Cela y Umbral son intocables. Aunque fueran malas/personas. Dos baluartes inexpugnables frente a las amenazas que acechan a nuestro idioma. Dentro y fuera de Cataluña. Y de cara a los desafíos “pan hispãnicos” del otro lado del charco. Cela era de ascendencia inglesa nota bene, por su propia madre, lo que no le creó complejo ninguno de minoría étnica -como a otros españoles de ascendencia extranjero/europea- y lo que le daba sin duda una apertura europea (sin perder nada en casticismo), que se echa de menos sin duda en otros escritores hispanos que se diría que nunca salieron de España si no fue para viajar del otro lado del charco, y nunca por cima de los Pirineos. Y sin duda fue eso -leyendas aparte- lo que le ganó el Nobel de LiteraturaCentenario de Camilo José Cela. No me decidía a dedicarle esta entrada. Me habrá decidido en cambio la noticia (no poco surrealista) que trae la prensa digital de hoy del proyecto de constitución catalana para la república (sic) que declara el catalán (con el aranés) lengua oficial y reserva un estatuo especial (sic) al castellano. Castellano/español, una lengua amenazada.
Y si hay algo que se merece el que se reivindicara al Cela premio Nobel es su perfil de gran figura de las letras españolas (sic) en lengua española, de una España de la posguerra que tuvo algo de erial, sin duda, y también de huerto secreto o tierra incógnita porque muchos extranjeros preferían mirar a otro lado, o del otro lado del charco, por lo que fuera. Símbolo, Camilo José Cela, de un castellano discriminado y ninguneado en provecho de la literatura panhispánica (que le dicen) del otro lado del charco, que sigue gozando de hegemonía (¡ay dolor!) en los medios académicos u universitarios por cima de los Pirineos.
Leí poco de Cela, mayormente dos novelas suyas relacionadas con la guerra civil, “Mazurca para dos muertos” y “San Camilo” -que no me convencieron (y que critiqué en su momento) pero que no dejo de reconocer que son dos obras importantes de las suyas- y fue el tiempo que estuve preparando una tesis de doctorado sobre Umbral en la Universidad Libre de Bruselas. He leído no poco sobre él sin embargo, y me leí sobre todo la obra que le dedicaría Umbral a título póstumo -de las pocas que habré guardado conmigo (por lo que fuera) en mi existencia un tanto errante-, que dan una idea aproximativa por lo menos del personaje.
Cela no me caía bien, quiero decir (y me curo en salud de inmediato) que no me caía bien la imagen que de él daban los medios -sin duda la que el mismo cultiva con esmero- porque ya digo que no le conocí nunca en persona. ¿Se puede ser buen escritor, gran escritor, y a la vez mala/persona? De Umbral, su gran amigo (y protegido) también se dice -lo oí alguna vez- que era mala persona, no es óbice que su obra perdura y su figura también en el recuerdo. Personalmente me interesó siempre mucho más el discípulo que el maestro (que era el titulo que Umbral daba a Cela, al que también -en lenguaje poético/literario-, llamaba Amor, así como suena)
La familia de Pascal Duarte que me leí ya bastante tarde, me pareció un relato estremecedor sin duda por lo verídico o verosímil, y a la vez sumamente realista de ese realismo tremendista que Cela practicó tan bien, de un sello celtíbero o celtibérico inmarcesible. Una alegoria de la guerra civil, la llamó Umbral. En parte tenia razón, sólo en parte. Un alegoría de la explosión de bajos fondos que produjo la guerra en zona roja, la llamaría yo mas bien, y eso sólo aunque sea, salva y rescata a Cela y a su obra en el cielo de la Memoria. Y por cierto, sus anécdotas, que le inmortalizan.
Aquella -que evoca Umbral en algunas de sus obras- de la visita que le hizo a Palma el antiguo anarquista Ramón Jota Sender con quien tuvo el detalle de alojarle en su propia casa y que acabó llamándole fascista. Llamó inmediatamente a su mayordomo y le dijo: “llévese este hombre al mejor hotel de Mallorca, que todo corra por mi cuenta, y que mañana se vaya de la isla”, y dirigiéndose a él “y no le pego a usted dos hostias porque es ya un anciano” Genio y figura. ¡Grande Cela!
De Camilo Jose Cela y Ramon J. Sender hay otra anécdota, que yo mismo vi en TVE: En una cena Sender y Cela discutieron de política y Sender, antiguo "rojo" y profesor asilado en USA, se posicionó defendiendo a USA, mientras Cela, el "fascista" según Sender y según quienes le tratan de insultar por haber sido, al principio, adicto al Movimiento Salvador, sdoptó una postura contraria a la política USA...
ResponderEliminarSender, como Buñuel fueron contradictorios...y a su manera, muy hispánicos. Tambien Leon Felipe... Cela me cae bien, salvo por su oportunista adhesion a la "Amistad hispano-israelita", que quizas determinó su Premio Nobel. En todo caso, Cela, con su "Viaje a la Alcarria", "Judios, Moros y Cristianos", "Del Miño al Bidasoa", etc., me parece un hombre y un escritor genial...
En realidad todo hombre y mujer "de raza" merecen admiración, como tambien Cervantes, Lope, Quevedo, etc.
Pio Moa y tu sois de los pocos españoles que están dando la voz de alarma por el acoso y deformación contra la hermosa y latina LENGUA ESPAÑOLA... Es una vergüenza que tanto panoli "pijo" piensen hoy en España que hay que estudiar "las lenguas del futuro": el Inglés y el chino... Da pena y risa ver tanta gente, jóvenes y mujeres, vistiendo camisetas con leyendas en inglés en el pecho... Las multinacionales de la industria textil están imponiendo el ingles como lengua global...!
No saben que la caridad empieza por uno mismo... y que no amar a su patria, su cultura, su fe y su raza... no es de bien nacidos...
Creo que así pensaban los romanos, los griegos y los españoles del siglo XV y XVI...
JULIO SANZ