Palacio de las Academias, antigua residencia del príncipe Guillermo de Orange a seguir a Waterloo y hasta la independencia belga, y edificio altamente simbólico -junto al Palacio Real- del paisaje urbano de Bruselas, en una de cuyas dependencias -sede del Colegio Bélgica (puesto bajo el patronazgo del Colegio de Francia)- se celebró ayer una conferencia sobre Cataluña que desata todas las alarmas y levanta todas las sospechas. ¿Una apuesta de las instancias culturales belgas -”pari passu” a la de uno de los socios del actual gobierno belga- por la independencia catalana? ¿Un resurgir de la leyenda negra anti-española por detrás de ese guiño descarado al separatismo en Cataluña?Conferencia sobre Cataluña en Bruselas ayer martes. Me había avisado persona amiga, un belga, porque de otra forma la convocatoria me hubiera pasado desapercibida por tratarse de un organismo oficial, el palacio de las Academias -residencia del príncipe Guillermo de Oranje tras la batalla de Waterloo y hasta la independencia belga- situado junto al Palacio Real de Bruselas y frecuentado por un público en principio restringido, y en base a convocatorias que no deben serlo menos. Y confieso que acudí prevenido en extremo por el titulo un tanto sensacionalista (lo menos que se puede decir) “Vive la Catalogne libre!”
El conferenciante, de atuendo indignado en las fotos que de él circulan, vivió-de lo que pude informarme a través de su currículo y de la presentación que hizo de él mismo al inicio de su intervención- ocho años en misión de investigación y en un marco académico y universitario en España, de los cuales uno en Madrid siete en Barcelona. ¿Detalle trivial? Es posible. En un momento de su intervención no obstante declaró -en lo que me sonó a una confesión en toda regla- que es difícil contentar (sic) a todo el mundo , y a fe mía que en su conferencia de ayer no lo consiguió o no del todo.
Público muy nutrido, -lo que los organizadores a todas luces no se esperaban- y también selecto en apariencia, compuesto de belgas en su mayoría, con presencia de personalidades españolas, entre ellas -de lo que pude entender al comienzo, en las presentaciones- de un antiguo embajador español en Bruselas, y del actual ministro plenipotenciario de la embajada, y también del antiguo director de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, presente de incógnito y al que reconocí a la salida al pasar al lado mío.
A añadir, la presencia de algunos compatriotas dispersos entre el publico entre los cuales dos que hablaban ostensiblemente catalán entre ellos -joven el uno, un poco menos joven el otro- sentados justo delante mí que dieron muestras ostensivas de disconformidad y desagrado en el turno de preguntas y respuestas cuando uno de los asistentes, belga, denuncio abiertamente la situación de discriminación lingüística reinante en Cataluña. Detrás mía, una joven catalana a la que concedieron la palabra antes que yo, no sé por qué (o digamos que si lo sé o me lo imagino, porque la había pedido yo bastante antes que ella), que hizo una defensa cerrada del proceso independentista.
Al final -y tras cansarme de levantar el brazo pidiendo la vez en vano- y cuando los dos moderadores, hombre y mujer, se disponían ya a dar por cerrado el acto (así por las buenas), hice como hicieron los progres en el concilio vaticano segundo, a saber tomar la palabra aunque no me la dieran, y dije todo lo que tenía pensado decir naturalmente. A lo que el conferenciante reaccionó muy flemático -y también muy belga- escuchándome atentamente y sin rechistar. Sin rechistar incluso cuando evoqué la imposibilidad manifiesta de muchos belgas -como una incapacidad congénita- de llegar a comprender de forma cabal las problemas de España y sus asuntos internos.
¿Por qué esa conferencia? La pregunta es plenamente pertinente a mi juicio, si se tiene en cuenta que se trata de una institución -el Colegio Bélgica bajo la égida de las diferentes academias reales belgas y el patronazgo del Colegio de Francia- que en los años que llevo aquí mostró poco interés (un eufemismo apenas) por temas o problemas relacionados con España y los españoles
¿Apuestan ahora acaso en las instancias culturales oficiales belgas por la independencia catalana? Otra pregunta igualmente de pertinente si se tiene en cuenta que uno de los socios de la actual coalicion gubernamental lo es el partido nacionalista flamenco (“moderado”) N-VA, cuya figura más destacada, actual alcalde de Amberes, Bart De Wever saludo -en una muestra descarada de injerencia- el éxito (sic) de las formaciones independentistas en las elecciones autonómicas catalanas del pasado mes de noviembre, en las que veía un mensaje (sic) para toda Europa.
¿Los viejos demonios de la leyenda negra anti-españole -desde los tiempos de los países baJos españoles y de la república catalana (“dels segadors”)- resurgiendo por detrás de este guiño descarado de una institución belga oficial a los fautores de secesión y de separatismo en Cataluña? ¡Vivir para ver fantasmas míos!
http://gaceta.es/noticias/los-marroquies-cabeza-delincuencia-espana-06052016-1723
ResponderEliminar¿POR QUÉ NO DIDUNDIR ESTA NOTICIA?
Al parecer la imposición de la propaganda inmigracionista
causa autocensura en todos los europeos