En el túnel de tu amor,
¡qué corta es la Vida Eterna!
Asi cantaba (y escanciaba)
mi “hallazgo” (¡Salve poeta!)
Y qué poco dura la vida
entre alegrías y tristezas,
y entre emociones y lutos,
y entre chascos y sorpresas
qué poco dura la inspiración
que alumbra mi canto (y poema)
que da una razón de vivir
e inspira mi vida entera,
qué poco dura la copla
ir y venir dentro y fuera
entre Bélgica y Madrid,
canción belga y rumba flamenca (…)
Qué poco duró todo aquello,
cuando te crucé por la acera
qué poco duró nuestro cruce
de miradas de fuego (¡tiernas!)
y qué poco duró la aventura
de tantos años en Bélgica
a punto ya de partir
en un canto de sirenas (...)
y a punto de tirarme a ti
como lo estuve, princesa
si hubieras estado sola,
y sin tu perro de presa,
Y poco (¡oh sí!) lo que dura
el día en la biblioteca,
Esperándote sólo a ti,
que vengas, que te aparezcas
Y así se fueron los días
Y las noches –¡uy qué negras!-
Y se me emblanqueció el pelo
De canas atrevidas (fières!)
Y así me sobran motivos,
Y mil razones de espera
De tirar del carro, vivo,
sólo tu amor por montera (¡Y Tú!)
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