viernes, febrero 01, 2019

YOLANDA COUCEIRO (CARTA ABIERTA)

Bachar-al-Asad, chivo expiatorio apestoso y apestado para todos o casi todos los medios en España, con las primaveras árabes y la guerra en Siria, y coartada como anillo al dedo de algunos, tras su victoria. Pero (sed contra), su Islam alauí se reenlaza históricamente con el Islam minoritario que se alió con los europeos en tiempos de las Cruzadas. La excepción que confirma la regla. Nada que ver con el Islam neo-“matinal” (de conquista y guerra santa, de confesión suní) mayoritario, dominante y arrogante e insidioso y prepotente (y amenazante), por detrás –los días que corren- de la invasión de Europa. Que no nos escatima sus maniobras de intimidación (o demostraciones de fuerza) como esta ocurriendo ahora (…) Piense lo que piense la derecha de la derecha (alt right) americana sobre el tema. ¿O va a resultar al final que la ley (orgánica) de la Libertad Religiosa (junio de 1980), copiada de la declaración "Dignitatis humanae" del Concilio Vaticano Segundo -la más progre de todas- sobre el tema, no sólo sirve para enterrar -o arrojar a la alcantarillas de la Historia- al estado/confesional y a la España católica, sino para proclamar el Estado Islamico (sic) y perseguir insidiosamente a los que le combaten? ¡Para un viaje así, querido Sancho, no necesitábamos alforjas!
Yolanda Couceiro Morín y la empresa periodística, familiar a todas luces –herederos del desaparecido Minuto Digital- de la que forma parte, me merece todos los respetos, vaya dicho de entrada. Y es por ser los únicos o casi que me brindaron palabras de apoyo y gestos de solidaridad y brazos abiertos en los medios patriotas aunque solo sea. Dicho como curándome en salud, y a la vez con toda franqueza, al comienzo de estas líneas, y es que su articulo sobre el Islam y los musulmanes –a modo de puntualización o aclaración (sic) de anteriores opiniones suyas sobre el tema- amén de haber levantado ampollas me pone a mí en el brete o en el dilema de tener que contradecirla, y hacerlo además en publico por todo lo que esta en juego –y en (grave) peligro- sobre el tema. Los musulmanes (sic) no son todos son iguales y la Sharia o ley islámica (sic) no es lo mismo que la interpretación que de ella hace -minoritaria o mayoritaria- la inmigración musulmana en Europa. Esas son las dos ideas fuerzas de su último escrito como una especie de alegato del que la unanimidad insólita en el tono y en el contenido –mas exaltados y animosos aún los unos que los otros- suscitada  en comentarios de la Red, en su contra, le estarán haciendo pensar y reflexionar, estamos seguros de ello, a estas horas, esa al menos es nuestra apuesta. Invasión de Europa, eso es a lo que estamos asistiendo.

Ese es el telón de fondo –dramático y urgente- de esta engorrosa polémica como lo viene a recordar uno de los (muchos) comentarios que ha suscitado en la red el articulo por el que ha venido el escándalo ahora. Rigurosa e inexplicablemente ignorado en ese texto, lo que viene sobre todo a alimentar la polémica. Y lo que contrasta fuertemente sobre repetidas denuncias y llamadas de alerta en ese sentido a las que nos tenia acostumbrado de antiguo su autora. ¿Por qué? Un terreno viscoso y resbaladizo, el del juicio o proceso de intención (como los franceses dicen) por el que no queremos adentrarnos (aposta) Son públicos no obstante y notorios los recientes contactos de ese grupo periodístico con una figura emblemática de la derecha de la derecha (alt right) en los Estados Unidos, Steve Bannon, del que no hemos dejado de ocuparnos en este blog. Con respeto y deferencia, y con no menor claridad y franqueza. Exponente de una corriente ideológica –que por razones ideológicas, históricas o simplemente geoestratégicas- tiene como la última (o casi) de sus preocupaciones esa invasión musulmana) del continente europeo a la que atónitos e impotentes (e indefensos) venimos asistiendo, algunos en primer fila como es el caso del autor de estas líneas, residente –desde hace treinta y un años- en Bélgica.

Ellos no la soportan directamente –dicho sea en su descargo- y además rompieron hace mil años por razones históricas (religiosas) con los destinos de Europa, a la que volvieron periódicamente la vista siempre en plan de conquista o de reconquista (o de revancha) como ocurrió en las dos guerras mundiales y como parece que este ocurriendo ahora. El Islam -nos dicen ahora como por la voz de su amo- es incompatible con los derechos del Hombre y la democracia. Con la civilización europea (y occidental): así suena mejor y despeja a la vez montañas de equívocos y de enigmas. (continúa)

Y la Sharia no es lo que nos están vendiendo ahora, sino que se traduce desgraciadamente cada vez con mas frecuencia en una reivindicación sin reservas ni complejos del Estado Islámico -con la palabra o por las bombas-, y en una policía (feroz) de moral y de buenas costumbres (islámicas) que busca a aplicarlas entre musulmanes y no musulmanes, lo quieran o no lo quieran (…) Entre españoles de preferencia, y si son expatriados, mucho más todavía (…) Y si no la aplican más drásticamente y más a la letra es solamente por razones tácticas o de estrategia en función de la evolución de ese choque de culturas y en espera de verse en mayoría (en España como en Bélgica) No tiene nada de personal ni de racista estas reflexiones a tumba abierta y a vuelapluma –en el sentido de visceral al menos-, ni excluye la posibilidad-siempre precaria- de la entente cordial y de la buena convivencia entre moros y cristianos (para entendernos) como en la España (idealizada) de las Tres Culturas, pero luego vino Paco con la rebaja, Quiero decir, el Islam con su verdadero rostro intransigente, perseguidor y racista (anti-blanco) , el de las invasiones almohades y almorávides que dieron un cambio de sesgo radical –una tras otra, a modo de agente catalizador- a la Reconquista.

Cuento de hadas, sueño falaz dicen algunos –y así lo piensa sin duda el judeo-cristiano Steve Bannon (hasta prueba de lo contrario)- “una pesadilla cruel”, en cambio –díxit Claudio Sánchez Albornoz- el sueño (que la olvida ex profeso, que la excluye) andalusí o andalucista, a saber, el de “una España sin Reconquista” (…) Ese es el dilema ante el que se encuentran los verdaderos patriotas. Y de nada vale meter la cabeza debajo del ala como algunos (confiteor) hicimos durante años, hasta que le vimos al lobo las orejas. El Islam de Francia –me curo en salud de inmediato en atención de Alain Soral al que aplaudo y respeto como aqui ya saben- es una anomalía atípica o como la excepción que confirma la regla.

Un Islam de extrarradio, marginal y dominado (y de clases bajas) que no tiene (casi) nada que ver con el de otros países de Europa, como en Bélgica (o en Alemania), dominante e influyente, y prepotente –y como tal más peligroso e insidioso- o en España sin ir más lejos, un Islam aposentado, próximo de los engranajes y correas de transmisión del poder judicial –y también de los otros poderes sin duda alguna- como lo prueba e ilustra a las mil maravillas –¿un signo de los tiempos ese cambio (radical) de sesgo en el tema, de la judicatura española?- la inculpación del Hogar Social Madrid y de su joven líder Melisa. Repetimos pues con ellos y como ellos, en voz alta y antes de que sea tarde: ¡Mezquitas fuera de Europa!

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