viernes, octubre 18, 2013

REFLEXIONES URGENTES SOBRE LA VIOLENCIA (Polémica en "La España en Marcha")

El cura Santa Cruz es la principal figura iconográfica -por lo antigua- en la memoria colectiva de los nacionalistas vascos. ¿Se hizo separatista al final al cabo de las derrotas y de los fracasos? No consta. Lo que sí consta es que acabó sus días -protegido por la Compañía Jesús- en una mision perdida de la Amazonia colombiana despertando a los indios a golpe de corneta. Como sea, la ETA supo explotar esa vieja tradicion guerrera y guerrillera de las viejas partidas del carlismo vencido
"Hay que ser más parco en el lenguaje de la violencia -escribió, es cierto, Ramiro Ledesma- cuando no se está en condiciones de poner en práctica lo que se anuncia" Y tenía sin duda razón aunque no creo en modo alguno que expresándose así pretendiera descalificar o rechazar formas de incitación a la violencia propias de la propaganda de guerra en tiempos de guerra (o de agresión terrorista) y mucho menos el uso de la violencia en sí -de arma política que el defendió tanto y tantas veces en sus escritos y también supo llevar a la práctica en su momento-, cuando se está en condiciones, o se tiene el propósito firme de pasar de la teoría a la práctica. Y viene a cuento de la polémica que ha estallado los últimos dias en el seno de la plataforma "La España en Marcha" sobre el tema.

El tema de la violencia en política y de su legitimidad habrá servido de pasto a un debate inagotable en los tiempos modernos de resultas sin duda de la emancipación que trajo consigo la Revolución Francesa en el pensamiento occidental de con un mensaje bíblico (y canónico) en parte resumido en el "No matarás", quinto madamiento del Decálogo. Atrás, muy atrás quedaban los tiempos de las Cruzadas en los que tanto la Iglesia como los poderes seculares debieron esforzarse durante siglos en dar un rodeo (grande) a aquel mandamiento de la ley/de/dios (el del Sinaí) tratando de justificar -en nombre de la defensa de la cristiandad, del rescate del santo/sepulcro, de la defensa de Bizancio (o como fuera)- aquella empresa guerrera colectiva y aquel ideal de violencia que prendió en todo el continente europeo y que la iglesia no dudo en santificar en nombre de una violencia justa y legitima.

El poso y el peso de la educación clerical no obstante que arrastramos desde la noche de los tiempos los españoles y muy en particular la generación que es la mía no es tan fácil de evacuar y el verse completamente desembarazado de ella no es tarea desde luego a realizar de la noche a la mañana, y muchas veces, de forma subliminal o inconsciente, se nos cuela fatalmente -como de matute- en nuestros razonamientos por muy libres y exentos de prejuicios o de "a priori" que se vean.

No es menos cierto no obstante que ese fenómeno inédito en nuestra historia contemporánea que habrá protagonizado -con un saldo de más de ochocientos muertos y durante cincuenta años- el terrorismo al servicio del separatismo vasco de la ETA forzaría en lo mas hondo de muchos españoles, hasta en los de pacifismo mas acendrado o arraigado, un proceso de reflexión análogo mutatis mutandis al que produjo a nivel europeo la revolución de octubre del 17 en Rusia como se vería ilustrado en una obra que marcó un hito capital en la historia del pensamiento y de la doctrina políticas, a saber "Reflexiones sobre la violencia" del francés Sorel que me leí en su día viviendo ya en Bélgica -un librito no demasiado espeso en volumen- y me dio hueso duro aún bastante tiempo después lo reconozco, en ella erigía su autor el princio de la violencia revolucionaria de postulado inamovible, e irreductible a su vez a otras formas de violencia propias de la delincuencia o del crimen.
A la izquierda de la foto, de uniforme, Dominique Venner -el escritor francés nacionalista que se suicidó el pasado mes de mayo en el altar mayor de Notre Dame- durante la guerra de Argelia en la que acabó militando en la OAS. En la cárcel después no obstante escribió un libro de autocrítica -"Pour une critique positive"- disertando sobre la causas del fracaso de aquella
Decía De Maistre que la Contrarrevolución era lo contrario de la Revolución y de sus métodos, y sin duda que acertaba en la intuición, pero Maurras, el mayor y sin duda más fiel de sus discípulos en la Francia contemporánea, dio muestras en su escritos y las formas de acción que privilegiaría en su combate monárquico y anti-revolucionario el haber bien asimilado ese fenómeno insoslayable de la violencia revolucionaria que marcaría al rojo todo el siglo XX (hasta nuestros días) Y el historiador alemán Nolte -del que me honro con su amistad (como aquí muchos ya saben)- focalizó y analizó bien ese fenómeno de mimetismo (recíproco) que trajo consigo la gran confrontación histórica entre el comunismo y los nazi/fascismos en suelo europeo, como una fatalidad histórica en suma, así el lo veía.

