Entre obsesiónes y sombras
Poblando bien mi mente
distraída, y aturdiéndola
Cuando de golpe observé
en medio de las zozobras
que se había ido de pronto
sin avisar, ella sola
esa plasta de malestar,
día a día, hora a hora,
que ahuyenta ganas de vivir,
y esa fuerza de rompeolas
que es lo que fui, hasta hoy
en mis sueños e ideas locas
en ese ímpetu juvenil (¡fui asi!)
que querían romper ¡a posta!
Y me impedían sobre todo
Mirarme al espejo, sin bromas,
Ver lo que me caracterizaba
¿El qué? ¡La Unción, la "Corona!
Que anunciaban mi apellido
Y mi nombre -Juan-, (¿qué otra cosa?)
y -¡en la prensa papel también!-
la irradiación en las ondas (...)
Lo que hizo de mí un paria,
y crucificaba mi honra
¡Y me alzaba justo a la vez
en el pavés de la gloria!
De lo que hasta hoy me sustraje:
resistí (de palabra y obra)
¡Qué vértigo, qué alturas
del Destino y de la Honra!
Y yo sólo en cambio queriendo
buscarme sólo unos huecos
en la vida de a diario
y en los hoyos de la Historia
De miedo –¡pavor! al vacío
entre peñascos y rocas,
mi única vía de escape
al cabo de la Derrota
Que emprendí hace ya tanto
Yo y esa juventud (¿española?)
Indefensa, sin norte o rumbo
(¡Tragedia, lúgubre, horrorosa!)
En busca o en pos de un futuro
Y antes que eso, de pan y de hon-ra
Y de amaneceres radiantes
Que me negaban (¡idiotas!)
Y tras el trecho recorrido,
me veo y les veo ahora
Los que de mi se reían (…)
y me entra la risa loca (...)
La vida me dio la razón
(¿Y cuál fue tu secreto, sin bromas?
El ser fiel a mi mismo
Y el saber amarte ¡Loca!)
(Y los "ungidos" huyeron (...)
¡Cómo me río, preciosa!
"Qien ríe el último, ríe doble"
grito ¡sin pelos en la boca!)
("Tau -hebrea- en la frente"
¡chiste o broma insidiosa!)
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