("francais parlé") , de su inimitable estilo y de la revolucion lingüística que desató, tal como le reconocen fuera de toda sospecha los críticos más exigentes y las nuevas generaciones, léase los cachorros más "terribles" y más ambiciosos de la casta académica y de la investigacion -"Recherche"- universitaria. En Franciacomo en Bélgica (...) 

Que "Viaje al cabo de la noche ("Voyage au bout de la nuit"), obra precoz de Celine y la más brillante tal vez de todas las suyas, comienza por una escena de deserción del protagonista trasunto del autor, y de sus compañeros de armas (con la pena horca o el pelotón de ejecución pendiendo lúgubremente  como espada de Damocles por encima de sus cabezas), y se sigue "al cabo de la noche", por una incursión en tierras del Imperio francés de Africa en lo que no deja de ser una temible requisitori anti-colonial -y anti-francesa?- y no menos expresionista. Grosso modo como la del film de guerra al que aquí hago alusion y que habrá encendido la polémica con mis amigos y camaradas francesas ("nationalistes") O destapado, más bien, las divergencias, fatales, irreductibles e ineluctables? dios/no/quiera. 

Laval, Pierre Laval, la otra gran figura del pacifismo francés contemporáneo que quería sacar aquí a colación (...) Brazo derecho -como podía ser si no?- de Aristide Briand, ogro (en francés "bete noire") del nacionalismo/integral de la Acción Francesa y exponente emblematico a la vez de la diplomacia (de paz) francesa de despues de la guerra del 14-18 (periodo de entreguerras) Como después lo sería Laval, del que su apuesta por Alemania fue en el fondo una apuesta por la Paz, de lo que no supo convencer a los jueces que le cndenaron ni a los medios de la prensa que le lincharon -ni a Franco tampoco que le entregó (en el colmo de la tragedia) Por  la Paz su apuesta, y por amor a la patria, a Francia su pais, como lo reconoció a título postumo (y fuera de toda sospecha) el general De Gaulle. Una lección de historia francesa a mis amigos franceses, revistándola y revisándola (a mis anchas) y no abrazándola "en bloque", como lo expresó Napoleon? 

Un recorrido más bien por los senderos resbaladizos de mi memoria histórica española es lo que pretenden ser. En mi descargo: y es de mi actitud neutral en lo internacional, tan española, y de mi pasión francesa. Cartas sobre la mesa


 

Pierre Laval, al que Franco entregó, y del que la apuesta por Alemania -que le costaría la vida- fue en el fondo una apuesta por la Paz. Artesano de la Paz, Pierre Laval, de la diplomacia y de la Paz social, de hombre de izquierdas y como tal conciliante y de mano izquierda a la hora de tratar con sindicalistas y reindicaciones obreras, y de saber terminar una huelga (como ampliamente lo demostró) Mártir del pacifismo francés. Descanse en paz

 

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