Y así, lo que se podría llamar un contraterrorismo o terrorismo de derechas no se puede considerar como algo propio a la posguerra europea ni se limita a capítulos más o menos restringidos y circunscritos de la historia contemporánea en las últimas décadas referidos a España o a la Argentina (por poner dos ejemplos que me viene a la mente mientras escribo) sino que se remonta a los orígenes mismos de esa gran confrontación histórica (comunismo/nazifascismos) que evoqué mas arriba, que Nolte bautizo de "guerra civil europea" y que dató cronológicamente a partir de la primera guerra mundial (o de sus postrimerías) y de su desenlace y de sus más inmediatas consecuencias (la Revolución Rusa entre ellas)

Y es significativo que un joven Martín Heidegger -como se lo restregaría décadas después en una obra de denuncia un comunista chileno exiliado en Alemania durante la era Pinochet (que fue discípulo del filosofo alemán en los últimos tiempos de su vida académica)- apenas nombrado rector de la universidad de Friburgo (en Suabia alemana) desde los inicios del III Reicha exaltase en una de sus primeras lecciones en público la figura de un patriota alemán de la cuenca del Rhur, Schlageter, ex-combatiente de los Cuerpos Francos, que fue condenado y fusilado -acusado de actos de sabotaje y de terrorismo- por las autoridades francesas de ocupación (en 1923)

"La guerra es el sol negro que hace madurar a los hombres", reza un viejo adagio (de difícil verificación) y el brillo y la irradiación innegable -de sol negro- de esa frase que siempre me cautivó desde muy joven, dice largo sin duda sobre la propia naturaleza humana que es profundamente pacífica y a la vez profundamente violenta en función de los momentos y de las circunstancias y dice más aun de la Historia de la Humanidad que tiene en la violencia y en la guerra uno de sus causas motrices fundamentales.

Y escandalizarse del lenguaje de violencia por sistema, tildándolo sin más de terrorismo se comprende mal desde luego, y viniendo de algunos más si cabe todavía por las circunstancias históricas que habrán sido las de España en estos ultimo cincuenta años, víctima como lo habrá sido de forma interrumpida la sociedad española del flagelo de la agresión y de la violencia y del chantaje y de la aamenaza terrorista de la ETA.

Es un viejo debate además para mí que viví por así decir en propia carne, como aquí algunos ya saben, por haberme visto procesado en Bélgica a raíz del elogio (y jutificación) que me mereció -y del que nunca me desdije- un ataque contra la sede en Bruselas de Herri Batasuna (en febrero del 96) en el centro de la capital a base de cócteles molotof que dejaron chamuscada la puerta de entrada y que obligaron a combatir el incendio con extintores desde el interior a los ocupantes del inmueble en el momento del ataque, entre ellos Raquel García, esposa o compañera de Luis Moreno Ramajo, la pareja de presuntos etarras que Bélgica se negó a extraditar como se lo pedía la justicia española, que se encontraba en aquellos instantes -aquella noche- alojada en el edificio, y que se debió llevar el susto de su vida a tenor del silencio que sería a partir de allí el suyo y el de su marido (o compañero), siempre hasta entonces en el candelero de los medios belgas los dos (¡vergüenza!) (...)

El reverendo Ian Paisley fue siempre un ogro para el católico bautizado que esto escribe (como para una gran mayoría de españoles) por culpa de su imagen (desastrosa) en los medios españoles, hasta que se vio expulso del Parlamente Europeo (11 de octubre de 1988) por protestar contra la visita del papa Juan Pablo II al que reprochaba la actitud cómplice con el IRA de la jerarquía católica irlandesa. Y aquel gesto fue la varita mágica que me quitó de golpe el sentimiento de verguenza (absurdo) que arrastraba de antiguo de sentirme mucho más próximo de los unionistas protestantes -de los paramilitares incluso- que de los católicos en Irlanda del Norte (que tanto ensalzaba Manuel Fraga)
Me vi procesado pues por aquello a raíz de una reunión de un colectivo -patrocinado por los dos grandes partidos PP y PSOE (amén del PNV en la sombra, de ello no me cabe la menor duda) - anti/ETA y pacifista a la vez (más de los segundo que de lo primero) en donde distribuí una publicación confidencial anti-terrorista de mi propia cosecha que recogía aquel comunicado aprobatorio -no en mi nombre sino el de un colectivo fantasma cualquiera- y que sirvió de prueba en contra mía, y la citación judicial -acusado de incendio voluntario de lo que acabaría yo siendo absuelto por falta de pruebas ante el tribunal- me vino a través de un despacho de procurador ("huissier de justice" en Bélgica) situado como por casualidad -y más significativo si cabe en aquellos inicios de la era Aznar- frente por frente de la sede en la UE del Gobierno de Euskadi detentado entonces por el PNV ¿Cualquier parecido con la realidad pura coincidencia? A otro perro con ese hueso!

Del enemigo el consejo reza el refrán castellano. Y la ETA supo montar -hay que reconocerlo- la mayor maquinaria de guerra al margen del Estado que habrá contado nuestra historia contemporánea si se exceptúan tal vez las partidas guerrilleras de la tercera guerra carlista. Y algunos españoles -muchos pocos- siempre los condenamos y los combatimos, no por violentos (o anti/demócratas) sino por traidores y separatistas. De demócratas y pacifistas no obstante es condenar la violencia "venga de donde venga" es cierto, como lo llevan haciendo algunos cincuenta años.

Lo que es de extrañar en cambio es la actitud escandalizada de ahora en algunos otros, como Ricardo Sáenz de Ynestrilas.

¿Tras juntarse (públicamente) al 15-M se volvió acaso pacifista y partidario del dialogo con ETA y del "hablando se entiende la gente" en Cataluña? ¡Vivir par ver fantasmas míos!

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