“De profundis”, de lo hondo
de la memoria fiel (y estelar)
de aquellos años (idos)
que se fueron sin avisar
Uno a uno en fila india
sigilosos y raudos (¡ar!)
que me hicieron lo que soy
verso suelto, proa a la mar
Con rumbo fijo (hacia el Norte)
e igual dirección (sin más)
siempre pegado al timón
en la guerra y en la paz
Y de día, muy temprano,
y en la mar sin luna (¡ah!)
Noche negra, y más negra
como tinta de calamar
Y en la noche se hizo la luz
puro ensueño ¡augusta realidad!
Y era una luz tenue y triste
pero luz, pura luz de verdad
Que me reflejaba fiel
a mi mismo, al natural
y al mundo que nos rodea
que me roza suave al pasar
Extraño e inhóspito,
y a la vez (casi) familiar
(y que me está haciendo un sitio)
Como aquí dicen “c’est deja ca”
Como un signo o como un guiño
que me hacen (como si fuera decir
¡calma Juan, que te puedes quedar!)
Y me quedo aquí a la espera
en silencio y en soledad
Hasta que tú te me aparezcas
distante, fiera y bella
Y yo esperándote ¡Marcial!
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