"A buenas horas mangas verdes", una espontanea exclamacion que acabó plantada y echando raíces en el román paladino, de la boca del pueblo llano acostumbrado a las tardanzas o retrasos -prudencia o incuria nacional?- más que proverbiales de los "costaleros" (capirotes y mangas verdes) de la Santa Hermandad, pregoneros y centinelas de la Santa Inquisición. Y es lo que nos da ganas de exclamar ante la noticia a bombo y platillo que nos llega ahora con la caída (casi) de las hojas de la retirada en Kiev del monumento -con la hoz y el martillo- de la Madre Patria (sic) recordando Stalin y a la (primera) guerra patriótica (del 39 al 45, léase la II Guerra Mundial) sustituído ipso facto por otro monumento "a la Madre Ucrania" con el tridente/nacional en lugar de la hoz y el martillo de triste recordacion en España, para una de las dos (o tres) Españas que me diga (sin ánimo de faltar) Pero ahora -lo dije ya mil veces y lo repito (dentro y fuera de este blog)-, ahora ya no, que esta vez NO NOS LA DAN. Como en Kiev al contrario (me explico) va a hacer ahora diez años, en el Maidán (o Euromaidán) Tal como ya lo expliqué largo y tendido fuera de este blog.
Con esas noticias e imágenes que nos mandaban a chorros o en cascada los medios de la prensa "mainstream", de la "sentada" -como en en Madrid durante la Restauración en "la noche del matadero (o de San Daniel)" de la Puerta del Sol, o de otras más lejanas, de las Tres Gloriosas (1830), de las barricadas y la caída (en Francia) del ultimo rey Borbón, o una década después, de la revolución ("de marzo" del 48) en Berlin, en una estampa idéntica -y de más barricadas- a la de tantas y tantas capitales europeas (en Viena, en Paris), que tanta commoción le produjo a un joven Nietzsche (y lo que todo eso acarreó) (...), en la (llamada) "Primavera de los ¨Pueblos", que así (irónicamente) se lo llamó (...)
Como un palinsesto o molde o prensa matriz o repeticion general -de un movimiento subversivo-, en esa cadena de revoluciones o movidas insurreccionales al hilo de los mayores jalones de nuestra historia contemporánea, que nos lleva (de todas todas) a la Revolución de Octubre del 17, espectro o espantajo mayor (para occidentales) de la historia contemporánea -en (consagrada) expresion harto divulgada de Ernst Nolte "Erschrekken-Bild-, hondo anclado todo ello en la memoria o en la conciencia colectivas, que los medios tratan (por todos los medios) a cada vez de despertar o de levantar, tal como lo consiguieron en una orquestación de servicios secrtetos (occidentales) interpuestos, en la plaza del Maidan. En "el camino de la guerra", o sea.
Como reza harto elocuente, y con esa espantosa (sic) "capacidade de afirmaçao dos espanhois" que me recordaba y recalcaba (a repetición charlando con él) un portugués enfático (y resentido) estando preso allí- en un best-seller que recogí como al vuelo en una de mis visitas esporádicas a Madrid y del que ya di sobrada cuenta en este blog. Tales aguas tales lodos. Por eso ahora esa noticia que me hubiera echo (literalmente) delirar a una edad más joven, de la retirada de la hoz y el martillo, discreta "in situ" y en cambio con tanto trueno y estruendo anunciada en los medios extranjeros, no nos produce -ahora que nos hicimos "mucho más serios"- la más mínima impresión.
A buenas horas, sí. Cuando "la contraofensiva" se sigue -en puro eufemismo- haciendo esperar, y la guerra de propaganda (anti-rusa) ruge a todo rugir como un sucedáneo de guerra (en alemán, "ersatz") Sobre esos "zombies agresivos" que según nos cuentan están invadiendo las calles de las ciudades rusas, en un fenómeno análogo y surcado de (negros) presagios como tal (como así nos lo quieren presentar) a la ola de mutilados y desfigurados y descapacitados de toda especie -muñones de guerra-, que trajeron consigo la I y la II guerra mundiales, -barridos de la vía pública bajo Stalin (los que se llamaba, expresivamente "la gente samovar")
Y ahora en su lugar, una resaca de rusos jóvenes ex-combatientes -movilizados a la fuerza (o eso nos cuentan)- de regreso del frente, y con el choque pos-traumático -como un suplicio sin fin- de los horrores de la guerra a cuestas que cabe imaginar, y la onda de ese choque en el resto de la población (normal). Y es en lo que los medios presentan de claro pronóstico de declive y de implosión del régimen -léase del Kremlin- y de derrota (final). E igual o parecido escenario en Ucrania o acaso no? Es lo que se me antoja preguntar. Que no, que no, que ya NO NOS LA DAN!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario