El tren de la muerte, procdente de Jaén, cargado de presos políticos. Primer fusilamiento masivo de la guerra civil española (12 de agosto del 36) Sucedio tras ser retenido el tren y sacados a la fuerza sus ocupantes en un apeadero próximo al pueblo madrileño de Vallecas. Una localidad hoy enclavada en la geografía urbana madrileña, particularmente marcada por la guerra civil en la memoria colectiva y en la de sus habitantes. Como lo ilustran el caso de Pablo Iglesias allí crecido y el de esa brigada internacional Carlos Palomino que también de allí proceden. En Vallecas mataron a los presos del tren de la muerte, en Tetuán (de las Victorias) fue víctima Ramiro Ledesma -vecino del barrio tras su llegada a Madrid- de una tentativa de agresion a manos de anarco/sindicalistas durante la republica que darian cuenta de él a poco de estallar la guerra. Dos barrios madrileños irredentos todavía hoy de aquel negro pasado a lo que parece (...)Con las cosas de comer no se juega, y está claro que la política internacional es algo de lo más serio, mucho más serio desde luego que los programas digitales o radiofónicos medio satíricos medio contestatarios del líder de Podemos –y que le dieron fama y prestigio- y que con la política extranjera no caben bromas ni doble lenguaje tampoco. Como el propio interesado habrá podido comprobarlo en su comparecencia ante el Parlamento Europeo para explicar (y explicarse) sobre su reciente visita –frustrada- a la franja de Gaza. A falta de reír hay que reconocer que cuando el líder de Podemos se pone serio se le entiende mucho mejor y se despejan no poco las sombras (de pura ambigüedad) que rodean de ordinario su mensaje y su figura.
Pablo Iglesias Turrión habrá acabado definiéndose a favor de Hamas y en contra del estado hebreo en el avispero del conflicto árabe/israelí y se pronuncia ahora también –a mi gran sorpresa lo reconozco- en el tema del conflicto y de la crisis de Ucrania de una manera clara y sin tapujos sin resolver ni despejar no obstante toda una nube de interrogantes. Porque en materia de política internacional, se puede decir que son habas contadas los tiempos que corren. Por Obama o contra Obama. El líder de Podemos con sus explicaciones al parlamento europeo parece ahora posicionarse en contra de aquél, y del lado de la alianza bolivariana latino/ché y de las orientaciones, directrices y referencias que son las suyas a escala planetaria. Así cabe constatarlo en el tema de la franja de Gaza y también en el tema Ucrania.
Una figura olvidada de la transicion y del tardo/franquismo, el coronel Carlos de Meer, jefe de gabinete del Amirante Carrero y más tarde durante la transicion gobernador civil de Baleares. Su memoria se ve indisolublemente ligada al proceso que se le siguió por un viaje o proyecto de viaje ( que nunca se aclaró) a Libia -en enero de 1986- para entrevistarse con el coronel Gadafi, convidado de piedra de la reciente intervención de Pablo Iglesias en el Parlamenteo Europeo y amigo de los amigos de este ultimo (...) El coronel Gadafi, en los inicios de la insurrección que (con el apoyo de la OTAN) acabaria con su régimen y con su vida, declaró que entraría en Bengasi como Franco entró en Madrid (sic) lo que hizo rasgarse las vestiduras a la prensa global en el mundo entero. Ganándose mi aplauso (entre paréntesis) (...) El coronel Gadafi pagó por muchos otros, por sus propios errores sin duda y también por muchas otras cosas, entre ellas el cripto/franquismo que se le atribuyó siempre, a él como a todos los dirigentes de corte nasseriano. Gadafi y sus amigos bolivarianos: Pablo Iglesias en "malas compañías" (...)Hay dos temas mayores de política internacional de la actualidad más rabiosa y candente desde hace un rato sobre los que el líder de Podemos habrá guardado hasta ahora un silencio sepulcral pesado como una losa. Y me refiero a la guerra en Siria y a la situación en Libia. Porque en el ajedrez de la política internacional hoy por hoy ser pro-ruso en Ucrania –como así parece haberse mostrado Pablo Iglesias Turrión en el Parlamento Europeo- se traduce en apoyar el régimen –denostado por esos sectores de indignados españoles entre los que el partido Podemos cuenta con uno de sus viveros más fecundos y rentables- de Bachar-el-Assad en Siria (horresco referens!)
Y pronunciarse en contra de la OTAN trae consigo el poner (por lo menos)- en entredicho la legitimidad del régimen islamista –fanático y ferozmente anti-occidental (y anti-español)- de apariencia democrática instalado en Libia, al cabo de un salvaje ofensiva (de guerra aérea) de la OTAN que contó con el aplauso de esos mismos sectores indignados españoles y también –además del concurso de nuestras fuerzas armadas- con el apoyo efectivo y explícito del gobierno socialista español de Zapatero y de su ministra de Defensa Carmen Chacón representante en el seno del PSOE de la tendencia mas próxima a esa sensibilidad indignada de la opinión pública y de política española –y en el seno de su partido- con la que habrá dejado de flirtear Pablo Iglesias desde los inicios de su ascenso fulgurante.
