sábado, abril 03, 2021

¡Mi Señora!

 

 


¿Si lo reconozco y qué? ¡Sí

Juan, grítalo no importa!

¡Que te alimentas de mitos

Que vives en otra época!

 

Que tu mundo se vino abajo

Cundo a él te abrías (con sorna)

Que desde entonces cabalgas

Sin norte o meca (ni roma)

 

Que vives expatriado (¡oh si!),

Sin mancha (¡oh no!) ¡y a mucha honra!

¡Con mis raíces a cuestas,

las mías y además de ellas, otras!

 

Más antiguas, más lejanas

Más rancias y ¡sí, más próximas!

Con lo que se cumple aquello

de amar lo más lejano (¡y a ti, Tonta!)

 

con lo que me doblo (o así)

o valgo por dos (¡no es broma!),

por lo que por mí mismo soy

y por los que me buscan bronca

 

y así no te extrañe mi amor

que me fijase en ti, ¡mi Novia!,

con esa generosidad

que me ganó mil discordias,

 

que la magia de tus ojos

no me deje a sol ni a sombra

y aunque le resto importancia

me enardece y obsesiona

 

cual carga de caballería

que en el fondo mío reposa

cual poso de mi alma heroica

¡noble y pura y generosa!

 

que despierta de pronto en mí

la inmortal banda sonora

y al calor de la magia bruja,

la suya y tuya ¡Mi Señora!

 

(Y así me siento más libre

de amar aquellas que quiera,

de estirpe/azul o clase/obrera

¿Y europeas de preferencia?) 

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