¡Tanto Tiempo buscándole
En Oriente y Occidente
Sin rastro nunca de él!
¡Apóstol de la Buena Muerte!
Y estaba mucho más cerca
Junto a ti, sí, Juan, ¡qué fuerte!
En tus sueños y lecturas
Los de aquel joven imberbe
De la juventud aquella
Que se fue ya, tan valiente,
Tal y como había venido
Sin aviso (entre mil nieves)
(¡Planeta entre satélites!)
y cuando se apagaron –¡pobres!-
las luces de tu camino,
no se hizo en ti la noche
que aquellas luces/piloto
rojas, azules, verdes
discretas ellas, suaves,
velaban siempre tu suerte
cuales señales de pista
en el desierto -¡qué ardiente!-
de este nuevo Bi/milenio
¡peor aun que el siglo XX!
que me ayudaron a encontrar
¡cuando ya no esperaba verle!
el “Camino del Paraíso”
esperando el volver a verte
¡Caminante, sí hay camino!:
los que "así" lloraban ¡mienten!
Por donde tú aparecerás,
¡Bella y joven y fuerte!
Promesa de las promesas
Del Beso (entre mil/mujeres)
De un beso místico, el tuyo:
¡en la boca y en la frente!
Y asi se me va la Angustia
Y viene el Sueño (y me mece)
Entre Esperanza y Amor
Cual cantó el profeta (¡que vuelve!)
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