Sol negro de la guerra -y la paz-
¿por qué te escondiste tanto?
sin mostrarnos tu faz negra
que comprendiésemos tu encanto
Negro de la noche (y la derrota)
De las grisuras (negras) de aquí abajo
De este valle a donde me metí
De un tirón, entre salto y salto
Que así es como viví hasta hoy:
arte de vivir saltando
¡Saltimbanquis por ti, mujer,
escanciando un verso (y cantos)!
Tiritero, guiñol, fui,
“el veleta”, hoy como antaño
Sin rumbo fijo, no sé a dónde:
donde va el viento (solano)
Y el viento me trajo hasta aquí
y me descuajó (entre rayos)
de mi tierra y mis raíces
¡Siempre joven, siempre ufano!
Testa al viento ( y sin asiento)
Suelto cual verso y libre (¡Cuánto!)
Volando (en alma y en cuerpo)
Lejos ¡cada vez más largo!
y en busca de un hueco (alpino),
me puse a andar por el llano
hasta que se me fue el Tiempo
y voces diéronme el alto
y seguí y seguí inalterable
sin escucharles (¡ni caso!),
proa a la mar (de este mundo)
a un destino cruel (e ingrato)
Y mientras, los rayos de sol
brillaban en el ocaso,
como si me esperasen
antes de hundirse, despacio
¡Sol negro de la guerra,
sol de valientes!, ¡Salve Astro!
que hizo madurar mi amor,
¡Temple! ¡De Poeta y de Soldado!
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