sábado, octubre 19, 2013

HITLER "HA VUELTO" (parodia alemana)

Oficiales de las Waffen SS durante el cerco soviético de Budapest (diciembre del 44-febrero del 45) "El segundo Stalingrado" Los fascistas húngaros, los últimos, los más puros e irreductibles -de una raza no/germánica, asiática, magiar, "inferior"- lucharon (y cayeron) como jabatos codo a codo con sus camaradas de las Waffen SS. El racismo alemán fundía al sol o al fuego de la metralla a ojos vista en el campo del honor del terreno de batalla, como lo comprobaron los españoles de la División Azul. Ninguno de los que regresaron renegó o maldijo o se permitió nunca ni una palabra siquiera en contra de los alemanes, sus compañeros de armas. Ninguno de ellos...salvo Dionisio Ridruejo
"Ha vuelto" es una parodia literaria que está haciendo furor en Alemania por cuenta de la figura de un Hitler resucitado -como mantenido en hibernacion todo este tiempo- y que vuelve a la vida en la Alemania de hoy un poco como aquel soldado japonés de los vuelos suicidas -al grito de "¡banzai!", durante la segunda guerra mundial- que saltó al primer plano de los medios españoles en mis años universitarios tras haber estado escondido veinte años en la selvas de una isla del Pacifico sin saber que el Japón había perdido la guerra.

Una novela de moda y signo de los tiempos que corren se diría al mismo tiempo, porque el simbolismo que encierra se ve fatalmente reforzado por otros sucesos que se siguen unos a otros en la actualidad mas candente de nuestros días, como el escandalo levantado en torno a los restos mortales del oficial alemán de las SS Erik Priebke muerto y aún sin enterrar mientras escribo estas líneas, igual que le ocurría a aquel personaje cinematográfico de Varlam Aravidze, trasunto de la figura de Stalin en "Pokaianie" film de la Glasnost que presencié en el festival de cine de Gante en octubre del 87 a poco de llegar yo a Bélgica como ya lo tengo contado en algunas ocasiones. Stalin sigue sin enterrar en los países de la antigua Unión Soviética y Hitler en los países de la Europa occidental se diría que tampoco, España (no podía ser menos) incluída entre todos estos. Y yo creo que la llave del futuro inmediato ahí delante nuestras es saber asumirlo y obrar sobre todo en consecuencia.
El jugador griego del A.E.K, Giorgios Katidis, saludando brazo en alto en el terreno de juego. Un saludo viril, natural, espontáneo, ancestral, que nos pide el cuerpo a veces y que da la Natura aunque lo niegue la Historia contemporánea. Y saludando brazo en alto en público -como me ocurrió en Montjuich- algunos nos reencontramos con nosotros mismos y nos reconciliamos con nuestra adolescencia y primera juventud indefensa y maltrecha (y que se piense lo que se quiera)
¿Blasfemia, pecado contra el espíritu de los que no se perdonan, peor aún, culto del mal supremo, de lo Indecible, o crimen contra la humanidad o crimen de guerra (en tiempos de paz) el saludo brazo en alto? ¡A otro perro con ese hueso! Recuerdo todavía el circo -no se puede llamar de otra forma- que se montó en el Palacio de Justicia de Bruselas mediada la década de los noventa con la celebración del juicio contra un militante de la extrema derecha belga acusado de haber saludado brazo en alto durante el acto de investidura de los nuevos cargos electos -entre los que él se encontraba- en el salón consistorial de uno de los ayuntamientos que componen la aglomeración de Bruselas.

El pobre hombre en el banquillo las orejas gachas como oveja que llevan al matadero ofrecía en verdad una triste figura -vae victis!- en medio del gentío y del griterío ensordecedor que llenaba la sala (algunos españoles euro-funcionarios o lo que fueran entre ellos para mas inri) todos allí con el firme propósito de asistir a un espectáculo de circo o poco menos, el de la condena en publico de aquel pobre indefenso al que tenían condenado y linchado -en efigie- desde antes de que se pronunciaran los jueces (que le acabaron condenando por cierto) Y de donde me hice expulsar "manu militari" gritando como un energúmeno -nobleza obliga- por no poder seguir soportando el espectáculo hipócrita y ultrajante aquél sin reaccionar al cabo de unos breves momentos.


