GAZA, free Palestine (Palestain!!!) Aparte de mi ese cáliz! De una guerra del fin del mundo en la que no supimos ni quisimos nunca tomar partido (voto a Dios!) ni en su génesis o genealogía -desde el final (y desenlace), de la II Guerra mundial no se olvide- ni en sus rebrotes interminables, como al que impávidos y consternados asistimos ahora. « Reconocimiento de un estado palestino », reto magno del conflicto en llamas, como grandes nombres de la diplomacia y de los asuntos exteriores en la televisión francesa lo están presentando ahora? Ni por esas! Un vuelta a empezar « por otros medios », como decía de la política y de la guerra Clausewitz, de lo que sería la señal aquello sin vuelta de hoja. Como Israel lo fue hasta hoy dirán algunos aquí? Lo del huevo y la gallina, no me digan!
Este gigantesco rompecabezas que sólo conseguiremos resolver o descifrar planteándolo en términos que nos sean familiares, como para andar por casa: no en clave de conflicto interminable -y que me perdonen Marion y Eric Zemmour- sino de otro factor o elemento de la rabiosa actualidad que nos pilla mucho más cerca, el choque de culturas o sea, que nos llega principalmente (si no a título exclusivo) de uno de los dos bandos, y no es culpa mía (…) Que mentiría o me engañaría a mi mismo si no dijera el peso (quintales!) de la amenaza -la del crimen ritual (…)- que gravita de cerca abordando la cuestión peligrosa. Sobre nuestros cuerpos, nuestras almas, y más exactamente sobre nuestras gargantas, queda clara la cosa? Que todavía resuenan y nos llegan los ecos de un lúgubre suceso que marcó no hace tanto la sociedad en el país vecino -su estamento docente para más señas- como marcó en otro suceso igualmente lúgubre la opinión pública en los Países Bajos y no sólo (si mi memoria no se queda corta)
Que es escamotear el debate en ascuas -re-migración, sí o no- haciendo abstracción del choque de culturas subyacente en la inmigración (o invasión) silenciosa. De culturas digo y digo bien, aunque suene a eufemismo (en lugar, horresco referens! de razas o de etnias), y pongo por testigos a los que me conocen (bien) o a los que me siguen de cerca (…): testigos de mis esfuerzos por abordar o encarar el problema de la forma más abierta y generosa posible desde mi puesto de observación privilegiado -el de la situación, de muy cerca: la del colectivo inmigrante, me explico, en la cohabitación forzosa, y bajo el cielo de la Memoria (…) Tres Culturas (como en el Año Mil), o un vuelta a empezar, al culebrón interminable (Ceuta y Melilla), a la guerra (oscura) de Marruecos y a la memoria/feliz (sin depurar) de la Reconquista. Que a buen entendedor pocas palabras sobran (…)
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