Un convidado de piedra de aparición no poco espeluznante se haría notar en la intervención de Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo, y me estoy refiriendo al coronel libio Gadafi, amigo de los amigos de Podemos y de su líder en la palestra de la política internacional Y otro espectro no menos estremecedor se haría sentir también durante su intervención y lo fue el de las primaveras árabes perceptible también entre nubes negras por encima y por detrás de esta figura “emergente” en la política española. Alejándose o estancadas en el horizonte más o menos lejano que a fe mía que no lo veo claro del todo (…)
Los movimientos” (en plural) que evoca Pablo Iglesias en tono invariablemente encomiástico a saber el 15- y asimilados, como los de la movida anti-desahucios- no fueron más, como ya lo tengo aquí harto denunciado, que un subproducto de las primaveras árabes, y desmarcándose ahora de aquellas, se diría que Pablo Iglesias pretendiera desmarcarse a la vez del cortejo fantasmal –como una Santa Compaña- de indignados y perro flautas que le sigue a sol y a sombra, se diría que de por vida. ¿Lo conseguirá? Difícil de creerlo. Digamos que anda metido en una zona de aguas movedizas las horas que corren de la que el salir no le será tan fácil. Y esa zona pantanosa lleva por nombre Ucrania, naturalmente.
"Sine sanguine no fit redemptio" Ley de bronce de la historia recogida en la Tradición Primordial: unos pagan (con sangre) por los otros. Y el coronel Gadafi pagó (entre otros) por el régimen de su amigo Bachar-el-Assad en Siria. Y pagó por el regimen nasseriano en Egipto que sobreviviria a la caída de Mubarak y a las primaveras árabes (...) A propósito ¿Qué piensa de Bachar-elAssad y de su régimen Pablo Iglesias? La pregunta del millón de la que a muchos españoles nos gustaria oirle la respuestaAquí ya habré dejado bien clara mi postura en el tema al compás de las instantáneas de actualidad más cadente que vienes surcando el discurrir de aquel conflicto desde sus inicios. En contra, por cierto, de los okupas del Maidán, fuera cual fuera el signo ideológico que les endosaban los medios, desde los inicios de la movida aquella (y los lectores de mi blog no les será difícil el comprobarlo) Y a fe mía que es difícil de explicar y de comprender que se ataque el Maidán –de forma indirecta aunque solo sea- y el posicionarse al mismo tiempo en favor del movimiento okupa en España (y sin duda también en otros países, por ejemplo en Latinoamérica) ¿Serpiente que se muerde la cola el movimiento indignado? Es lo que da a pensar ests opresivas declaraciones sobre política internacional del líder de Podemos sobre tema ucraniano. Hay que estar de acuerdo con él desde luego que se trata de un problema complejo (sic) por demás, que la UE –sus instancias directivas me refiero- habrán tratado con un simplismo escándalos, en una óptica de buenos (demócratas) y malos totalitarios que yo no cuela tanto en el mundo de hoy como hace unos años tan solo.
Y hay que estar de acuerdo también con él cuando dice que la UE no deja de ser una correa de trasmisión de la OTAN, o la continuación de la guerra por otros medios, al revés que dela definición que daba Clausewitz de la guerra (la continuación de la política por otros medios) Hasta ahí llega mi comprensión de la postura del líder de Podemos y no mucho más lejos llega tampoco mi compresión del problema ucraniano en su conjunto, lo confieso. Condené el Maidán y los cambios de Kiev en su momento, sin reservas ni tapujos y me reitero. No condeno en cambio, aquí ya todos los saben, las insurrecciones pro-rusas en Ucrania oriental –sustancialmente en la cuenca del Don- ni tampoco la anexión rusa de Crimea. De ahí a aprobar o brindar mi adhesión incondicional va sin duda un largo trecho.
Como lo ilustra una noticia todo menos anecdótica colgada ayer en la red de la presencia de una Brigada Carlos Palomino de jóvenes españoles –madrileños cabe suponer- en las zonas controladas por la insurrección pro-rusa en Ucrania. El nombre de la brigada se lo da un militante antifascista que se encontraba en el grupo que acoso -y amenazó de muerte- en el metro a un joven de extrema derecha (para entendernos) hace unos años lo que le costó la vida. ¿Quién empezó? El huevo y la gallina pero está claro para mí de qué lado me siento y me posiciono –de antiguo- en ese capítulo de violencia de la historia de España en las últimas décadas que no viví directamente pero de la que no me desolidaricé en absoluto como en tantas ocasiones hasta ahora puede demostrarlo.
Bombardeos salvajes de la OTAN en Libia (2011) El 15-M hizo ostensiblemente la vista gorda. Con lo que destapaban el lazo innegable que les unía a las primaveras arabes y a sus mentores e instigadores del poder mundial político/financiero. ¿Maniobra de recuperacion de la movida de los indignados, la aparición de Podemos? La pregunta del millón. ¿Y por cuenta de quén, por favor?Me pillaron lejos de España las violencias de la Transición como me siguieron pillando lejos los capítulos o episodios (menores) de violencia ideológica de signo histórico, me explico, resultantes del choque de las dos memorias antagónicas de la guerra civil española. Y esa Brigada Internacional (sic) de españoles en la cuenca del Don -hasta ahora no llegan ni a diez por lo que cuenta- está claro que me deja frio en el plano de la evocación histórica o memorística. Y que me frena fatalmente y me impide el ir más lejos en mi apoyo y adhesión a la causa de la insurrección pro-rusa.
Y me ratifica en mi postura las declaraciones del líder de Podemos que suenan a una solidaridad de barrio –ese Vallecas anti-fascista que tienen idealizado en su mente, tanto el líder de Podemos como también nota bene esos brigadistas españoles pro-rusos que procederían de allí precisamente-, y a un apego (fanático) igualmente a la memoria de los vencidos de la guerra civil que pasaría por delante en la mente de aquel de cualquiera otra consideración del orden de la política nacional o extranjera
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