Símbolo fuerte y eolcuente en etremo, la parodia o fabula más bien hitleriana -que me recuerda a la Leyenda umbraliana sobre Franco- de la Alemania y también de la Europa de hoy en la que brilla de su brillo pálido y al mismo tiempo inmarcesible (o lo parece) el astro de Angela Merkel que un Hitler resucitado desprecia olimpicamente como no podía ser menos y que le merece al autor políticamente tan correcto autor del comentario en el País sobre esa obra un juicio de lo más certero por cuenta de "los treinta y seis años de pesadilla del Este alemán" que ella allí vivió "sin que su entorno hubiese podido percibir el menor asomo de malestar en ella" La Merkel, otro gigante o cabezudo o muñeco de feria o de kermesse belga flamenca que me da por embestir en mi nueva singladura digital (tras verme dado de periodista Digital y de su blogosfera)

¿De tal palo tal astilla? ¿Qué esperar en verdad de la hija de un pastor protestante alemán que -mientras sus compatriotas arriesgaban la vida y caían a a menudo en el empeño tratando de escaparse a la otra zona, se mudó en los años de hierro (década de los cincuenta) a la Republica Democrática con toda su familia por propio convencimiento, para así -provocacion ¡dios!- poder desempeñar su trabajo pastoral más a gusto y desahogado que en la otra zona (no comunista)? Pues lo que venimos presenciando, viéndola hacer de títere y comparsa de la Casa Blanca desde hace ya un buen rato -y mucho más que con Bush, con el mesías negro Obama- a la cabeza de la UE y al servicio de los intereses USA y de la buena salud del dolar, y haciendo méritos sin parar en la lucha contra los fantasmas sin enterrar del pasado alemán, el suyo propio y de los suyos, con una política de represión sin precedentes en ningún otro pais del mundo en materia de historia de la segunda guerra mundial (y temas relacionados) que no dejan de aplaudirle descaradamente los corifeos del pensamiento único en los medios "urbi et orbe"
Richard Williamson fue mi amigo en el seminario de Econe, ya lo tengo contado. Le expulsó la Kirchner de la Argentina y la Merkel le quiso meter en la cárcel por inglés de derechas tal vez, y sobre todo por decir cosas perfectamente razonables y defendibles por más que infringiera ciertos dogmas intocables de lo históricamente correcto rodeados de mil tabúes. Hace ya un buen rato no obstante que no habla como si sus superiores jerárquicos hubieran acabado consiguiendo lo que no consiguieron sus enemigos. Servidumbres del estado clerical. íLástima! (Y llanto y consternación grande ante los silencios apocalípticos de los profetas)
Persecución policial y judicial contra revisionistas de toda laya, por moderados u objetivos que sean, esa es la receta que tantos le alaban. Un rigor sectario e inquisitorial que vuelve a ponerse ahora de manifiesto con la negativa oficial emanada de la cancillería alemana -en periodo, como se encuentra Alemania, de formación del nuevo gobierno- a acoger en su territorio las restos mortales del ex-SS que espera en un lugar secreto cerca de Roma (parece) que alguien en el planeta tierra se digne el darle digna sepultura, a enos que el gobierno italiano acabe cediendo a las presiones del centro Wiesentahl (de Roma) de arrojar sus restos incinerados al mar -de pasto de tiburones y otras alimañas marinas- como se hizo con Eichman, Goebels, Goering, Bormann y otros jerarcas nazis célébres.

¿Hitler resucitado? Por cierto que no. No es óbice que con el renacer del saludo brazo en alto-un poco por todas partes en Europa (hay que estar ciego para no verlo desde este balcón privilegiado por lo menos de mi domicilio en Bruselas)-, algunos nos reencontramos un poco con nosotros mismos reconciliándonos (por completo) con nuestra adolescencia tan indefensa y maltrecha, en la que saludamos siempre así como lo más natural del mundo. Como si España de una manera u otra -y que me perdone otra vez Pío Moa- no hubiera perdido también (¡ay dolor!) la guerra. En el 45 (...)

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